~24 DE ENERO~
-Cuidado con la piscina.
-¡Sí, mamá! –Gritó Elyssa mientras seguía corriendo con sus amiguitas del colegio.
-Seis años ya, ¿eh? Hay que ver cómo pasa el tiempo...
-Sí... –Murmuré poniéndome de puntillas para besar sus labios.
-¿Y esto? –Me encogí de hombros antes de volver a hacerlo.
-Te quiero.
-Y yo a ti, pero no entiendo a que viene todo esto...
-¿Es que no puedo decirle a mi prometido cuanto lo quiero?
-Claro que sí, prometida. –Murmuró antes de volver a pegar sus labios a los míos.
¡Sí! Por fin Dylan me había regalado un anillo y había hecho nuestro compromiso oficial.
-¡Hey! ¡No deberíais de hacer eso delante de los niños! –Hice una mueca de desagrado al oír a Sofía recriminándonos. –No me mires así...
-Pues no hubieras interrumpido. –Dylan rió por lo bajo antes de dejar un beso en mi mejilla para dejarnos a solas. –¿Dónde dejaste a mi hijo?
-Con Crystal. Dice que quiere pasar tiempo con su nieto porque vosotros no soléis visitarlos a menudo...
-¿Qué? Claro que si vamos a visitarlos.
-Bueno, yo solo soy una humilde mensajera... –Murmuró mientras entrábamos en la cocina para sentarnos en las butacas.
-Que fuerte... –Pronuncié frunciendo el ceño. –¿En serio dijo eso?
-Sí... –La miré fijamente en cuanto vi su risa juguetona.
-¡Mentirosa! –Sofía estalló en carcajadas cuando la señalé con el dedo acusatoriamente.
-Son bromas, Oli. Crystal no sería capaz de echarte eso en cara ni aunque fuera verdad.
-Casi me lo creo... –Murmuré golpeándola en el brazo al seguir oyendo su risa. –Para ya.
-Bueno... Vale... –Dejó de reír para mirarme seriamente. –¿Te cuento algo?
-¿El qué? –Miró hacía fuera comprobando que no hubiera nadie escuchando para acercar su cara a la mía y susurrar:
-Creo que estoy embarazada...
-¡¿Qué?! –Grité sorprendida. –¡Pero dijiste que...
-¡Shh! ¡No grites! Aún no está confirmado, así que no quiero que nadie lo sepa...
-Pero... –Negué para sonreír. –¡Eso es genial! –La abracé fuertemente.
-Seria genial si lo estuviera, pero aún no se sabe...
-Y eso que no querías más, ¿eh?
-Bueno... –Rió nerviosamente. –El día en que cogí por primera vez a Alex, recordé la sensación tan bonita que se sentía al tener algo tuyo en brazos y...
-Me alegro mucho de que te hayas dado cuenta, Sofí. A Oliver ya le hacía falta tener un hermanito o hermanita.
-Max también me había comentado algo hace tiempo... –Sonreí para volver a abrazarla.
-¿A qué viene tanta felicidad? –Preguntó Daniel apareciendo de la nada asustándonos a ambas.
-No seas novelero, Dany.
-¿Novelero yo? Por favor... –Dijo llevándose una mano al pecho fingiendo estar ofendido. –Solo soy curioso. –Enarqué una ceja incrédula provocando su risa. –Está bien, lo admito. ¿Ahora vas a contarme porque estabais tan felices?
-¡Por supuesto que no! Son cosas nuestras.
-Venga, anda... No seas así... –Miró a Sofía intentando sonsacarle algo, pero esta solo negó con la cabeza.
-No insistas, Dany...
-¡Daniel! –Pronunció Anna pegándonos otro susto de muerte. –Deja de molestar a las chicas, por favor.
-¿Por qué? Solo quiero saber que...
-Nada. –Lo interrumpió su madre. –Ve al jardín con el resto de invitados. –Sentenció dando por terminada la conversación. Como toda una buena madre, no se movió de allí hasta que el chico no salió de la cocina delante de ella.
-Soy yo o... ¿Anna lo sigue tratando como si tuviera cinco años?
-Lo sigue tratando como si tuviera cinco años. –Afirmé totalmente de acuerdo con ella. –En fin... Avísame cuando vayas a hacerte la prueba para... Ya sabes.
-Sí, sí. Te tendré informada de todo, tranquila. –Asentí sonriendo siéndome inevitable no continuar con el abrazo que Dany nos había interrumpido.
-¡Estoy tan feliz, amiga!
-¡Y yo! Pero ahora, shh... –Se llevó el dedo índice a la boca mandándome a callar. –Y ahora será mejor que volvamos con los demás antes de que empiecen a sospechar algo...
☼☼☼
-¿Y esto quien te lo regaló? –Pregunté alzando un conjunto veraniego la mar de mono.
-Pues no sé, mami... –Murmuró Elyssa después de unos segundos encogiéndose de hombros.
-Normal, con tantos regalos... –Rodé los ojos al escuchar el comentario de Dylan. –Espero que el día de tu cumpleaños no tengas tantas cosas, pequeño. Porque tú sí que no vas a saber quién te regalo qué... –Dejé la ropa bien doblada sonriendo al ver como Dylan movía las pequeñas manitas de Alexander. –¿Por qué le pusiste un gorro?
-Porque iba a juego con la ropa, pero puedes quitárselo si quieres...
-No, da igual. –Sonrió dejando un beso en su pequeña cabeza. –Parece un muñequito si lo... –Su frase quedó interrumpida cuando el sonido de algo cayendo al suelo nos sobresaltó.
-¡Se me resbaló de las manos! –Gritó Elyssa justificándose en cuanto la miramos asombrados. Por su parte, Dylan se incorporó pasándome en brazos a Alex que ya dormitaba mientras que me daba una mirada significativa. Ese juguete no se le había caído de las manos sin querer y tanto él como yo lo sabíamos aunque Elyssa lo negara.
-Ven, vamos a llevar las cosas a tu habitación, pipita.
-¡Sí! ¿También podemos jugar con las muñecas nuevas?
-No creo, pero prometo que mañana jugaremos con ellas. –Entre los dos recogieron todos los regalos antes de subir a la planta superior con las manos cargadas.
-Bueno, Alex... Parece ser que tu hermana te tiene un poco de celos... –Suspiré meciéndolo un poco más antes de ponerme de pie para subir a mi habitación a darle el pecho.
Espero que esta etapa se le fuera quitando mediante iba creciendo. Elyssa no tenia porqué sentir celos de su hermano por nada del mundo. Vale que era normal prestarle un poco más de atención a él porque es un recién nacido, pero los queríamos a ambos por igual y nadie podía decir lo contrario.
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¿Me adoptas?
Fiction générale¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...