Ése saco color azul marino, tan suave... y su aroma seguía impregnado en él. Lo tenía en mis manos nuevamente, aunque no entiendo si yo me deshice de él por completo.
No entiendo que hacía ahí, todo era sumamente extraño, pero llegó en el momento que quizá esperaba.
La puerta de la entrada comenzó a abrirse de nuevo, yo guardé el saco en la caja y la cerré, poniéndola tras de mí e intenté poner una de mis mejores sonrisas.
—Buenas noches—Dijo mi madre al verme.
—Buenas noches—Contesté. — ¿Cómo te fue?
—Bien, gracias—Sonrió. — ¿Qué tienes detrás de ti? —Dijo intentando asomarse pero retrocedí.
—Nada... me iré al cuarto—Di media vuelta.
— ______. Creo que debemos hablar.
—Dime.
—Me iré a cambiar, pero te veo en la biblioteca en diez minutos—Dijo mi mamá con ése acento que utilizaba profesionalmente, me intimidaba mucho que me hablara así, me sentía como si estuviera en un tribunal y tuviese que decirle todo.
Corrí a dejar la caja a mi habitación y luego volví abajo y entré a la biblioteca, donde mi madre ya se encontraba sentada en su escritorio.
Me senté justo enfrente, como un cliente más.
—Bien, comienza a contarme—Dijo con seriedad.
— ¿Contarte qué? —Bufé.
—Hoy finjamos que no soy tu madre, soy tu mejor amiga... ¡Soy Sebastián en versión femenina!
— ¿Cuál es el punto?
—El punto es que me enteré que terminaste con Sebastián...—Suspiró. —Y yo ni siquiera sabía que habías terminado con Mario.
—Mamá, esas cosas no...—Me interrumpió.
—Hija, está bien, si no quieres decírmelo estás en tu derecho, pero no puedo imaginar en cuanto tiempo después te pusiste con Sebas. Lo lastimaste.
— ¡No! Así no fueron las cosas... mamá—Mis lágrimas comenzaron a salir. —Es una historia larga, me duele mucho recordarla, pero te juro que yo le advertí a Sebastián que no funcionaría y el aceptó, sólo anduvimos dos o tres semanas.
— ¿Qué fue lo que pasó?
—Es complicado, no sé si quiera contarlo ahora—Admití con mi voz agudizándose y me levanté del asiento. —Lo siento—Dije con un suspiro, mi voz apenas alcanzó a salir.
Caminé lentamente hacia la puerta dejando a mi mamá sola en la biblioteca, yo me dirigí hacia mi habitación y cerré con llave.
—Aquí sigues—Dije en voz alta, refiriéndome al saco. —No debiste volver ¿Sabes?
A veces solía dudar de mi salud mental, esto se volvía cada vez más cotidiano.
Me recosté en mi cama al lado de ése saco y caí en un profundo sueño, sin importar más.
(...)
Los golpes a la puerta se volvían cada vez más intensos a tal grado que no me dejaban dormir, ¡Eran insoportables! ¿Qué acaso nadie piensa abrir?
Qué más da, olvidaba que mi madre trabajaba y yo me quedaba sola en casa, ya que, eran vacaciones de invierno al fin.
Tomé un abrigo y me cubrí un poco y bajé los escalones, lista y dispuesta para abrir la puerta, que tocaban y tocaban.
— ¡Que ya voy, deja de tocar! —Gruñí. Ojalá no sea Sebastián porque él sabe que mi horario está extendido hasta las dos de la tarde en vacaciones, esa es mi hora de despertar.
Abrí violentamente la puerta y me sorprendió bastante.
—Hola—Dijo con una sonrisa en su rostro y las manos en sus bolsillos. — ¡Cuánto tiempo! ¿Me dejas abrazarte? —Yo asentí, y antes de que pudiera abrazarme me lancé a sus brazos oliendo el shampoo que había usado en su cabello. Luego lo tomé por los hombros y lo miré fijamente.
— ¿Qué demonios haces aquí?
—Si me dejas pasar te cuento con lujo de detalles—Sonreí, me alegraba tanto verlo de nuevo, era una sorpresa muy grande y eso quizá sólo podría significarse una cosa.
Caminamos hasta la biblioteca donde podríamos platicar tranquilamente.
— ¿Y bien? —Dije yo, él sólo seguía sonriendo.
—Acabo de llegar, en cuanto llegué me vine hacia acá—Dijo sentándose. —Vine a aclarar algo, que te dije que no haría.
—Juanpa ya es tarde para eso, dos meses tarde.
—Nunca es tarde, entiéndeme, tenía que pensarlo mucho... tardé semanas en planear todo.
—Claro, planear un vuelo debe ser difícil, gastas tu tiempo, eso es algo que pudiste haber hecho desde aquella llamada.
—Es algo difícil de explicar, no lo entenderías hasta que estuvieras en mi lugar.
—Si es difícil para ti imagina como ha de ser para mí—Dije centrada.
—Mejor tarde que nunca... y estoy seguro que aún no es tarde.
—Dime el punto de todo esto, di lo que tenías que decirme.
— ¡Espera!, no puedo ir tan rápido... las cosas con calma, ya me tienes aquí eso es un avance—Guiñó el ojo.
—Bien—Asentí. —Ya esperé dos meses, no me afectará esperar otros dos más.
—Deja de utilizar tu sarcasmo conmigo—Rió.
— ¿Y los demás? ¿Se están quedando en la casa de New York?
—No. Sólo vine yo por desgracia.
—Entonces ¿Sólo viniste a decírmelo y te irás? ¿Así como así?
—No vine a decirte nada. En realidad he venido por ti.
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Hola espero les haya gustado el capítulo ¿Creen que aceptara a ir con Juanpa? 🤔 Jajaja No olviden votar y comentar para que la siga lo antes posible :D
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Un dulce amor - 'Mario Bautista'
Fanfiction"¿Qué podría contarles de mí? En realidad soy la definición de timidez y torpeza; no podría explicar mis intentos fallidos por ser alguien mejor. Me he aceptado tal cual soy... seria muy seria, pero solamente cuando no me interesa de qué están habl...