Capítulo 38

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~25 DE FEBRERO~


-Oye, mami...

-¿Sí, cariño?

-Oliver y yo... Somos primos, ¿verdad?

-Sí, ¿por qué? –Dejé de pintar el dibujo que había hecho para mirarla confundida mientras que ella seguía sin levantar la cabeza de su dibujo.

A Elyssa se le había antojado que nos pusiéramos a pintar en la cocina después de que acabara los deberes del colegio. Por lo que aquí estábamos, sentadas una frente a la otra en la mesa de desayuno de la cocina. Sí, piensa mal y acertarás...

-Pues... Ayer...

-¿Sí? –Insistí para que continuara al verla indecisa.

-Sin querer me dio un beso...

-¿Qué? –Su cara se volvió roja esquivando mi mirada.

-¡Fue sin querer, mami! Estábamos jugando al pilla pilla y tropezó conmigo.

-Pero eso no se hace, Elyssa. Sois primos.

-¡Pero fue sin querer! –Volvió a decir ignorando mi mirada para seguir pintando. Por mi parte, seguí mirándola desconfiada antes de volver a mi dibujo. ¿Sería verdad eso de que fue sin querer? Porque conociendo la curiosidad de los niños a esta edad, tenía serias dudas... Madre mía, a Dylan le va a dar algo cuando se entere. –¿Y con Noah?

-¿Con Noah qué?

-¿Tampoco podemos darnos besos?

-¡Elyssa! –La reprendí volviendo a dejar de pintar. –Noah, Oliver y tú sois primos, ¿de acuerdo? No podéis ir por ahí dándoos besos en la boca. ¿O tú me ves a mí dándole besos al tío Max?

-No, papi se enfadaría...

-Pues yo también voy a enfadarme como descubra que alguno de los tres sigue haciendo eso. –La niña asintió para volver la vista al dibujo pensativa. ¿Me habría pasado un poco? No, ¿verdad? Aún eran muy pequeños para meterse en todo este mundo de besos, parejas, sentimiento, etc...

-Otra cosa, mamá...

-¿Qué pasa ahora? –Volví a mirarla atenta a lo que me preguntaría ahora. ¿Veis como era muy curiosa?

-¿Dónde están las fotos de cuando yo era pequeña?

-¿Las fotos? –Pregunté frunciendo el ceño. –En los álbumes que están en la estantería del salón, Ely.

-No, pero yo digo las fotos de cuando estaba en tu barriguita. La tía Sofía tiene muchas fotos de cuando Oli estaba en su barriguita. –Eso me impactó por completo. ¿Y ahora que debía decirle? ¿Qué se perdieron? ¿Qué no teníamos fotos porque nunca había estado en mi vientre?¿Cómo diablos iba a responder esa pregunta sin tocar el tema de la adopción?

-¡Y aquí están mis dos amores! –Dijo de pronto Dylan entrando a la cocina. Salvada por la campana. –Mi girasol... –Se acercó a mí para besar mis labios. –Y mi pipita. –Hizo lo mismo con Ely dejando un beso en su frente antes de sentarse a su lado. –¿Qué hacíais?

-¡Estamos pintando! ¡Mira que dibujo más chulo me hizo mamá!

-Sí, ya lo veo. Chulísimo. –Dylan me miró divertido antes de darse cuenta de que algo me pasaba. –¿Qué pasa, Livvy?

-No, nada... –Dije rápidamente desviando la mirada al dibujo. –Ya te contaré después...

-Bueno, ¿dónde está Anna? Hace rato que no la veo por aquí...

-Fue a comprar. Dijo que le hacían falta algunas cosas para hacer la cena. –Respondí dando por zanjada la conversación antes de que Dylan empezara una nueva con Elyssa de algo que apenas estaba escuchando.

Si no hubiera sido porque Dylan había entrado en el momento preciso, no hubiera sabido cómo manejar su curiosidad sobre su llegada a éste mundo.


☼☼☼


-¿Qué pasa, cariño? Te pasaste toda la cena seria...

-Es... –Salí del baño caminando hacia él que ya se encontraba tumbado sobre la cama. –Es Elyssa. M-me dijo que en donde estaban las fotos de cuando ella estaba en mi vientre...

-¿Qué? –su boca se abrió por la sorpresa. –¿Y qué le dijiste?

-Nada. En ese momento apareciste tú y ella no dijo nada más...

-¿Pero de dónde sacó esa idea? Nunca antes había preguntado algo así...

-Lo sé, pero dice que Sofía tiene muchas fotografías en las que sale embarazada de Oliver y ella quería ver las suyas también.

-Claro, Sofía... –Murmuró como si hubiera encajado todas las piezas del puzle que le faltaban. –Quizás llegó el momento de decírselo todo...

-No, Dylan. Aún es muy pequeña...

-Pero lo tiene que saber, Olivia. Tarde o temprano va a hacer más preguntas y no vamos a saber que responderle.

-A lo mejor ya no las hace más... –Lo miré angustiada para que comprendiera lo tanto que me afectaba. –Se parece mucho a ti a pesar de que no compartáis sangre, Dylan. ¿No lo has notado?

-Por favor, Olivia. No tiene nada parecido físicamente a mí. Elyssa es rubia de ojos claros. Aquí la única que tiene ese aspecto eres tú.

-Pero personalmente se parece a ti. Sólo tienes que prestarle atención para que veas que incluso hace tus mismos gestos.

-Olivia...

-No quiero que deje de querernos cuando le digamos que no somos sus padres biológicos. No quiero que diga que quiere conocer a su verdadera madre porque esa mujer no la merece.

-Cálmate, Olivia. Estoy seguro de que eso nunca va a pasar. –Me acercó hasta él para abrazarme tras las lágrimas que sin querer se me habían escapado. –Nosotros somos sus verdaderos padres. Nunca olvides eso.

-Pero...

-Nada de peros, Olivia. Que no se te olvide todo lo que hicimos para poder tenerla. Las cosas buenas y malas que pasamos para que esa bebé tuviera un techo y una familia como decía la nota.

-La nota... –Murmuré levantándome de la cama para caminar hacia el armario empotrado en busca de la dichosa carta. Dylan la había guardado en medio de algunas prendas de invierno que apenas se ponía y a pesar de que el papel ya estaba arrugado y amarillento, las letras se podían seguir leyendo.

-¿Qué estás haciendo, Olivia?

-El día que le digamos la verdad a Elyssa, quiero mostrarle esto. Quiero enseñarle la porquería de carta que esa mujer dejó junto a ella...

-Livvy...

-No, Dylan. Sé que quizás es cruel, pero ese día quiero que vea esta carta.

-Está bien, pero ahora deja eso ahí... –Me quitó el papel de las manos para volver a guardarlo en su sitio antes de arrastrarme con él nuevamente a la cama. –Vamos a dormir ahora, amor. No estés pensando en eso. –Asentí dándole un corto beso en los labios para acomodarme en su pecho e intentar dormir un poco.

Sabía que Dylan tenía razón, no tenía porqué estar pensando en eso en estos momentos, pero no podía evitarlo... 

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora