Caso 50: Olvido.

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Ugh, te había olvidado.

Estoy en casa... bueno, después de tantas risas tenía que jugarme en contra la mala suerte.

-¡No hagan nada en este cuarto! ¡El hermano mayor tiene que proteger a-. -Sí, tenía que golpearlo, era necesario.

Me jodieron el mágico momento, pero no importaba.

Entonces, ya que Francis estaba preocupado por mí -Bastardo, mañana amanecerá sin barba y andará lloriqueando-, nos escoltó de vuelta al salón.

Ugh, había un silencio algo incómodo.

Kiku y yo éramos algo, pero no se lo pedí formalmente.

Nah, me conformaré con saber que puedo estar con él y eso... mientras la mala suerte o la maldición Kirkland no me juegue en contra.

-Entonces... -Ugh, esa era mi voz. Tomé la mano de Kiku, y me alejé un poco de Francis, mientras lo tiraba conmigo-, ¿El nombre que estaba en el hechizo, era el mío?. -Comenté mientras sentía arder mi rostro.

Nuevo color de rojo: Color Arthur sonrojado.

-¡Ah! Eh... uh, yo... -Kiku se sonrojó un poco, mientras dirigía la mirada a todos lados menos a mí.

-Tórtolos, ya luego se aman, vayamos al baile. -Francis, al llamarnos así, hizo que el color de ambos se acentuara más en nuestros rostro.

Ugh, estúpido amor que juega con el cuerpo.

-Aunque sí era su nombre, Arthur-san. -Me murmuró para luego entrar al salón sin inmutarse, aunque sonrojado.

Quedé perplejo ante eso, pestañée varias veces y aún no lo asimilaba.

Todos de pronto nos quedaron mirando, y nosotros entramos lentamente sin dirigirnos la mirada.

Serios, sin mirarnos, pero sonrojados.

Nos sentamos un poco separados, teníamos que asimilar las cosas.

-¡Arthur por fin se confesó!. -Gritó Lovino, ebrio.

Ugh, nuevamente lo digo.

Con esos amigos, ¿Quién necesita enemigos?.

-¡Todos nuestros esfuerzos valieron la pena!. -Gritó Alfred mientras tomaba la mano de Lovino y la alzaba en señal de gloria.

¿Esfuerzos? Pero si ellos no hicieron nada...

-Algún día le contaré todo, Arthur-san. -Susurró mientras tomaba mi mano y la entrelazaba con la suya.

¿Sabes, diario? Quizás no vuelva a escribir en tus hojas por un tiempo.

Gracias... supongo, por aguantar mis hormonales cambios.

Fuiste y serás el único diario de observación de Arthur Kirkland.

Arthur Kirkland.

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Cabros, el siguiente es una nota de autora muy muy larga, para el que quiera saltarla... los quiero ;^;

[APH] [AU] Diario de observación de Arthur Kirkland. (AsaKiku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora