Capitulo 46

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Observando, eso era lo que estaba haciendo. Porque tenía que ver cuales eran las debilidades de su enemigo. Sin importar el que, ella debía ganar esta guerra, la ganaría sin importar a quienes tuviera que quitar de su camino, demostraría lo fuerte y lo poderosa que era, no era la débil chiquilla que necesitaba constante protección de sus hermanas ni las migajas de amor de sus madres, no. Ella demostraría lo fuerte que era, y gozaría la sangre que derramara.

Itzar se pavoneó por la parte central del campo de batallas, sus pasos eran silenciosos y gráciles, el sonido de aus joyas resonaban como una sinfonía de dolor, de poder, de gloria, de odio y Malicia.

— veo que están casi todos –digo mirándolos a todos con vacío— ¿deberíamos abrazarnos por reunirnos? –pregunto con burla–

— Itzar... —Mora dio un paso adelante— deja de jugar... Esto no tiene sentido, Moya Sestra.

— oh vamos, hay que divertirse y que más que con la escorias de la familia –le dio una sonrisa a Mora que ella sólo sabría identificarla– ¿no crees que es momento de decirnos lo que pensamos los unos a los otros?

— basta Itzar —gruñó Ether–

— oh, me rompes el corazón querido hermano, –se hizo la herida poniendo una mano sobre su vacío corazón— ¿pero dime, amas tanto a Nizt que le perdonarías todo?

El rostro de Ether mostró su desconcierto a diferencia del de nizt que mostraba terror. No pudo evitar reír, así  que la zorra reprimida de nizt no le había dicho a su adorado esposo.

— bueno déjame decirte y así ahorrarle a mi adorada hermana el hablar —camino y poco a poco fue caminando por el aire hasta un trono que estaba flotando— tu adorada esposa, abortó un hijo tuyo.

Soltó sin miramientos, nizt gimió  silenciosamente mientras Ether la volteaba a ver pidiendo una explicación.

— mientes –siseo Ether–

— sabes que ningún dios puede mentir –digo. Movió la mano y formo la imagen de nizt provocando su aborto– pregúntaselo a ella, y sabrás que no miento.

Nizt se tapaba la cara y evitaba mirar a Ether quién gruño y maldijo a los dioses del aire.

— lo siento —susurro Nizt— yo... Tu... Todo... Lo siento...

Ether evito que nizt lo tocara, se alejó de ella y fue hasta donde estaba Orion.

Nizt grito y sacó una espada, por fin mostraba su verdadero yo, quería destruir cada defensa de ellos reviviendo sus más íntimos secretos llenos de dolor y sufrimiento.

Nizt comenzó ir hasta donde estaba ella y sus cazadores sacaron armas y apuntaron.

Sólo una carcajada, se levanto de su trono para después aparecer cerca de su hermana.

— ¿qué se siente ser destruida en carne viva? –pregunto–

— vete al diablo hermana –le escupió nizt—

— siempre eh estado ahí y no sabes lo estupendo que es –sonrió– vamos nizt, sabes que quieres golpearme hazlo.

Extendió las manos para darle más énfasis a sus palabras, los ojos de nizt relampaguearon llenos de furia, sus manos se alzaron para insertar la espada sobre ella, pero uno de sus cazadores intercepto el golpe para después regresarlo, nizt cayó un par de metros lejos.

— oh, lo siento –se disculpó sin sentirlo– estas fuera, luego me ocupo de ti, débil hermana mayor.

Se giró a ver a los demás, se hizo la inocente mientras ella se colocaba detrás de sus cazadores.

2° DULCE TENTACIÓN. (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora