Sin ti, yo me...

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Narra Pablo.

Joder, son las 3.47 de la madrugada, no puedo dormir, no puedo dejar de pensar en Azahara... ¿Habrá despertado? Joder, no sé ni si quiera si ha escuchado lo que le he dicho, pero de verdad que lo decía de corazón.

Necesito ir a verla si no quiero estar todo lo que queda de semana comiéndome la cabeza. Desayuno y hago tiempo y cuando son las 9 de la mañana abro el armario y cojo la primera camiseta negra de manga corta que encuentro, desde que voy al gimnasio me queda muy apretada pero bueno, y unos vaqueros cualesquiera, nunca enseño mis piernas, no me gustan, y por último me pongo las botas, esas que dicen que me hacen parecer más alto. Allá voy.

Cojo las llaves del coche, tengo que limpiarlo por cierto, huele a hamburguesas del McDonalds.

En 1 hora y 20 minutos ya estoy allí, he conducido súper rápido con la radio puesta a tope, no sé como no me ha parado la policia.

Entro por la puerta y me paro en recepción.

-Hola, vengo a ver a Azahara, habitación 305. ¿Puedo pasar?

-Hola Pablo, hace mucho que no te pasas a visitar a los niños, te echan de menos.

-Tienes razón, pero últimamente estoy muy liado, aun así, puedo pasar a ver a Azahara ¿verdad? – Esta chica es guapísima, es morena, con los ojos verdes, lleva una bata blanca y con dos botones desabrochados deja ver su canalillo.

-Espera, que te miro, que creo que no puede pasar nadie ahora mismo.

- ¿Cómo? ¿Le ha pasado algo? ¿Algo serio? Dime que no por favor Raquel. -Le digo mirando el letrero en su bata.

- No no, tranquilo. Azahara ha despertado del coma, y ahora mismo le están haciendo las pruebas para saber si le pueden dar el alta o no, pero si quieres sube a esperarla en la habitación, no tardará mucho en salir de ellas.

-Vale, gracias guapa.

-De nada guapetón. -Me dice guiñándome el ojo.

De camino a la habitación voy desesperado por saber si estará bien o no, por si habrá salido de verdad de ese coma y sobretodo de si le darán el alta pronto.

Subo a la habitación y no hay nadie. Me siento y de repente me aparece una melodía y directamente la letra, sin ti yo yo me muero, no, sin ti yo me moriría, no tampoco, sin ti yo me pierdo, perfecto, sin ti me vuelvo invisible, no, que va, tampoco, mmmm... Sin ti yo me vuelvo veneno. Perfecto.

Me tiro un buen rato poniéndole letra a la melodía y mandándole audios de Whats App a mi madre tarareando la melodía, y cuando quiero darme cuenta, son casi las 2 de la tarde y Azahara aún no ha salido, decido volver a casa, necesito comer, ya volveré otro día si es que está aquí otra vez.

Y en el coche, voy tarareando esa melodía tan pegadiza que se me ha ocurrido sentado en ese sillón de hospital esperando a la niña que últimamente controla mi estado de ánimo.

OscuridadWhere stories live. Discover now