No debería estar aquí, no cuando estaba fuera de control.
No se movió, no podía. Gruño y se maldijo así mismo por lo débil que era.
Estaba en el marco de la puerta, lo observaba con cautela como si la fuera atacar cosa que el era incapaz de hacer.
Se ahorró de caminar, simplemente usó sus poderes para aparecer enfrente de ella.
Aquellos ojos marrones lo miraban nervioso, la brisa del aire alborotó el rizado cabello color rojo, dejando así al descubierto la cicatriz.
Levanto una mano y con sumo cuidado le acaricio la cicatriz, la vio cerrar los ojos como si le doliera su toque, quiso besarla para que olvidara el dolor.
Lo más estúpido era que como el podía borrar el dolor de otra persona si ni el mismo era libre del dolor...
Pero se inclino y rozo sus labios con los de ella, suaves, cremosos y dispuestos a el.
Avivó al hombre dentro de el, la llama del deseo creció y aumentó la fuerza del beso, ella le hacia olvidar todo, que no importaba nada salvó estar con ella.
Bajo con suma delicadeza la manga de la blusa, beso esa piel suave y expuesta que lo volvía loco. Hizo desaparecer la blusa para tener a la vista esos exquisitos pechos que se alzaban con realeza ante sus ojos.
Los acaricio, bajo la cabeza para meterse unos de esos rosados y suculentos pezones, lo chupo con fuerza para hacerla gritar, su nombre en esos labios fue lo mejor así que comenzó a morderlo suavemente para no causarle dolor.
Metió una de sus manos dentro del diminuto shorts, después dentro de sus bragas para tocar su humedad y fue espectacular, sus dedos tocaron la resbaladiza humedad, ella abrió más las piernas paa que el pudiera jugar con ella ahí y eso le gusto.
No dejo de jugar con su pezón mientras con su manos le hacia círculos en ese punto que la volvería loca, metió un dedo dentro de su entra y el calor húmedo le envolvió el dedo, gruño de placer.
Hizo desaparecer la ropa tanto la de el como la de Guen, despejó su boca del pezón ahora rojo y sumamente sensible, sacó su dedo de su entrada y lo llevo a la boca de ella para que se probará así misma, la forma en que le chupo el dedo fue erótico y mortal.
Dejo que enrollara sus piernas en su cadera, su sexo toco su miembro, la humedad hizo que su pene palpitara por estar dentro de ella.
— te...necesito —musito ella moviéndose sobre su polla–
Estaban al aire libre y no le importaba, agarro su miembro y lo guió a la entrada estrecha, cálida que lo envolvería con su calor, gruño cuando ella lo adentro hasta el fondo.
La apoyo contra el marco de la puerta mientras la embestía con fuerza, sus gritos de placer lo volvían loco, así que aumentó la fuerzas de las penetraciones, la beso con fuerza y ella le regresó el beso con la misma intensidad, con sus manos torturaba los pezones.
No iba a dejar que llegara tan fácilmente al orgasmo, se salió de ella y la giro para que estuviera de espaldas a el, le abrió los muslos, azoto su trasero con algo de fuerza, en puño un poco de esa melena exquisita, jalo para que ella inclinará hacia atrás su cabeza y la beso, mordió y chupo su boca, después entro en ella desde atrás y sin contemplaciones comenzó a moverse en su interior, el sonido de sus caderas chocar con ese hermoso trasero fue la gloria.
Los dos llegaron con fuerza, le mordió el hombro mientras Guen enterraba las uñas en la madera del marco de la puerta, sus respiraciones eran trabajosas, los destello a la cama donde volvieron a hacerlo con más fuerza, la tuvo en diferentes formas, la hizo suya como nunca había hecho a nadie.
Ella dejo que la tomara de todas las maneras posible, por adelante, atrás y ella disfrutaba al igual que el.
Agotados estaban entrelazados en la cama, nervioso comenzó a jugar con sus dedos de la mano.
Esto era un inicio de un fin, el miedo empozo a comerse sus entrañas. No podía soportar perder a alguien más, pero tan poco podía estar lejos de ella después de esto.
— Lo intentare...—sentía navajas córtale la garganta al decir esas palabras—
— ¿seguro? –ella le acaricio el rostro con sus suaves dedos—
No, pero tan poco era un cobarde, estaba cansado de huir.
— si —mintió por su propio bien y el de ella— sólo no me dejes... No podría sopórtalo por segunda vez.
Sintió sus besos por toda el rostro, y su herido corazón lo sintió como un bálsamo al igual que su alma inmortal.
— no lo aré, jamás de dejare y luchare por ti —lo beso y el se dejo– no soy Seira...
Y el encanto se fue, se alejó de Guen por empezó a sentir remordimientos y quiso arrancarse el corazón para dejar de sentir ese dolor.
— no hay necesidad de que te compares con Seira... La dos son diferentes.
— ¿en que forma? Se que no somos parecidas físicamente...
— ella era muy...delicada, tenía que ser muy suave con ella, con ella tenía que ser perfecto... Pero me aceptaba tal y cual era, decía que se tenía que amar a la persona tan y como es sin mentiras ni artificios.
— yo te acepto tal y como eres...
— no lo haces, intentas que sea el hombre que no puedo ser... No puedo cambiar y no lo aré. Soy lo que soy.
— yo no quiero que cambies Orion, admito que hay cosas que no me gustan y me aria feliz que cambiaras tu actitud pero no soy nadie para obligarte, sólo quiero estar contigo pase lo que pase.
La miro, una parte de el quería creerle pero ¿que pasaría si ella supiera su secreto? Lo odiaría, vería mal y lo dejaría. Lo que había hecho era considerado blasfemia ante los ojos de todo.
No iba a engañarse así mismo, el siempre iba a querer a Seira y aria muchas cosas por ella pero también quería a Guen con tanta fuerza que le daba miedo.
No podía ser feliz sin terminar las cosas con su madre y Seira, si nada acababa bien lo mejor era seguir como antes, le pediría a Ether que le borrará la memoria a Guen y el se mantendría alejado.
— vamos a dormir —la jalo contra su pecho. No quería seguir hablando de sus pasado— buenas noches.
— buenas noches a ti, Orion.
••••••
Jajaja ok veremos que pasa más adelante.
Orion no le ah admitido que la ama :( porque sus sentimientos están hechos un caos, siente que debe sacrificar todo por que le fallo a seira.
ESTÁS LEYENDO
2° DULCE TENTACIÓN. (Sin Editar)
WerewolfAveces no puedes controlar el destino, sólo puedes nadar con la marea y esperar el punto final. Ellos dos eran tan diferentes pero se necesitaban el uno al otro hasta el punto de respirar el mismo aire. #2 #segundo libro (sigue después de reclamada...