En una semana, mi vuelo partirá.
Llegó Lovino, lloriqueando.
¡Rayos!.
Le dije "Te haré paella" pensando que sonreiría.
Lloró más.
"El amaba la paella" chilló.
Anda, si que está destrozado.
"¿Quieres llorar con verdaderos motivos?" le pregunté.
Me dijo que estaba bien, y que hiciera lo que se me ocurriera con su cuerpo. ¿Qué demonios cree que soy?.
Puse algo de rock, y Lovino se deprimió más.
¡Anda! iba a traer a Feliciano.
Pero hice algo mejor.
Lo puse a cocinar.
Y lloró más.
Bueno, por motivos diferentes... La cebolla.
¡Hablaba y lloraba con la cebolla!.
Nunca cuidé de un italiano depresivo, así que hice algo productivo.
Fui por una pizza -Con queso extra, como le gusta a Lovino- y se la lanzé a la cara.
¿Creían que se la iba a dar de comer? Ja, no soy tan bueno.
Bueno... Kiku llamó al celular de Lovino, diciendo muchas cosas incoherentes sobre mí, y rápidamente hablando, cortó.
Ni siquiera pude hablar... pero estaba sonrojado.
¿Declaración de amor indirecta? ¡Rayos!.
Yo teniendo un gran día con la llamada de Kiku, y Lovino en el baño, quitándose los restos de pizza del cuerpo.
Como sea, estábamos sentados en el sofá, con latas de bebida.
Lovino tomó una al azar, y yo la que más me gustaba.
No era fan de las gaseosas, pero bueno, tenía que acompañar al estúpido en esto.
Cuando Lovino abrió la suya ¡Boom!, el líquido salió de la lata con una fuerza monstruosa.
Bueno, eso me enseñará a no llegar con las latas y correr al mismo tiempo.
Suerte caprichosa.
Tocaron el timbre, y corrí hacia la puerta.
Era Kiku, con unas cosas para Lovino.
"¿Pudo escuchar lo que le dije por teléfono?" preguntó, sin siquiera saludar entrando a la casa.
Me miró fijo, con el ceño fruncido, mientras Lovino lo miraba confundido.
Y se fue de mi casa con un "Parece que tendremos que hablar, Arthur-san".
Ja, igual escuché todo lo que Kiku me dijo.
Ja, soy el mejor.
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[APH] [AU] Diario de observación de Arthur Kirkland. (AsaKiku)
FanficDía xx, del mes xx: Empecé a escribir un diario, por la sugerencia del barbón cara de rana -No sé por que la seguí, no es como si estuviera tan solo-, además, hay más motivos. Uno de esos es... él.