-Dejé a Katherine por ti. –Confesó provocando que mis ojos se abrieran a más no poder. ¿Pero qué diablos estaba diciendo?
-¿Qué dices? ¡No puedes decirme eso!
-¿Por qué no?
-¡Pues porque no!
-Pero, te quiero. –Volvió a decir dejándome shockeada antes de que una ráfaga de ira comenzara a alzarse en mi interior.
-¡No! ¡Nadie me quiere! ¡Nadie! –Grité levantándome de la cama para alejarme de él. –Nadie me quiere, Dylan. ¿Por qué lo harías tú? –Pregunté a pesar de que no iba a darle tiempo para que me respondiera. –Cuando conocí a Christian creí haberme enamorado. ¿Pero qué es el amor? –Respiré hondo sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas. –Yo pensaba que Christian me amaba tanto como lo hacía yo por él. Él fue el primero chico en veintiún años que se fijó en mí. ¡Veintiún años!
-Olivia...
-¡No! ¡Déjame hablar! –Dije alterada. –¿Por qué no pude tener un novio a los diecisiete como todas? ¿Por tener unos kilitos de más y ser una chica inocente en vez de tener una actitud de zorra? –Él negó con la cabeza como si buscara las palabras adecuadas para decirme. –Cuando Christian me invitó a salir la primera vez, fue algo emocionante. Nunca antes había salido con chicos y nunca antes había besado a alguien. Él... Él fue mi primero en todo y... ¡Me traicionó! ¿Para qué me quería? ¿Para burlarse y jugar conmigo? ¿Para pisotear mis sentimientos como si fueran un chicle más pegado en la acera? ¡ESO NO ES JUSTO!
Sin aguantar más, caí al suelo de rodillas para seguir llorando sin ton ni son. Dylan aprovechó la oportunidad para acercarse a mí y abrazarme inmediatamente como si tuviera miedo a que me escapara o lo rechazara.
-Tranquila, Livvy. –Murmuró acariciando mi pelo. –¿Dónde están tus padres? –Lloré aún más dándole a entender que no quería hablar de ello. –Está bien, está bien. No hace falta que me lo cuentes ahora. –Besó mi cabeza. –Yo no te voy a abandonar nunca. Lo prometo. Prometo cuidarte y quererte. A ti y a Elyssa. –Levantó mi cabeza con sus manos para que lo mirara a los ojos. –Lo prometo.
Se acercó lentamente a mí para posar sus labios sobre los míos. Ya nos habíamos besado antes, pero este beso era diferente a cualquier otro. Con el transmitía seguridad, sinceridad, amor... Ese amor del que tanto carecía y del que él me estaba prometiendo dármelo a cambio de nada.
-G-gracias. –Susurré al separarnos. Dylan sonrió y me ayudó a levantar para ir hacia la cama.
-Ven, acuéstate a dormir, ¿vale? Dentro de un rato vengo a despertarte... –Asentí y enseguida me acomodé cerrando los ojos algo más calmada. –Te quiero... –Susurró antes de dejar un beso en mi frente haciendo que el corazón me latiera a mil kilómetros por hora.
-No te vayas...
-No lo haré. ¿Quieres que traiga a Elyssa? –Negué con la cabeza atrayéndolo hacia mí por la mano para que se acostara a mi lado.
-Quiero que me abraces.
-Y lo haré, pero tengo que decirle a Anna que se quede con Ely en lo que nosotros estamos aquí. Le dije que te dejaría en la habitación y bajaría. –Asentí notando un nuevo beso en mi frente para levantarse y salir de la habitación.
Miré al techo con los ojos aún vidriosos. No quería cerrarlos hasta que él viniera. Aún tenía el sabor amargo de todas esas palabras que le había dicho a Dylan y que nunca se me hubiera ocurrido compartir con otra persona que no fuera mi amiga y hermana Sofía.
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¿Me adoptas?
General Fiction¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...