♥4♥ Boda de Anneliese

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-¡Necesito ayuda!. -Feliciano entró rápidamente a la casa de la pareja.

Arthur estaba sentado en el sofá, mientras Kiku, a su lado, leía un rato.

-¿Qué ocurre?. -Kiku cerró su libro pacientemente, mientras veía como Feliciano no dejaba esa preocupación.

Antonio apareció tras Feli de la nada.

-¡Ya aprendimos a tocar guitarra!. -Exclamó.

Kiku alzó una ceja en cuestión. Arthur sólo saltó del sofá entusiasmado.

-¡Qué envidia!, ¡Felicidades!. -Y los tres saltaban, tal y como los fanboys, cuando encontraban a más como ellos.

-¿Me explican?. -Pidió el nipón amablemente.

-¿No sabes lo que pasa?, ¡Nos podemos inscribir a la tutoría de música!. -El italiano contestó entusiasmado.

-Agh, ¿Anneliese-san es tutora, no?. -Kiku cruzó sus brazos con fastidio, entornando los ojos.

-Uh, Anneliese~. -Se podía sentir el aura romántica que le provocaba pensar en ella, cuando sus manos formaron un puño y fueron a parar suavemente en sus mejillas, mientras sonreía como bobo enamorado.

-¿¡Alguien dijo Anneliese!?. -Gilbert apareció de la nada, haciendo que todos se sobresaltasen.

-¡Si!, ¡Los chicos ya saben tocar guitarra!. -Exclamó Arthur entusiasta.

A los segundos fue tecleado por Gilbert, que se le encimó.

-¡He esperado este momento hace mucho!. -Gilbert sonreía ampliamente; se levantó, poniendo una mano en su pecho y cerrando los ojos, dándose aires de importancia-: Tengo algo importante que anunciarles, y quiero que mis mejores amigos -Apuntó a tres de los chicos-, y Feliciano estén ahí. -Exclamó, llenando de aire su pecho.

-¿Ven?, aún no me toman en la tutoría y ya soy popular. -Se jactó Feliciano con orgullo.

-¿Somos sus mejores amigos?. -Preguntó Arthur, a Kiku en un susurro.

-Nos vemos a las siete en el restaurante, ¡No olviden llevar a Feli!. -Se dirigió a la puerta-, ¡No tarden!. -Y de un portazo, dejó a todos ahí anonadados.

-Taleeeento. -Dijo Arthur sonriendo con idiotez.

Ya alistados, se encontraban frente a frente en la mesa del restaurante; habían muchos cuadros en las murallas, las paredes eran de color magenta y hacían fuego con el color lavanda del techo, la mesa redonda con un mantel floreado daba la impresión de ser un lugar caro. Típico de Gilbert.

-Quizás se pregunten por qué los invité a un restaurante de lujo. -Gilbert llevaba una sonrisa de oreja a oreja.

Antonio no había ido, pero sí que Kiku y Arthur habían sido 'condenados' al ser nombrados como los amigos de Gilbert.

Feliciano miraba a la nada.

-La verdad, pues no. Pero... -Vaciló, mirando a Kiku-, ¿Acaso no es porque somos tus mejores amigos?. -Cuestionó incrédulo.

-No tengo muchos amigos. -Exclamó-, tanta asombrosidad los opaca. Les dices "soy mejor" y dicen "Huy, me desagradas, narcisista". -Arthur se sintió identificado con ese comentario.

-Pero si eso eres. -Dijo.

-Pero así me aman. -Respondió-, Al tema. Hoy voy a pedirle a Anneliese su mano en matrimonio. -Arthur quedó shockeado.

[APH] [AU] Diario de observación de Arthur Kirkland. (AsaKiku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora