¿Me adoptas?

Capítulo 44

~5 DE ABRIL~

-¿Ya estás lista?

-Sí, ¿por qué?

-Ely quiere que la maquilles...

-¿Qué? –Pregunté alzando las cejas en su dirección.

Después de que a Dylan le pareciera bien invitar a Kim y su marido a cenar a casa, habíamos elegido un día en que ninguna de las dos tuviéramos algo que hacer para establecer la cita.

-Pues eso. –Rió abrazándome por la espalda. –Dice que quiere estar igual de guapa que tú.

-Pero si yo voy normalita... –Murmuré mirándome por última vez al espejo. Más sencillo que yo no había nadie. Solamente me había puesto un vestido de volantes corto y un pelín de colorete en las mejillas junto a un brillo labial frutal.

-Pero ya oíste a la niña... –Rodé los ojos sonriendo antes de girarme hacia él con la intención de besarlo, pero no me lo permitió. –Me dejarás marca, cariño... –Lo miré ofendida volviéndome a dar la vuelta para coger el maquillaje con el que pintar a Elyssa. –Olivia...

-¡Que te den! –Dije antes de salir rumbo al cuarto de enfrente. –¿Ely?

-¡Estoy aquí, mamá! –Gritó desde el baño.

-¿Qué haces? –Pregunté divertida al ver la cara de mi hija totalmente pintada de labial rojo.

-¡Intento maquillarme! –Dijo exasperada como si fuera lo más obvio del mundo. –¿Me ayudas?

-Claro, princesa. –Comencé lavándole y secándole el rostro antes de ponerle algo de colorete en las mejillas y sombra de ojos. Por último, pinté sus labios con el mismo brillo que había utilizado. –Ya está.

-¡A ver! –Se subió al pequeño taburete que había bajo el lavamanos para poder mirarse al espejo. –¡Ah! ¡Estoy preciosa!

-Mucho...

-¡Gracias, mami! ¡Eres la mejor! –Volvió a gritar abrazándome.

-Bueno, ¿bajamos ya? Kim ya debería estar abajo... –Salí de la habitación con Elyssa de la mano para bajar a la planta inferior descubriendo a Dylan junto a nuestros invitados.

-¡Olivia! –Kimberley vino a abrazarme tan alegremente como siempre. –Vaya, tú debes de ser Elyssa, ¿verdad?

-Sí... –Murmuró la niña escondiéndose detrás de mí.

-No pasa nada, Elyssa. Ella es Kim, una amiga... –Elyssa la miró antes de salir corriendo hacia su padre. –Perdona, al principio siempre es así.

-Oh, no te preocupes. –Sonrió y luego de presentarme a su marido, nos dispusimos a cenar en el comedor. –¿Y cuántos años tienes, Elyssa?

-Cinco...

-¡Oh! Que grande. –Kimy le sonrió. –¿Y ya tienes novio?

-Eemm... –Dylan me miró frunciendo el ceño. –No...

-Qué raro... ¡Con lo guapa que eres! –Elyssa se encogió de hombros mientras que Dylan negaba con la cabeza como si estuviera intentando borrar aquellos pensamientos de su cabeza.

-¿Ustedes no quieren tener hijos?

-Por ahora no. –Contestó Martín, el marido de Kim.