~14 DE SEPTIEMBRE~
-¿Dylan?
-¡Estoy aquí! –Le oí decir desde la distancia mientras que Anna me señalaba silenciosamente hacia el jardín trasero.
-¿Qué haces ahí? –Pregunté al verlo esparramado sobre el sillón como el que venía de correr una maratón y necesitaba descansar. Por su parte, solo recibí un silbido seductor y una mirada traviesa en vez de una digna respuesta.
-Cuidado que te derrites, bombón...
-Dylan. –Intenté mirarlo seriamente aguantando la risa, pero fue en vano.
-¿De dónde vienes, hermosa? –Siguió preguntando con voz seductora mientras me sentaba a su lado.
-De ver a Natasha.
-¿Y quién es esa?
-La Viuda Negra. –Respondí recordando que así se llamaba el personaje de la chica que salía en las películas de los Vengadores.
-¿Ah? ¿Y por qué no me dijiste nada? Yo también quería ir a ver a esa diosa griega...
-¡Oye! –Golpeé su brazo haciéndome la ofendida. –Que yo también pienso que el Capitán América es un dios griego y no lo digo.
-Bah... –Le restó importancia con la mano antes de reír. –Ahora en serio, Livvy. ¿Quién es Natasha?
-La madre de una amiguita de Ely.
-¿Y para que quedaste con ella?
-Porque dice que yo tengo más experiencia en temas de bebés que ella y quería recibir consejos sobre la maternidad.
-¿Y? –Volvió a preguntar confundido.
-Su hija pequeña tiene cinco meses y tenía un poco de fiebre.
-¿Y? –Repitió haciendo que lo mirara incrédulo. ¿Se estaba quedando conmigo?
-¡Por Dios, Dylan! No te enteras de nada...
-Pues no. –Rodé los ojos levantándome del sillón al percatarme que ninguno de nuestros hijos u Oliver, quien había pasado la noche en casa, estaban allí con él.
-¿Dónde están los niños?
-Jugando en el cuarto de los juguetes.
-Voy a ir a verlos, entonces.
-Acuérdate que luego hay que llevar a Oliver a su casa. –Asentí con la cabeza antes de volver al interior de la casa. Subí las escaleras rumbo hacia el cuarto de juguetes descubriendo a Alex jugando solo sobre la alfombra con unos cochecitos mientras hacía soniditos con la boca.
-Cariño...
-¡Mami! –Soltó los coches para estirar sus brazos hacia mí en busca de que lo cogiera.
-¿Qué haces aquí sólito, bebé?
-Ely che ue.
-¿Se fue? –Asintió varias veces con la cabeza. –¿Y Oliver? –El susodicho apareció por la puerta como por arte de magia mirando hacia todos lados antes de percatarse de mi presencia.
-¡Hola, madrina!
-Hola, Oli. –Se acercó a besar mi mejilla rápidamente. –¿Dónde está Elyssa?
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¿Me adoptas?
General Fiction¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...