Capitulo 29

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En que momento pasó todo...no lo sabía. Ella podía ser tranquila la mayor parte del tiempo, pero este crió ya estaba cansándola con su aptitud déspota y odiaba ver como Darius siempre intentaba tranquilizar al cazador.

Furiosa había entrado y acercado para después darle una cachetada que hizo eco por la habitación.

— creo que ya es hora de que madures un poco ¿no? —siseo ella. Se puso adelante de Darius– todos tenemos un pasado que nos sigue pero no por eso seguiré enojada y berrinchuda.

Si las miradas mataran, Guen ya estuviera muerta.

— ¿y tu que sabes? Sólo te escondes para que ningún hombre te vea y eso es peor, no eres más que una zorra disfrazada de monja.

¡Auch! Eso había dolido pero se esforzó para no demostrarlo al cazador.

— por lo menos yo lucho por lo que quiero, ¿pero tu? —contraatacó–

Vio como el rostro de Alan se contraía, giró la cabeza para de la de Darius y tenía la misma expresión.

— dime tu, ¿que harías si tu hermana es juzgada por un dios? –esa pregunta la descolocó, no tenía respuesta— bueno ahí tienes la respuesta.

— Alan....—dijo Darius–

— no te acerques, estoy harto de todo... Simplemente se que el pasado nos ahogara a los dos y están vez estoy dispuesto hacer lo que no hice años atrás.

Guen agarro el brazo de Darius para retenerlo, lo mejor era que esto se quedara así. Si el pasado deseaba venganza que la obtuviera pero no iba a permitir que a los que amaba fueran afectados.

Alan pasó a lado de ellos dos, podía notar la tensión tanto del cuerpo de ella como el de Darius que moría por seguir al chico.

— no...—susurro– está vez él tiene que venir a ti. Él es que está cometiendo el error...

Darius se zafó de su agarre tan fuertemente que ella retrocedió unos pasos, iba a replicar cuando en esas la puerta de madera se cerró con fuerza, El mismo hombre que le mostró la habitación de Orion y sus recuerdos estaba enfrente de ellos dos.

— vaya, vaya... Tu amiga tiene razón chico, deja que tu compañero busque su camino y si tu estas en el va a regresar sino, no lo es....

— ¿qué haces aquí? –pregunto desconcertada–

— no es el saludo que esperaba pero no tengo tiempo para formalidades —el hombre volvió abrir la puerta– daremos un paseo y no acepto negativas...

— no me puedes....

— mira mocoso, no creo que quieras saber que le paso al último que se negó a obedecerme ¿si?, ahora mueve tu culo dentro del portal o yo mismo haré que te comas tu propio corazón y después lo regurgites para volverte lo a comer ¿entendido?  

Ni ella, ni Darius, dijeron nada, con esa amenaza no iban a replicar, lo último que quería era comerse su propio corazón. Dieron unos cuentos pasos, antes de entrar le agarro la manos Darius y el se la apretó. Juntos.

— me gusta que entiendan por las buenas —el tono de voz del guardián era risueño–

No le veía lo gracioso pero no pensaba protestar.

Parecía que el agua estuviera suspendida entre la puerta, cuando entro con Darius los sonidos se extinguieron para dar paso aún silencio, unos pasos más y los tres estaban en mitad del desierto.

¿Dónde estaban?

— ya se por que odió el desierto...

Ignoro la pulla del hombre y se concentró a su alrededor. Dunas de arenas, el viento arrastrando la arena a su paso, frío y cálido era el aire, el cielo estaba cubierto por el atardecer y era maravilloso, naranja, azul claro y azul marino con pocas estrellas cubriendo el manto nocturno.

—  ¿dónde estamos? –oyó que preguntaba Darius–

— en Ilitium, conocida como en el presente "mercy's fall"

Sus ojos abrieron, más allá de las dunas de arenas se podía ver un pueblo y el enorme castillo que se alzaba con magnificencia.

En eso una mujer de piel clara con  vestidos egipcios que dejaban muy expuesta mucha piel, joyas por todo el cuerpo que brillaba con la escasa luz solar, tenía unos ojos ambarinos como los de Orion...

La muere iba con una pequeña niña de tres años como máximo. Ojos ambarinos, pelo castaño o ¿era cobrizo?

— ellos no nos pueden ver, quiero que pongan atención y no es una petición —el guardián les dedicó una mirada retadora–

Puso atención.

— mama, ¿donde vamos? –pregunto la niña–

— vamos a ir más allá del sol y la luna, donde el mal no es aceptado... ¿Prométeme que pase lo que pase no mirarás a bajo?

La niña asintió y siguió a su madre, Guen no se movía pero el escenario si, lo que permitía seguir a madre e hija.

Y de repente todo se volvió negro y vio a la mujer llorando, tenía a la niña en brazos mientras la apretaba contra su pecho y susurraba.

— es por tu bien, mi dulce Seira... Mamá te protegerá y destruiré todo aquel que te haga daño, ese es mi juramento hacia ti mi dulce niña por haberte quitado tu inmortalidad.

Se tapó la boca, volteo a ver a Darius que parecía que había visto a un fantasma. Y después negaba y daba pasos hacia atrás.

— no, no, no, no....—su voz era entrecortada–

— ¿Darius? –digo.

La carcajada del guardián la sobresalto.

— ¿ves que tan cruel puede ser el destino? La misma mujer es su perdición. Miren.

Y Miraron.

Un hombre, traje negro, un Akûrl  que iba acorde con el desierto, ojos azules estrellados, cabellera negra larga amarrada en una cola de caballo, cuerpo bien trabajado.

— es hora de que te vayas, Hator.

La mujer miro con odio al hombre, se levanto con su hija entre sus brazos.

— te odio, jamás vas a tenerla, te di su inmortalidad el trato es ese, ahora tártaro regresa a tu reino y dejamos en paz.

La risa del dios le hizo escalofríos, la tendré, disfrutare haciendo sufrir su alma de muchas maneras y tu mi quería prima no lo impedirás, Seira ahora es humana y mientras no este su alma unida a ti —el se cogió de hombros– mis planes están hechos, el destino lo rigo yo, tu hija fue concebida entre la miseria y el dolor.

El viento sopló con fuerza trayendo consigo arena. Se cubrió la cara y volvían a estar en la habitación en la que habían estado.

— no, no, no.... Esto tiene que ser una puta broma....

— me gustaría que lo fuera mocoso, pero no. ¿Es ella la misma mujer a la cual amaste, Darius?

Esa pregunta resonó entre ellos y la habitación, el guardián los dejo.
Guen nunca supo bien el pasado Darius y ni lo que pasó. Siempre que intentó que hablara con ella sobre el tema el ignoraba y desviaba el tema.

— Darius.... —susurro—

— vete con tu mierda de  psicología a otra parte y déjame en paz —brinco cuando la puerta fue cerrada con fuerza.—

¿Qué había visto Darius que lo puso así? ¿Aque se refería el guardián con aquellas palabras? ¿Esa muere hermosa era Hator? ¿Que secretos tiene Seira? Muchas preguntas y cero respuestas.

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Nuevo capítulo :3
Si más adió!! Me largo hacer tarea :3 jajajja

2° DULCE TENTACIÓN. (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora