Un dulce amor - 'Mario Bautista'

Capítulo 51 "Amanda Cerny"

Mario versión.

Caminé sin rumbo alguno, lo único que quería era alejarme de ése lugar y de New York, una ciudad que me traía muchos recuerdos.

Estaba solo, solo como un estúpido. Tomé un taxi y me dirigí hacia nuestra vivienda de aquí, donde solíamos vivir en vacaciones... donde comenzó todo.

Era de suponerse que estaba más que solitario, no sabía si quedarme por lo menos ésta noche o irme de inmediato hasta México nuevamente.

Había perdido mi vida entera, todo lo había dejado con ella y todo por culpa mía. Nunca la había visto como la vi hoy, tan alegre y deslumbrante, algo que acabé en menos de un minuto, pero no tenía alternativa, sólo espero que algún día pueda perdonarme y se dé cuenta que todo lo que hice fue por su seguridad, porque la amo.

Tu versión.

—Odio decirlo, pero 'te lo dije', yo te dije que los famosos son así... sólo buscan diversión por un rato y tú no entendiste—Dijo Sebastián, sus regaños no me llevarían a nada en estos momentos.

—Sebas, comprende, estoy enamorada de él lo que tú me digas es inválido—Me defendí.

—Claro, 'enamorada' perdóname y ahora mírate, ¿Seguirás enamorada de él? ¡Ve lo que te ha hecho!

—Eso lo dejaré en el pasado—Me limpié las lágrimas. Lágrimas que yo sabía muy bien que regresarían cada noche. —no estoy para reclamos ¿Sabes? quiero estar sola ahora.

—Está bien, si así lo quieres—Se puso de pie. —Estaré del otro lado de tu ventana si me necesitas—Caminó hacia la puerta y salió.

No necesitaba más que estar sola, ¿Reflexionar? ¿Sobre qué? si pudiera iría y buscaría a Mario pero él no me quiere, no como yo a él. Esta sería una larga batalla entre mi corazón y lo que en realidad debía hacer. Sólo sé que a partir de éste momento una parte de mí estaba muerta, yo sería alguien diferente y quizá sea la mujer más frágil del mundo, quizá llore todas las noches pero nadie lo sabrá.

Tomé nuevamente esa cadena poniéndome de pie y la tiré a la basura, donde debía estar. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Después tome mis maletas y subí a mi habitación, una habitación que parecía torturarme... posters de los caballeros por doquier ¡Vaya que tenía mucho que hacer hoy!

Sólo arranqué todo de mis paredes, y los estrujé tan fuerte hasta que su tamaño disminuyera y los pudiera meter dentro una bolsa. Cuando terminé de hacerlo abrí mi armario y saqué algunas cosas de ellos, de los caballeros, estoremb... y las lancé para que le hicieran compañía a lo demás. Me deshice de todo, excepto del disco, eso era algo que ni siquiera mis impulsos me dejaban hacer.

Después de eso me recosté en la cama y puse algo de música lenta para relajarme, se escuchaba 'Let It Be' de The Beatles. Miraba hacia el techo, lo peor que pude haber hecho fue escuchar música así... mi cabeza se llenaba de recuerdos, me autodestruía con eso ya que al darme cuenta que todo fue fingido... que Mario nunca me quiso y sólo jugó con mis sentimientos, era horrible como la persona que nunca imaginé que me lastimaría lo hizo con despecho.

Cerré mis ojos por unos minutos cuando sentí que abrieron la puerta de mi cuarto.

— ¡Hija! —Observé a mi madre acercándose a mí para darme un gran abrazo, lo necesitaba mucho.

—Mamá—Sonreí.

—No sabía que hoy regresarías—Se sentó junto a mí y luego miro cada centímetro de mi cuarto con detenimiento. — ¿Qué le pasó a tu habitación?

—Maduré—Contesté. —Decidí quitar todas las cosas... de niñas pequeñas.

—No lo creo—Rió. —Tenías a tu novio pegado en la pared, dime ¿Cómo te fue?

—Me fue excelente, México es muy bonito—Admití, me fue bien... en México.

— ¡Qué bien! ¿Y Mario cómo está?

—Bien, supongo que está muy bien ahora—Dije, obviando en mi mente que se encontraba mejor sin mí, de seguro se quitó un gran peso de encima.

—Me alegro, bueno, en la cena me sigues platicando, iré a preparar algo de comer—Se levantó y salió del cuarto.

Mario versión

Ya no podía mas con esto, no podía estar alejado de _____ tanto tiempo, al menos no de esta manera pero no me quedaba opción alguna. Tendría que aprender a vivir con esto.

Decidí no quedarme un momento más ahí, tomé un taxi y me dirigí directo al aeropuerto, México espera por mí.

(...)

Varios días pasaron después de llegar ahí, fueron varios días en los que actué como si nada ocurriera, todo ése sentimiento lo podía guardar muy dentro de mí. De ______ no quedaba nada más que sus recuerdos, bellos recuerdos. Cuando al fin me armé de valor para regresar al estudio, donde me esperaban los mismos productores fastidiosos de siempre.

—Buenos días Mario—Sonrió uno de ellos. —Veo que obedeciste, ¡eres un gran chico!

—Que ironía, me tratan como si fuese un perro—Contesté.

—No te molestes de esa forma, luego nos agradecerás—Seguía sonriendo. —Entonces, ¿Ya te has decidido por alguna modelo? —Cambió rotundamente de tema.

—No, prefiero estar soltero a salir con una modelo falsamente. O salir con la que era mi novia.

—Mario, eso está en el pasado ahora—Comentó. —Ahora mismo 'la que era tu novia' ya no lo es, y quizá tú estés sufriendo por ella mientras ella esté con cualquier otro—Rió. — Eres tan ingenuo para tener veinte años.

—Como sea, no me interesan tus palabras.

—Lo sospeché, entonces ¡Amanda ya puedes salir! —Dijo él, entonces la puerta se abrió y salió una chica bastante alta,ojos lindos y muy esbelta, ¡Era bellísima! y tenía una hermosa sonrisa.

—Ya le comenté todo a Amanda—Me miró tomándola de la cintura y acercándola a mí. —Ahora yo me retiro, feliz pareja—Salió lo más rápido que pudo ese idiota, dejándonos a mí y a Amanda a solas.

—Bueno—Se acomodó su cabello. —Espero que nos llevemos bien—Estiró su mano y yo la estreché.

—No quiero ofenderte, pero yo no creo poder llevar algo más que una amistad.

—Seremos amigos—Rió.

— ¿Enserio?

—Sí, amigos... pero en público pareja. O si quieres, eso puede cambiar y nos divertiremos más—Rodeó mi cuello con sus brazos, eso sólo lo hacía _____.

—No—Me separé.

—Como quieras—Sonrió y sacó un papel de su bolso dándomelo.

— ¿Qué es esto?

—La dirección de mi departamento, tienes que pasar por mí mañana y saldremos al centro comercial de Santa Fe

— ¿Estás loca? Ese lugar es muy transitado, nos verán.

—Lo sé—Guiñó el ojo. —Reglas son reglas, así que da de tu parte... no me importa si tu vida se te va de las manos, a mi me pagarán igual—Era hermosa, pero tan odiosa. Salió de la oficina con un ruido de sus tacones que me dolían los oídos al escuchar. Esto se me estaba yendo de las manos, como ella lo dijo.
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