¿Me adoptas?

Capítulo 7

~1 DE DICIEMBRE~

-Bueno, pues... Con esta última firma, doy por cerrada la adopción de la niña Elyssa Hoffman. –Sonreí de oreja a oreja para abrazar a Dylan más que feliz.

-¡Muchas gracias!

-No, gracias a ustedes por adoptar en nuestro orfanato. –La chica de la última vez sonrió agradecida. –Iré a buscar a la niña. –Ambos asentimos antes de que volviera a abrazar a Dylan sin pensarlo.

-Wow, deberías emocionarte más seguido para que me des más abrazos...

-No diré nada porque estoy muy feliz. –Dije sin borrar la sonrisa de mi cara. –No me creo que después de casi siete meses vayamos a tener a Elyssa con nosotros...

-Ni yo. –Dylan sonrió antes de acercar su rostro al mío con la clara intensión de besarme, pero el ruido de la puerta abriéndose lo interrumpió.

-¡Que grande está! –Dije acercándome a ellas para coger a Elyssa en brazos y abrazarla. –Te hemos echado de menos, Ely.

-Bubbuba.

-Déjamela a mí ahora. –Dylan me la quitó de las manos para abrazarla. –¿Cómo estás, pipita? –La niña volvió a pronunciar algo inentendible y juro que esa escena me conmovió.

-Gracias de nuevo.

-De nada, señora Hoffman. Espero que le den un bonito futuro a esa bebé.

-Por supuesto. –Estreché la mano con la mujer y después de despedirnos, nos dirijamos al coche.

-Tenemos que celebrar esto.

-Sí, llamaré a Sofía para que venga a cenar con nosotros. –Dije viendo como Dylan amarraba a la bebé en la silla de coche que le habíamos comprado.

-Me parece bien. ¿Pero por qué no cenamos nosotros hoy y ya vamos con ella otro día?

-Hmm... Está bien, pero que sea en casa. –Dylan asintió arrancando el coche para poner rumbo a la casa mientras que yo abría los papeles de la adopción para leerlos otra vez. Aún no me creía que esa bebé fuera mi hija.

-Por cierto, Dyl...

-¿Si?

-No, nada... –Le sonreí para que estuviera tranquilo. No era momento para hablar ahora de eso...

Pronto llegamos a la casa de Dylan donde me bajé del coche para sacar a Elyssa de la sillita y caminar hacia la puerta donde nos esperaba Anna sonriendo.

-¡Bienvenidos!

-Hola, Anna.

-Que grande está la niña.

-Sí, creció mucho en estos meses que estuvo separada de nosotros.

-Ni que lo digas. –Anna entró con Elyssa en sus brazos mientras que nosotros la seguimos. –Tiene sueño.

-Entonces la llevaremos a su cuarto. –Sí, le habíamos comprado muebles y ropa a Elyssa desde hacia como dos meses atrás esperando a que viniera mucho antes. Dylan había sido el encargado de comprar los muebles porque, según él, esa era su casa y era su responsabilidad, mientras que yo me había encargado de la ropa.