Narra Azahara, la protagonista.
Noto como Pablo adelanta el paso, yo flaqueo de fuerzas, he estado muy nerviosa y me tiemblan las piernas pero aún así intento seguirle el paso. Vamos cogidos de la mano y hay momentos de silencio, pero no es silencio incómodo, así que estoy muy cómoda. Llegamos al hotel y Pablo procede a explicar la reserva. Subimos a la habitación 221 que es la nuestra. Cuando llegamos me echo las manos a la cara, no lo puedo creer.
Es una habitación muy grande y muy bonita y está toda la cama llena de pétalos de rosa, hay una toalla con forma de dos cisnes dándose un beso en la habitación, hay una botella de champán y un par de copas. Las lágrimas, esta vez de felicidad, amenazan con desbordarse.
- Pabloooooo -Digo exagerando el tono- qué bonito, no me lo puedo creer. -Él se acerca a abrazarme caminando muy despacio y me resulta excesivamente sexy.
- Te lo mereces todo, cariño. -Me susurra mientras me abraza, me vuelve loca.
-Te quiero.
-Yo más. -Me susurra y me besa tan fuerte que me llega a hacer daño, pero no quiero que deje de hacerlo.
Nos acercamos a la cama y Pablo se tira de espaldas exageradamente mientras grita "VEN AQUÍ CARIÑO MÍO". ¿Pretende que me tire encima suya? No, no, no, no. No lo haré. Por supuesto que no lo haré. Ni hablar de eso.
- Va, Aza -Dice poniendo tono de niño pequeño.- Tírate.
-¿Estás loco o qué? ¿Quieres que te parta una costilla o algo?
- Azahara, no seas tonta, venga.
- Que no Pablo, que no. -Niego con la cabeza, nerviosa, no quiero, peso mucho para él. Se levanta molesto y me coge por las rodillas y me sube a su hombro.
-Pablo, no, no Pablo, de verdad no, por fa no, bájame, Pablo, en serio, Pablo. -Chillo mientras intento deshacerme de su cuerpo.
-Ves como no pesas tanto, deja de decir tonterías. -Dice mientras intenta que no le dé un golpe en la cara. Hace el amago de bajarme pero me coge y me tira a la cama.
Me río, porque me resulta extremadamente graciosa la situación aún sintiéndome fuera de lugar y se lanza encima mía apoyando los codos a mis lados para no dejar caer su peso sobre mí y me besa con tanta pasión que espero que nunca deje de besarme así, que este momento sea eterno. Pasamos 10 minutos en la misma posición pero al final él se levanta.
- Voy a darme una ducha y a ponerme el pijama. ¿Querrás salir esta noche?
-No sé, como tú quieras. -Digo incorporándome en la cama.- A mí me da igual.
- Tú eliges.
-Prefiero quedarme aquí contigo y descansar, ya saldremos mañana. -Digo sonriendo.- Si quieres, eh.
-Menos mal, era la opción que tenía en mente. -Dice mientras se acerca a mí. Me pongo de píe en la cama y él se abraza a mi cintura. yo le abrazo por el cuello mientras beso su cabeza.
-Por primera vez soy más alta que tú eh, machote. ¿Ahora qué? ¿A quién vas a llamar tú enana? -Digo poniendo cara de chula y haciendo movimientos de boxeador aunque no tengo ni idea.
Pablo se sube a la cama y vuelvo a sentirme una enana total, me río a carcajadas ante la tontería que acabo de soltar y él lo hace conmigo.
- Que sepas que yo hice karate, eh. Que soy todo un Jackie Chan.
- Ya lo sabía. - Seguimos de píe en la cama, riéndonos a carcajadas y él me abraza por la cintura mientras me tira en la cama. Él acaba encima mía. -Espabila, a la ducha -Digo dándole golpecitos en la espalda.- Venga.
- Sí mamá - Suelta sarcásticamente y pone cara de niño bueno.
- No tardes que yo también me quiero duchar. -Digo acercándome a darle un beso.
- Dúchate conmigo. -Le amenazo con la mirada- Es por ahorrarle agua al hotel, sabes.
- Esa excusa es muy vieja, actúalizate. -Digo dándole un empujoncito.
- No ha colado, ¿no?
- Pues no hijo, no. -Digo riéndome a carcajadas mientras él coge el pijama y ropa interior de la maleta.
- Vale, dame diez minutos. No me eches mucho de menos.
- No te preocupes, no lo haré. -Digo orgullosa, levantando el cuello, aún riéndome.
- Ya, claro. - Se acerca a mí con tono irónico y me da un beso. - Adiós - Dice cerrando la puerta del lavabo.
- Adiós, pesaaaaaaao. Tira ya. - Me río a carcajadas y escucho como él dentro del baño hace lo mismo. Sonrío como una idiota, y me tiro a la cama de espaldas, cerrando los ojos. Qué bonito sueño estoy viviendo. Qué bonito.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...