Narra Azahara, la protagonista.
Me despierto por un terrible dolor de cabeza, no recuerdo nada, pero que yo sepa estaba en la ducha, me siento confusa y mareada y al abrir los ojos lo veo ahí, está tumbado a mi lado, y tiene una sonrisa de oreja a oreja, por un momento creo que me voy a desmayar pero aguanto el tipo.
Su sonrisa me hace entrar en tranquilidad, y cuando me doy cuenta veo que estoy desnuda y chillo tan fuerte que creo que le acabo de reventar un tímpano.
Hablo con él un rato, una conversación tranquila, pero cuando me doy cuenta veo que me mira confuso, como si no viera normal que yo esté tan tranquila, pero es que él me da la misma calma que me quita con una sola mirada, es raro, es confuso, no sé, es Pablo.
- Bueno Pablo, creo que te vas a tener que ir a abajo mientras yo me visto.
-Sí, porque la opción de quedarme y ver como te vistes no la barajo ¿no?
Y sonríe pícaro y me dan ganas de lanzarme encima de él, y si tuviera un buen cuerpo me revolvería con él en las sábanas, pero me limito a levantarle las cejas y asiente y se levanta de la cama.
-Te espero abajo, no tardes mucho. ¿No te volverá a pasar nada verdad?- Sonríe.
-No, ja ja ja, confía en mí.
-Lo hago Azahara, confío en ti desde el primer momento que te vi. -Creo que no se refiere exactamente a no volverme a caer físicamente.- Solo quiero que no me defraudes.
Me ruborizo y bajo la mirada.
-Ahora bajo.
No puedo prometerle que no le voy a fallar, porque sí que lo haré, soy una chica con demonios por dentro, tengo el mísmisimo infierno en mi mente, y a veces me hace hacer cosas que no quiero, que ni si quiera están en mi mano. Así que aunque no quiera le acabaré fallando, no sé ser buena hija, ni amiga, tampoco creo que sepa ser buena fan.
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Oscuridad
Teen FictionAzahara era una chica con muchos problemas. Ni su físico, ni sus amistades, ni nada de su entorno ayudaba para que toda su tristeza desapareciera. Era buena en los estudios, e incluso más inteligente de lo que llegaba a demostrar. Su vida se desmoro...