Narra Pablo, el chico barbita.
Me despierto con unos golpes tremendos en la puerta y por un momento estoy desconcertado, miro a mi alrededor y solo hay platos vacíos y en la pantalla de mi móvil hay quince llamadas perdidas de un número desconocido. Los golpes en la puerta no cesan y me levanto mientras me acomodo el pantalón que se me ha movido al dar vueltas en la cama.
Abro la puerta y Aza se lanza a mis brazos, detrás está su prima Alba, agarrándola por los hombros y pasándose la mano por la frente con exageración cuando Aza cae en mis brazos medio muerta.
- ¿Qué ha pasado? -Pregunto asustado cogiendo a Azahara en brazos como un princesa y ahora, que está medio dormida, me doy cuenta que ha pasado todos estos días conmigo metiendo barriga, ocultando algo que no es, y a mí me gusta más así. No lo sobran kilos, le falta seguridad.
- Pues que mira, hemos salido, y Azahara estaba muy nerviosa y enfadada, yo no sé porqué, porque se ha pasado toda la noche llorando, aunque entre cubata y cubata balbuceaba algo como que le quiere y tu nombre, y bueno no me he enterado de nada solo que me ha dicho que la traiga aquí en plan desesperación y supongo que como eres su ídolo quería verte, pero ahora ya nos vamos, no queremos molestar si estás aquí de descanso, pero era necesario. - Explica Alba sofocadamente.
- Joder, -digo soltando a Azahara en la cama, tiene el maquillaje corrido, el vestido arrugado y con manchas de rimmel, sus ojos me miran con desesperación y yo me muero por besarla pero me resisto por Alba.- Está loca esta chica.
- Sí, lo siento de verdad. -Alba revisa la habitación con la mirada, como buscando algo.- ¿Has venido solo?
- Sí, bueno, con mi mánager que ahora vendrá, ha bajado a por algo de comer. - Digo rascándome la coronilla y Alba levanta los hombros.- Deja a Azahara aquí, no te preocupes. Mañana quedáis y seguíis con vuestra vida, hoy déjala aquí que descanse, le vendrá bien una cama de hotel. Yo me iré al sofá. No te preocupes. Está en buenas manos.
- ¿En serio? -Pregunta sorprendida- Quizás me mata si la dejo aquí contigo sola, aunque no creo. Bueno, sí, que se quede mejor que yo no tengo donde llevarla, como la vea mi madre así nos mata a las dos. -Sonríe tímidamente y yo le guiño el ojo a modo de aprobación.
- ¿Vives muy lejos? ¿Necesitas que te lleve? No me cuesta nada vestirme y coger el coche. -Pregunto con curiosidad. No me importaría llevarla.
- No no, no te preocupes. Me espera mi novio abajo con el coche. Ya me voy que estará preocupado. Buenas noches. - Me alivia el saber que no me tengo que vestir y me acerco a la puerta para despedirme. Después de dos besos sale al rellano- Mañana dile que me llame. -Dice dirigiendo la mirada hacia Azahara.
- Yo se lo digo. Buenas noches. - Digo mientras sonrío y cierro la puerta despacio.
Me acerco a la cama y me siento al borde. Azahara está un poco más espabilada pero sigue atontada por el alcohol, nunca la había visto así y no me gusta nada esta faceta de ella.
- Aza, oye -digo agarrando su cara con las manos.
- Pablo -balbucea y no se la entiende.
- Te voy a llevar a la ducha eh, que se te baje un poco la borrachera porque no veas chica... - Susurro mientras le hago dar la vuelta para desabrochar la cremallera de su vestido.- Venga en píe. -Digo levantándola de la cama por las axilas, está en ropa interior y me parece realmente preciosa.
- Pablo -susurra y me abraza. Pega sus labios a mi cuello y yo aprieto los puños mientras un escalofrío recorre mi cuerpo. Azahara pasa sus manos por mi pecho y agarra con fuerza el elástico de mi pantalón de chándal. Con torpeza intenta bajarme el pantalón y cuando lo hace y ve el bulto en mi ropa interior abre mucho los ojos y forma una o con la boca.
- Azahara, no. - Escupo serio aunque no muy convencido.- No vamos a hacer nada. Estás borracha, así que no.
- Borracha pero no insconciente. Sí, sí que vamos a hacerlo. - Murmura contra mi mentón y mete la mano en mis calzoncillos. Siento que van a reventar como no pare e intento alejarme de ella. No está bien que esto pase así.
- No, Azahara para por favor. Métete en la ducha, venga. -Digo serio mientras la levanto del suelo y me acerco a la ducha. Le quito la ropa interior y enciendo el agua fría.
- Métete conmigo. Va, venga, por favor.
- ¿Si me meto te callas y no protestas más? - Pregunto entusiasmado, la verdad que ducharme con ella no me parece para nada mala idea. Azahara asiente y pone cara de niña dulce, aunque con el maquillaje corrido no está muy dulce, para mí sigue siendo preciosa.
Me quito el pantalón y los calzoncillos y me meto en la ducha, aún sigo excitado así que es extraña la sensación y quiero hacerlo aqui mismo y con ella pero no, no porque está muy borracha. El agua fría cae entre nosotros dos y se acerca a besarme apasionadamente y yo me dejo. 10 minutos el agua no deja de caer y nosotros no hemos dejado de besarnos debajo. Ni el agua fría apaga nuestra llama.
Salgo de la ducha y me seco con la toalla rápidamente y enrollo en la misma a Azahara mientras con un abrazo la saco de ahí. Voy a mi maleta y saco una camiseta simple de manga corta y se la acerco a Aza mientras yo me pongo unos calzoncillos limpios y nada más.
Azahara ya está más despierta y camina sola, aunque tambaleándose aún un poco, hasta la cama. Y nos tumbamos. Azahara se acerca a mí y se abraza a mi cuerpo con la cabeza en mi pecho y yo envuelvo su cuerpo con mis brazos y así nos dormimos, aunque yo tardo un poco más porque no puedo dejar de escuchar su respiración agitada.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...