Narra Pablo, el chico barbita.
Mientras miramos cafeteras pienso en comprarle unos altavoces, se los merece, ella y su madre, se merecen mi ayuda, a mí el dinero no me sobra, pero a ella le falta, y sí se los voy a comprar pero no sé como hacerlo sin que se dé cuenta.
-Azahara, coge la cafetera que más te guste.
- ¿Yo? Pero si es para tu madre.
- Da igual, le diré que me ayudaste tú, claramente tienes más buen gusto, yo ahora vuelvo.
-Vale.- Me mira extrañada y creo que se ha asustado así que me acerco a ella y le beso la frente. De reojo veo como mira las cafeteras y al segundo se me queda mirando fijamente.
Cojo los altavoces que veo más normalitos y que más creo que le gustarán y voy a la caja a pagar.
-¿Y ya está?
-Sí,bueno envuélvelo para regalo por favor, pero ahora voy a entrar un momento otra vez, me lo puedes guardar ¿Verdad?
-Sí, por supuesto. Aquí lo dejo. -Dice señalando el suelo.
-Gracias. -Miro el letrero que cuelga de su camisa.- Gracias Andrea.
Entro corriendo a buscar a Azahara, no está en la sección de cafeteras y me pongo de puntillas a mirar por encima de las estanterías que por suerte no son muy altas y rápido veo su pelo castaño por encima de ellos. Voy corriendo hacia ella.
Estoy a su derecha y no me ha visto, está en la sección de música, mirando los discos, entre ellos el mío y sonriendo cuando se decide a pasar dos dedos por la portada de mi disco y me entra un escalofrío. Se gira de repente asustada.
-Hola.
-Ho...hola. ¿Dónde has ido?
-Nada, una llamada.
-Ah, vale. He cogido esta cafetera- Dice levantando una caja.- ¿Te gusta?
-Sí, perfecta. Vamos. -Cojo la caja y tiro de ella agarrándola con fuerza de la muñeca, en la cuál noto unos cortes. De eso hablaremos más tarde, pienso.
Pasamos por la caja y Andrea va a hacer el gesto de coger la bolsa con los altavoces cuando abro mucho los ojos y miro a Azahara de reojo para que se dé cuenta que es una sorpresa para ella.
Andrea vuelve a dejar la bolsa en el suelo un poco confusa y yo sonrío y respiro aliviado. Pagamos la cafetera y le hago un gesto a Azahara para que salga por delante de mí y me giro rápido cojo la bolsa con los altavoces y le guiño un ojo a Andrea mientras ella me sonríe.
- Mira Aza, mira.-Se gira confusa.
-¿Qué es esa bolsa?
- No sé, abrela tú.- Me mira mientras levanta una ceja y me muero de amor.
La abre nerviosa y noto como le tiemblan las manos. Al ver la caja abre la boca y los ojos muchísimo, parece una niña pequeña y me encanta su expresión. Sonríe mucho, cierra los ojos, y me abraza corriendo acercándome a ella mucho y rezo por que se quede pegada a mí para siempre, así, en esta postura, me da igual si estoy corbado porque es bastante más bajita que yo. La quiero así. Pegada a mí.
-Pablo, no hacía falta de verdad. Muchas gracias, te quiero mucho, joder. Pero no hacía falta. Mi madre se va a morir. Ayyyyyy.
-¿Ayyyy? Ja ja ja ja ja, qué bonita eres.
- Y tú que bueno eres, te quiero.
-Y yo.
-¿Y tú qué?
- Que yo también te quiero, pequeña.
- Eres el chico barbita más mono del mundo.
- ¿Qué halago, no? Mono, dice...- Digo mientras pongo los ojos en blanco para hacerla enfadar.
-Mono de bonito, idiota.
-Calla y ven. -La agarro fuerte y la abrazo.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...