Extra Especial

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~22 DE ABRIL~


~OLIVIA~


-Oh, Dios, estoy vieja.

-Claro que no, Livvy. Estás hermosa.

-¡Mentiroso! –Grité haciendo pucheros frente al espejo.

-No seas exagerada, anda. Que para cumplir cuarenta y un años, bien buena que estás...

-¡Oye! –Grité mirándolo mal.

-¿Qué? Encima que te halago...
–Rodé los ojos para volver a mirar hacia el espejo en el que me reflejaba. –Vamos, Livvy. Si estás muy bien para la edad que tienes.

-Habló el que comenzó a quejarse de que era viejo cuando había cumplido treinta años. –Dije recordando aquel día en la casa de mi hermano Thomas en la que nos habíamos reunido por el cumpleaños de Noah.

-Bah, pero ya no pienso igual...

-No, seguro. –Ironicé haciéndolo reír.

-Bueno, vale. Quizás un poco, pero eso no significa que tú tengas que ser como yo. ¡Nadie puede copiarme!

-Dylan.

-Vale, ahora en serio, Olivia. Deja de decir estupideces y termina de vestirte para bajar a cenar ¿si? Los invitados estarán a punto de llegar. –Lo miré ofendida cuando salió de la habitación dejándome sola. ¿Y este qué?

Suspiré cogiendo la barra de labios rosa para pintármelos. Sí, hoy era mi cumpleaños, y no, no tenía muchas ganas de cumplir años.

No quería ver como los años pasaban tan rápido y cada vez me hacía más mayor. Hay muchos que a esto lo llaman síndrome de Peter Pan, pero bueno...

Volví a suspirar para echarme perfume y mirarme por última vez al espejo antes de salir.

Como todos los años, habíamos preparado una pequeña cena íntima con solo los más cercanos.

Mamá, mamá!

-Te ves hermosa. –Dijo sonriendo Elyssa acercándose también a mi.

-Gracias. –Dejé un beso en la cabeza de ambos para sonreírles. –Hay que agradecerle a vuestro padre por este vestido.

-Sí, y a la abuela Cristal también. –Reí sabiendo que mi hija tenía razón. Dylan no era capaz de comprarme algún conjunto de ropa sin la ayuda de su madre o hermana.

Papá! ¡Mamá y Elyssa se están riendo de ti!

-Pero que chismoso.

-¡Ah! –Gritó en cuanto Elyssa salió corriendo detrás de él para cogerlo.

-¿Riéndose de mi por qué?
–Preguntó Dylan caminando hacia mi con sus padres detrás.

Felicidades, querida!

-Gracias, Cristal. –Los saludé a ambos, Cristal y Jacob, para caminar los cuatro hacia los sillones del jardín.

Los niños y Anna habían sido los encargados de decorar el jardín exterior con globos y adornos de cumpleaños​ por todos lados.

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora