Capitulo 26

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Guen corrió a lado de Darius cuando Alan comenzó a vomitar sangre, las cosas estaban decayendo, nerviosa ayudo a Darius a volcar al cazador boca abajo para que no se ahogar con el vómito.

— Alan... —Darius intentaba que Alan se mantuviera consciente— abre los ojos amor...

El estacionamiento estaba vacío, ningún alma circula por la interéstatal, el celular de su mano pito en señal de batería baja. No llegarían rápido a un hospital o un sanador.

Se alejó unos metros de Darius y recitó las palabras para invocar a Orion, las segundos pasaban y el no aparecía. Su corazón se esturgo al pensar que el la estaba ignorando. Iba a volver a intentarlo pero se quedo en silencio cuando lo vio.

Iba vestido al estilo motorista rudo y pecaminoso, pantalones ajustados a sus torneadas piernas, una camisa negra con una calavera con unas palabras que no entendía que se cernía muy bien a su musculoso torso, pecho y hombros al igual que la chaqueta de cuero, sus ojos tenían un resplandor peligroso, sus carnosos labios estaban rojos, tenía barba de unos días que le hacia ver más caliente y guapo, su cabello castaño rubio estaba desordenado.

— aquí estoy... —oh esa voz, ronca y erótica le causo un orgasmo instantáneo— ¿se puedo saber para que? Andaba en una partida de golf con el gilipollas de Sebastián...

— ¿de que hablas? –pregunto desconcertada— olvídalo, necesito que ayudes a la pareja de Darius...

Sus miradas chocaron, por un instante pensó que el la estrecharía en sus fuertes brazos y la besaría con locura, le diría que la amaba... Pero no paso.

— ¿parezco salvavidas? ¿No? ?¿Que te hace pensar que salvare la vida de un cazador? —Orion se cruzo de brazos– a no ser que me des algo a cambio....

El impacto de las palabras la golpearon, maldito cerdo narcisista, típico de los dioses pedir algo a cambio.

— ¿en serio? Te vas a portar como un imbécil —aspecto enojada. Se cruzo de brazos— no pensé que fueras así.

esa sonrisa ladina y arrogante la hicieron enojar más.

— no te confundas pelirroja, no soy como un inmortal cualquiera, no soy lo que tu crees... Es tu problema si creíste en una fantasía y no doy nada a cambio.

— estas siendo un capullo de mierda, pero muy bien —soltó el aire para controlar su enojó— todo por Darius.... ¿Qué quieres? –lo miro suspicazmente–

— te lo diré cuando lo piense...

— ¿en serio? Vaya, aparte de manipular, también idiota, ya se por que los dioses son así y no sufren por nada.

Observo como la sonrisa arrogante se iba del hermoso rostro de Orion para dar paso a un vacío. Jadeo cuando le agarro el cuello sin fuerza pero después la soltó.

— tu no sabes nada...

— dudo que hayas sufrido, si todo los dioses viven postrados en su lindo trono de oro mientras otros se las ven difíciles.

Lo vio pasarse una mano por la cara para después decir.

— perdí todo lo que más amaba en el mundo, si eso no es sufrir, entonces no se que lo es... —su mirada transmitía dolor.

Pudo sentir y palpar el dolor en su voz, sus ojos parecían opacos, eso la hizo sentir una perra total con el. No podía culparlo a como era, fue criado así, como un dios todo poderoso.

— lo siento –se disculpó–

Brinco cuando el soltó una cargada amarga y llena de ira.

— no me vengas a compadecer, ahórratelo –Orion paso por su lado rumbo hacia donde estaba Darius–

2° DULCE TENTACIÓN. (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora