Capitulo 52 "Just begun"

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Tu versión.

Olvidarme de Mario ha sido el peor fracaso de toda mi vida. Olvidarte de una figura pública que aparece hasta en el cereal de las mañanas no es tan fácil. ¡Chicas ilusionadas! Oh si tan solo supieran qué clase de chico es... pero bueno, yo no soy nadie para andar divulgando tonterías que a la vez, son verdades.

Regresar a la escuela era una cosa difícil, sobre todo volver a verles las caras a las tres mosqueteras y peor aún, ahora toda la escuela sabía que 'salgo' con Mario Bautista. Lo que ellos no saben es que eso ya es historia.

—Actúa normal ¿O ya olvidaste cómo hacerlo? —Dijo Sebastián mientras caminábamos por los pasillos de la escuela.

— ¿Cómo pretendes que actúe normal cuando todos me miran como si fuera un extraterrestre? —Me quejé. —Tú que me ves—Le dije a un chico rubio que solo rió de mí al decirle eso. Lo cual, para mí no era causa de gracia alguna.

—Eres tan tonta—Rió Sebastián. —A ver, aula tres—Se detuvo. —Geografía... ¡Es aquí!

—Genial—Dije desanimada. Entramos y bueno, era un salón normal, el área de los sabelotodo estaban justo al frente, chicos haciendo relajo atrás y en medio las miss universo con su espejito. ¿Dónde estaba la sección de personas normales?

Me senté en una de las esquinas, atrás junto con Sebastián y los demás chicos que siempre estaban ahí con él, creo que habían olvidado que clase de persona era ya que ni siquiera cruzaron palabra alguna conmigo, sobre todo Adam. Luego de visualizar bien mi aula me di cuenta que Charlotte, Sahara y Sophia se encontraban en el otro extremo, con una revista de chismes y riéndose entre ellas, de seguro hablaban de mí, amaba ser su tema de conversación. Me pregunto qué harían sin mí.

Después de un rato, que al parecer el profesor no llegaría ya que se había demorado lo suficiente, Sahara se paró y se acercó a mí dejando caer aquella revista en mi pupitre, siendo el centro de atención de los chicos y mío.

— ¿Qué quieres? —Le dije sin tan sólo mirar ése pedazo de papel.

—Hmm... ¿Sabías que...—Movió su cabello y comenzó a hablar como retrasada. —... Mario está saliendo con Amanda Cerny? —Mis ojos automáticamente bajaron a la revista con un título muy llamativo "Mario y Amanda ¿Amor?" Definitivamente nunca en mi vida había visto a esa mujer, lo único que sabía es que ella lucía hermosa, radiante, era una modelo... una persona perfecta, algo de lo que yo estaba muy lejos de ser.

¡Impresionante! con que a eso se refería Mario con 'te dejé de querer hace tiempo' creo que ella le robó sus suspiros. Bien por él y por ella. Yo estaba ida, completamente, no podía escuchar a nadie a mi alrededor, como si estuviera atrapada en mi mundo imaginario.

— ¡______! —Sentí un ligero golpe en la cabeza y reaccioné.

— ¿Eh? ¿Qué? —Volteé a ver a Sebastián y él fulminó a Sahara con la mirada quien me miraba sorprendida.

—Esto es basura, no nos interesa la vida de éste imbécil—Dijo Sebastián regresándole la revista.

—No vuelvas a traer nada parecido, me da asco.

—Claro—Lo miró divertida, parecía que sabía todo, cuando en realidad no sabía ni pizca.

—Ahora vuelvo—Dije poniéndome de pie.

— ¿A dónde vas? ¿Te acompaño?

— ¡No!, Iré al baño...cosas de mujeres, ahora vuelvo—Caminé hasta fuera del aula, era obvio que no volvería, no quería saber nada de nadie.

Abrí mi casillero, tomé mis cosas y me largué de la estresante escuela, un día más, un día menos, no le afecta a nadie.

Me dirigí hasta la biblioteca de la ciudad, que estaba justo enfrente de la escuela, ahí había varias computadoras y yo necesitaba una con urgencia.

Me senté y comencé a teclear en el buscador de Google "Amanda Cerny". Rápidamente comenzaron a salirme fotografías de ella y Mario, me pregunto a qué se dedicaba ésta chica.

Era una modelo, ella no era muy reconocida, hasta ahora que a sobresalido por su trabajo y por salir con Mario. Se veían imágenes de ella muy sonriente junto a Mario, quien no se veía del todo feliz... ¡Vaya! o quizá sólo sea mi imaginación... a ti nunca te quiso _____, a ella sí.

Dejé eso de lado y entré a Twitter, para mi sorpresa...

—Juanpa Zurita y otras 956 personas más han comenzado a seguirte— ¿Será Zurita? Revisé uno por uno, el número de seguidores de seguro eran más fanáticas alocadas, mientras que Zurita si me estaba siguiendo y no era el único, a la vez me seguía Daniel, Mau y Saak ¡Seguidos! era como si se hubieran puesto de acuerdo, todos... excepto Mario. Bien, eso ya no importaba ahora.

Mensajes privados me sobraban y no tenía el ánimo de contestarlos, nunca lo haría... excepto uno que abrí.

"Querida, lo siento mucho ¿Sabes? me enteré de todo lo que ocurrió... quisiera decirte tantas cosas pero tengo un contrato de confidencialidad, espero que me comprendas, sabes que aquí estoy para consolarte (en el buen término) y ayudarte en todo lo que necesites"

Varios años atrás hubiera muerto de un paro cardiaco por algo así... ahora no significaba nada, en cuanto a ¿Contrato de confidencialidad? entonces Zurita sabía muchas cosas que podrían servirme y él no podía decir. Le contesté.

"Cuando rompas ése contrato de confidencialidad, búscame. Mientras... ésa 'ayuda' sería como un desperdicio o sobreactuación, ¡Mucho agradecimiento sarcástico de mi parte!"

Tan fría como siempre, no me emocionaba en lo más mínimo ser la víctima que todos querían proteger. Yo no valía ni un centavo del dinero que ése contrato tenía entre manos. Estaba a punto de cerrar esa ventana e irme del lugar pero me contestó.

"Haha, eso de agradecimiento sarcástico me alegró el día, me haces reír. No puedo romperlo influye en mi trabajo"

Entonces contesté.

"Es increíble que tu trabajo influya tanto en tu vida personal, ¡Eres un títere! eso me hace reír más a mí... Ojalá te atropelle un carro, ¡Adiós!" Cerré sesión y todo lo que tenía abierto y salí de la biblioteca, me dirigiría a cualquier lugar excepto mi casa. Tan sólo caminé unos pasos fuera y mi celular comenzó a sonar.

Contesté.

— ¿Quién habla?

—Zurita—Rió. —Oye ¡Qué grosera! ¿Yo que te hice para que me contestes así?

—Nacer.

—Vaya, entonces estás enojada...

—Qué inteligente ¿Qué comes que adivinas?

— ¡Ya basta ______! ¿Quieres que te diga? ¡No puedo hacerlo! —Se contradecía a sí mismo, que tonto. —Eso es algo en lo que yo no puedo entrometerme.

—Zurita, estoy ocupada ahora, no tengo tiempo de hablar con personas de bajo coeficiente ¡Sin ofender! —Colgué.
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Hola, bueno aquí tienen el capítulo espero les haya gustado y si es así no olviden votar y comentar para que la siga, hasta el próximo adiós :D

Un dulce amor - 'Mario Bautista'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora