-Gracias por dejar que me quede aquí.
-No tienes porque darlas. Esta también es tú casa. –Le sonreí agradecida antes de acurrucarme contra él.
Hacía ya como una hora que habíamos cenado y otra hora que habíamos pasado con Elyssa. Todo dentro de la habitación de Dylan. Sinceramente, no tenía ganas de salir de aquí por nada del mundo.
-Oye... Aún no me has hablado de esa sorpresa.
-Oh, creo que no vas a querer ir después de todo...
-¿Qué es?
-Había alquilado una casa para los tres...
-¿Una casa?
-Sí, una casa al lado de la playa. –Abrí los ojos sorprendida. ¿Una casa al lado de la playa?
-¡Nunca he ido a una!
-¿Quieres ir?
-¡Sí! ¡Me encantaría! –Lo abracé fuertemente para dejar un beso en su pecho desnudo. –N-no fue que-queriendo...
-No te preocupes, Liv. –Se inclinó un poco hacia mí para atrapar mi labio inferior con los suyos. –Me gustas. Me gustas mucho, Olivia.
-Yo... Creo que a mí también me gustas... –Dylan sonrió de oreja a oreja para comenzar a llenarme la cara de besos. –¡Oye, pa... –Sin previo aviso, coló su lengua en mi boca dejándome sin habla.
Después de un tiempo, logré separarme de él para sonreírle.
-Eres un atrevido.
-Pero te gusto así.
-Me gustas así. –Sonrió con la intención de volver a besarme, pero algo vino a mi mente haciéndome separar de inmediato.
-¿Qué pasa?
-¿Estuviste con Amelia en el viaje? Y me refiero de manera intima, Dylan. ¿Dormisteis juntos?
-¿Lo preguntas ahora?
-Respóndeme, por favor. –Le supliqué con la mirada, pero él la esquivó enseguida. –Dylan. –Volvió a ignorarme. –Eres un capullo.
-No te enfades...
-Lo peor de todo es que no estoy enfadada. –Mi respuesta le sorprendió. –Me molesta que lo hayas hecho, pero no te culpo ni me enfado contigo. No estábamos juntos y tú eras libre de hacer lo que quisieras...
-Un momento, ¿dijiste que no estábamos juntos? –Asentí sintiendo mis mejillas sonrojar. –¿Eso significa que estamos juntos ahora? ¿En una relación? ¿De pareja?
-Bueno, yo... Creí que...
-Dios, ¡es maravilloso! –Gritó emocionado antes de abrazarme fuerte.
-Dylan, me aplastas...
-Lo siento. Lo siento. –Aflojó su agarré para dejar un beso en mis labios. –Nunca imaginé que la estirada de la señorita White fuera a pedirme que sea su novio...
-¡Yo no soy estirada! –Golpeé su brazo haciéndolo reír.
-Eres mi estirada. –Sonrió antes de ponerse serio. –Había olvidado decirte que mañana se celebra una fiesta por parte de la empresa.
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¿Me adoptas?
Ficción General¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...