Narra Azahara, la protagonista.
No sé calcular cuanto tiempo ha pasado desde que nos subimos al barquito, Pablo se deja caer a mi lado y escucho su respiración alterada, busca mi mano con la suya y cuando la encuentra la sostiene con fuerza. Yo cierro los ojos y me relajo, disfrutando del momento. Al momento me incorporo para volver a ponerme el bikini. Estamos parados en medio del mar y por suerte no hay nadie más navegando pero aún así me siento algo incómoda. Pablo hace lo mismo que yo y se sube el bañador tímidamente mientras sonríe.
- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? -Pregunto buscando un reloj en sus muñecas y como no lo veo me estiro para coger mi móvil del pequeño sillón, cuando me giro, Pablo me está mirando el culo y sonríe ruborizado cuando lo miro fijamente pidiendo una explicación. - ¡Oye, tú, empanado! - Grito sonriendo mientras paso una mano por delante de su cara. Él sonríe y cierra los ojos. - Han pasado casi dos horas desde que nos subimos al barco, no es por nada, pero esto irá por tiempo, ¿no?
-Tranquila, -dice pasando una mano por mi espalda y mi piel se eriza tanto que hasta duele- no te preocupes por eso. ¿Quieres volver?
-No, estoy bien aquí, como tú quieras. ¿Tú quieres volver?
-No. -Está tan tranquilo que su voz suena apenas en un susurro y algo ronca lo que produce una sensación muy extraña y bonita en mi. Sigue tumbado mirando el cielo así que yo hago lo mismo y me tumbo a su lado pero me acurruco entre su cuerpo y su brazo y él me abraza por la cintura mientras me besa la cabeza. - Oye Aza... -Susurra aún con voz ronca. Yo levanto la cabeza para mirarlo fijamente y aún desde esta perspectiva sigue siendo precioso. Levanto una ceja animándolo a hablar.- Que, que nunca había sentido esto, creo, por nadie.
-¿Crees? -Pregunto sonriendo mientras me incorporo aguantándome con una mano en su pecho pero me vuelvo a tumbar y me divierto haciendo formas con mi índice en su barriga que se hincha y se deshincha mientras va hablando y con mi cabeza apoyada en su pecho escucho los latidos de su corazón y me siento la chica más afortunada del mundo entero aquí, en su pecho.
- Sí, creo, porque todo lo que siento ahora son sentimientos nuevos, y lo creo porque no sé que se siente así ni porque, pero me gusta, me gusta mucho lo que siento y me gustas mucho tú también. Es raro, en muy pero que muy poco tiempo, pero de verdad, desde el día que te ví, es que lo supe Aza, lo supe que te iba a querer para siempre ya, y no sabía bien si como algo más que una amiga, pero ahora veo que sí, que no te puedo ver en otros brazos porque solo de imaginármelo me entran escalofríos de miedo, y bueno, necesitaba decirte que si necesitas confiar en alguien espero que yo sea tu primera opción porque tú vas a ser mi primera opción para todo y para siempre. -Está nervioso y le tiemblan las manos y lo noto porque me está abrazando con fuerza para relajarse, yo le doy besos en el pecho porque si hablo sé que lloraré de emoción, pero lloraré. Todo esto es nuevo y mágico para mí y me encanta estar viviendolo con él y ojalá nunca se acabe y lo que promete para mí sea realmente lo que quiere para nosotros.
-Ay, chico barbita -suelto un suspiro antes de arrancar a hablar mientras paso los dedos por su abdomen. - De verdad, no sé que decir, que yo te quiero muchísimo y que yo te ví antes a tí en un vídeo y me enamoré de tu voz, pero sobretodo de tí y lo siento, lo siento porque soy muy joven y quizás entre tu y yo van a haber mil y una diferencias y peleas pero Pablo, estoy dispuesta a luchar lo que sea, de verdad, yo te quiero muchísimo y sé que estás hecho a mi medida, y yo espero estar a tu altura.
Me incorporo y le doy un leve beso en la comisura de los labios. Está con los ojos cerrados y con una sonrisa torcida que me indica que está feliz pero nervioso, decido volver a tumbarme sobre su pecho mientras susurro:
- "Por eso te digo bajito que doy lo que sea por un minuto contigo por eso te canto al oído mi secreto cautivo sin miedo a decirlo: yo... te quiero" y mucho.
Pablo suspira muy hondo y veo como su pecho se infla y desinfla como un globo y levanta su mano y se la lleva a la cara, se frota los ojos y deslizando su mano hacia arriba y abajo por mi espalda y provocando que se erize mi piel susurra:
- ¿Nos tiramos al agua?
- ¿Aquí? -Digo asustada mirando el mar mientras nos levantamos y nos quedamos sentados.
- Sí, aquí, venga. ¿Te da miedo?
- Un poquitín. -Digo avergonzada mientras me encojo de hombros.
- ¿Confías en mí? -Pregunta agarrando mis manos.
- Sí, claro que sí, pero...
Y sin dejarme acabar la frase me agarra por las piernas y me carga en su hombro mientras se acerca al borde de la plataforma del barco.
- ¡TÁPATE LA NARIZ! -Chilla mientras de un salto cae al agua conmigo entre los brazos y yo grito desesperada. Acabamos en el agua riendo a carcajadas y jugando con el agua.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...