Cádiz.

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Narra Azahara, la protagonista.

Vamos en el coche escuchando Cadena100, me muero de ganas de que suene una canción de Pablo, la costumbre por subirme a un coche, pero sé que él no tiene nada de ganas y tiene mucho miedo de que eso pase. 

-Aza, coje de la guantera un disco que hay de ColdPlay y ponlo, anda. 

-No. -Suelto seca y apago la radio. Me reincorporo en el asiento y me giro un poco para mirarlo.- cántame.

-¿Que te cante?

-Sí, pero no cierres los ojos que a ver si tenemos un accidente.

-Que lástima porque no sé cantar sin cerrar los ojos así que no puedo. -Miente para evitar tener que cantarme.

-Pablo, va. -Digo con tono de niña pequeña.

-Vale pero poco. 

-Va.

-Enséñame a rozarte lento, quiero aprender a quererte de nuevo, susurrarte al oído que puedo... - Y hace un ruidito extraño, como si no se acordara de la canción. - y ya no me acuerdo de más.

-¿De quién es?

-Mía.

Pienso en ello durante varios segundos, me siento muy mala fan, no conozco esa canción y es suya... Se me parte el alma.

-Tranquila, es normal que no la conozcas, es del próximo disco. Seguramente será el single.

-Pa...Pablo, ¿me estás diciendo que... que soy la primera en escuchar tu nueva canción?

-Sí, quitando el productor, los músicos, mi madre y mi padre, sí, eres la primera. -Dice sonriendo mirando la carretera. 

-Te quiero. -Digo mientras agarro su mano que reposa en mi muslo izquierdo.

-Y yo cielo. 

Después de 5 minutos en el coche, sin saber donde vamos, veo que cruzamos un letrero que indica que salimos de Málaga. Me asusto, confío en Pablo, pero no sé donde me lleva y tengo miedo. 

-Pablo, ¿Dónde vamos?

- Tardabas mucho en preguntar -lo miro esperando una respuesta y después de una pausa dramática dice- bueno, como sé que vas a estar incómoda todo el viaje si no te lo digo ya, vamos a Cádiz, he reservado un hotel para ti y para mi, dos noches, tres días. Solo tú y yo. ¿Qué te parece? -Sonríe mientras aparta un momento la mirada de la carretera para mirarme a mí y aprieta mi pierna con suavidad. 

Sonrío como una idiota y una ilusión inmensa se apodera de mí. Qué bonita manera de aprovechar el poco tiempo que me queda antes de volver a clase. 

-No me lo puedo creer, qué bonito eres. -Sonrío mientras me acerco a darle un beso en la mejilla.- ¿Tendré que avisar a mi madre, no?

-No hace falta, ya lo he echo yo.

-Siempre tan atento. 

-Me cuesta, pero lo intento. 


OscuridadWhere stories live. Discover now