Entonces ahí estaba yo dentro del coche de Mario en el asiento copiloto. Mario me miraba tan dulcemente que hacía que olvidara todos los problemas que recorrieran mi mente.
Justo se detuvo en un semáforo, después de eso sentí la calidez de su mano sobre la mía, lo miré y me regaló una de sus hermosas sonrisas.
— ¿Estás nerviosa? —Comentó con su mirada al frente.
— ¿Debería? —Reí.
—No, no deberías. Yo si lo estoy, después de esto nuestras vidas podrán regresar a la normalidad—Suspiró.
—Creí que ya habían regresado...
—No del todo—Detuvo completamente el coche. Estábamos frente a ése lugar que me causaba escalofríos. Exacto, el estudio, donde claro estaba que no tenía los mejores recuerdos.
Mario como siempre, abrió mi puerta y salimos, después tomó mi mano y susurró.
— ¿Me prometes algo?
—Dime—Sonreí.
—No me sueltes, pase lo que pase ¡No lo hagas!
—Mario, no comprendo nada—Dije en forma de puchero.
—Sólo no me sueltes hermosa—Me dio un pequeño beso en la frente.
Caminamos hacia adentro, donde estaba más helado el ambiente que afuera, había como cinco guardias de seguridad que al instante reconocieron a Mario, robábamos las miradas de todas las personas dentro; hasta que llegamos a ésa puerta, donde Mario la abrió sin siquiera tocarla.
—Buenos días—Dijo con una sonrisa deslumbrante apretándome la mano, los señores de traje y muy elegantes me miraban con odio en sus miradas. Era intimidante, quería salir corriendo.
— ¿Qué haces con ella? —Dijo uno de ellos poniéndose de pie y lanzando todas sus cosas alrededor. —Creí que te había dejado en claro.
—Sólo vengo a decirte, que en mi vida se hará lo que yo decida—Dijo Mario firme. —Yo la amo a ella y no tengo porqué estar fingiendo mis sentimientos, ¿Comprendes? —Me abrazó con fuerza.
—Entonces, te abstendrás a las consecuencias—Dijo aquél hombre con una sonrisa en sus labios, su cambio de humor me asustó un poco.
—Tú te abstendrás a las consecuencias—Se escuchó una voz masculina detrás de nosotros, lo cual hizo a todos girar para verlo. Era nada más y nada menos que...Rodrigo Avila. Me parecía impactante mirarlo en persona.
—Rodrigo—Tartamudeó. — ¿Qué te trae por aquí?
—Todo el desbarajuste que has estado haciendo—Dijo con fastidio. —Creí que te arrepentirías después del gran error que cometiste.
—No es un error, es lo mejor para el proyecto.
—Te mostraré lo que es mejor —Sacó un documento y se lo cedió.
— ¿Qué es esto? —Dijo casi estrujándolo con sus manos.
—Es un documento de renuncia... ah y detrás hay una copia, hemos firmado un contrato con Kasst Agency ahora, ¡No te necesitamos más!
Rodrigo fue como un ángel que llegó del cielo en ése momento, la felicidad en el rostro de Mario era impresionante al igual que la mía.
—Te lo dije—Susurró Mario a mi oído. —Te amo.
Lo gracioso de todo era que cada vez que Mario me decía que me quería yo sentía como si fuera la primera vez, siempre sentía esas mariposas en el estómago tan inexplicables. Y eso me encantaba, ya que tenía bien definido que tenía el mismo poder de hacerlo sentir lo mismo que él a mí.
Ro nos hizo una seña para que saliéramos, supongo que él se encargaría de arreglar todo, Mario me jaloneó literalmente hacia afuera, el corría pero olvidaba que me tenía apretujada de la mano.
—Mario detente—Dije riendo, él me obedeció, luego me levantó en el aire y me dio un beso, después de unos segundos me separé, pero seguía en sus brazos.
—Estamos en público—Reí.
— ¿Y? Yo te amo y no me importaría que el mundo lo supiera...—Rodó sus ojos. No contesté, sólo sonreí. — ¿No me crees?
—Si te creo Mario.
— ¿Ah no me crees? —Repitió. —Bien... excelente—Me bajó para después tomarme de la mano y salir de ahí...
Cerca de los estudios había un puente, el cual debajo de él era demasiado transitado, muchísimo.
— ¿A dónde vamos? —Comenté. Mario no contestó, ¡Qué novedad!
Subimos las escaleras del puente y caminamos hasta el centro, entonces Mario se puso frente a mí...
—Eres tan hermosa—Acomodó mi cabello alrededor de mi oreja. —No puedo explicar cómo una mujer tan bella está junto a mí. Soy un afortunado.
—No sabes lo que dices—Contesté. —Yo no puedo explicar como tú, ¡Mario Bautista! El influencie más famoso está conmigo.
—Lo que tú no sabes, es que... "Mario Bautista, el famoso" no está contigo... tú lograste atrapar a Mario, sólo a Mario Alberto.
—Me haces reír con tan sólo respirar.
— ¡¡¡TE AMO (TN)!!! —Gritó hasta que el aire se le salió por completo, había como cien personas que se habían detenido a mirarnos, a mí sólo se me ocurrió taparle la boca con ambas manos, pero él pretendió que iba a morderlas, lo cual las quité enseguida.
—Te amo, te amo, te amo—Me dijo varias veces al oído, luego puso sus manos alrededor de mi cintura. — ¿Y tú me amas?
—Más que a nada—Le contesté firme, él era la persona con la que yo quería estar toda mi vida.
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Tengo algo importante que decirles.... Se lo diré en el siguiente capítulo espérenlo y no olviden votar y comentar para que la siga lo antes posible :D
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Un dulce amor - 'Mario Bautista'
Fanfic"¿Qué podría contarles de mí? En realidad soy la definición de timidez y torpeza; no podría explicar mis intentos fallidos por ser alguien mejor. Me he aceptado tal cual soy... seria muy seria, pero solamente cuando no me interesa de qué están habl...