Narra Azahara, la protagonista.
Me despierto con un dolor de cabeza brutal y a penas puedo abrir los ojos, la claridad del día me lo impide y aunque por un momento no sé ni lo que pasó anoche ni donde estoy, pronto lo recuerdo todo con claridad. Abro los ojos y noto que estoy empapada en sudor, Pablo está en mi espalda y su respiración es profunda, su brazo cae sobre mi estómago y su pierna sobre las mías, está con la boca entreabierta, con cara de cansancio y también está sudando. Miro hacia abajo para encontrar rasgos de lo que pasó anoche pero notó la hinchazón de su pantalón debajo de las sábanas y me estremezco pero sonrío, aunque nadie me está viendo, espero.
Con cuidado aparto su brazo de mí y me deshago de su pierna, salgo de la cama y retiro las sábanas de su cuerpo porque está sudando mucho y debe ser incómodo. Abro las ventanas para que pase un poco el aire y me sirvo un vaso de agua fría de la neverita. Tengo resaca y no sé cuántas copas llegamos a beber anoche pero la botella de champán está a punto de acabarse así que me lo puedo llegar a imaginar. No puedo aguantar el sudor y me meto en la ducha corriendo.
Salgo de la ducha 10 minutos más tarde y solo en ropa interior, no quiero sudar más, hoy el calor en Cádiz es absolutamente insoportable y no quiero empezar el día con mal píe. Salgo del lavabo y Pablo ya está despierto, ocultando el hinchazón visiblemente grande de su pantalón.
-Buenos días, mi niña. - Se me eriza la piel al escucharlo decir esas palabras. Su voz es ronca y tiene aún los ojos cerrados, me resulta realmente sexy y un escalofrío recorre mi piel.
-Buenos días, bello durmiente. - Se nota que eso de ser cariñosa no va conmigo, lo siento Pablo.
- ¿Llevas despierta mucho rato? - Pregunta Pablo rascándose los ojos y apoyando la cabeza en su propio pecho. Se le hace papada y está realmente gracioso. Reprimo una carcajada.
- No, 15 minutos si llega. - Contesto mirando el reloj.
-JOOOOOOOOOOOODER. -Chilla Pablo abriendo mucho los ojos y mirándome. Yo me asusto.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? -Pregunto preocupada.
- Que no sabia que estarías así. -Dice alzando la mano de arriba a abajo señalando mi cuerpo y me doy cuenta de que estoy en ropa interior. Sofoco un gritito y me tapo con la sábana.- No, no, joder, no te tapes, que, osea, que no lo he dicho porque no me guste, al contrario, osea, que a ver, que joder, que estás muy buena Aza y no sé, coño, que ha sido de sorpresa, como anoche no querías, no sé, no, bueno que... Eso.
Yo no puedo reprimir una carcajada sonora ante su falta de expresión de buena mañana.
- Pablo, que espesito estás de buena mañana, cariño. -Digo soltando la sábana y noto como mis mejillas se vuelven completamente rojas, pero decido quedarme así.
- La verdad es que sí. -Dice Pablo mientras se levanta de un salto de la cama y se acerca a mí tan rápido que no me da tiempo a respirar y me pega a la pared mientras pega sus labios a los míos y yo me siento en el mismo paraíso. - Pero se me va a pasar rápido, ya lo verás. -Dice Pablo besando mi clavícula mientras yo enredo mis manos en su pelo rizado y sudoroso. Él me agarra de las caderas y pega mi cuerpo al suyo mientras que yo arqueo la espalda. El placer que siento ahora mismo es máximo pero no quiero que vaya a más. No puedo querer que vaya a más. No lo he echo nunca y no sé si estoy preparada aunque sé que es el indicado, no estoy segura de querer que pase aquí, aún así me dejo llevar. Pablo se acerca más mientras sigue besando mi cuello, subiendo y bajando, llegando hasta mi clavícula y de ahí hasta mi boca. Me levanta del suelo agarrándome fuerte el culo y yo empiezo a temblar. Me agarra con fuerza y me tumba en la cama mientras se tira encima mía. Se levanta rápido y yo me siento totalmente descompuesta, por un momento pienso que se va a marchar. Sus ojos reflejan deseo, deseo y mucha pasión. Agarra la cartera y saca un preservativo. Lo deja encima de la mesita que hay al lado de la cama.
-Pablo... yo... - Balbuceo cuando vuelve a la cama y se tumba encima mía otra vez.
-Chhhst...- Me calla mientras me vuelve a besar, él lleva todo el peso de lo que va a suceder, pero me gusta así, me gusta que él mande, me gusta notar como su cuerpo y el mío encajan perfectamente, me besa rápido y luego lento mientras su mano recorre todo mi cuerpo de arriba a abajo una y otra vez mientras en algunos sitios me agarra con fuerza, como si me fuera a ir. - No haremos nada que tú no quieras, cariño...
-No.... no... no es eso... no- Intento decir pero siento placer extremo y no puedo a penas articular palabra.- Yo...yo...yo...no..no lo he echo nunca... ya sabes...eso. -Digo tímida.
- El momento es tuyo...- Dice mientras me da pequeños mordiscos en el cuello. - Solo tú decides cuando y con quién...
- Aquí, contigo. Ahora. - Digo tan decidida que hasta yo misma me sorprendo pero sé que es lo que quiero. Pablo sigue besándome de la boca a la clavícula repetidamente y yo sigo con mis manos enredadas en sus rizos rubios. Me levanta suavemente y me desabrocha el sujetador. Intento respirar hondo, relajarme, va a ser perfecto, solo necesito confianza. Tengo los pechos más bien pequeños y me estremece la idea de que me vea sin sujetador, aún así me dejo.
- Relajate, pequeña...- Dice mientras me besa apasionadamente y entre su mano derecha sostiene mi pecho izquierdo. Yo respiro profundo y cierro los ojos mientras estiro de su pelo.
Abre el preservativo.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...