MARATÓN 5/5
Ella me miró... una mirada que reflejaba mil cosas, ilusión, amor, ¡todo! sobre todo ésa mirada era la que hacía que mis piernas temblaran, que me sintiera como un tonto cuando hablaba, sólo ella había logrado algo en mí que nunca nadie me había hecho sentir.
Subimos al avión, todo mi plan de ser una persona sin sentimientos se había ido a la basura con el simple hecho de rozar sus labios, una sonrisa de ella hacía que me perdiera totalmente.
Me senté junto a ella como era de suponerse, decidí no hablar más, olvidaba que éste viaje sería una ruina total en mi vida y en la de ella. Tampoco habló, sólo se puso sus audífonos y recostó su cabeza en el asiento. Yo hice lo mismo.
Con forme pasó el tiempo, ella terminó durmiéndose sobre mi pecho, sentía su respiración, su tranquilidad. La envolví con mis brazos y cerré mis ojos para descansar un poco.
(...)
- ¿Quieres que te ayude con las maletas? -Me ofrecí mientras ella tomaba ambas, me sonrió cediéndome una, no discutí tan sólo la tomé. Y como si fuera poco había cientos de fotógrafos que no nos dejaban ni siquiera caminar. Subimos a un taxi, el cual nos llevaría a casa de ______.
-No puedo creer aún que esté en casa, sigo haciéndome en México-Comentó con una gran sonrisa en su rostro, iluminada completamente, una que por desgracia no podía corresponder en estos momentos.
Lo menos que quería era que el coche se detuviera en su casa; tenía una especie de cuenta regresiva en mi cerebro el cual no me dejaba pensar, no sabía con qué palabras le diría, que lo nuestro acabó. Ella sólo asomaba su cabeza por la ventana, como si fuera una turista en el lugar. El taxi frenó, el momento se estaba acercando. Salí por mi lado al igual que ella, tomando una maleta cada quién.
-Creo que no hay nadie en casa-Bufó. -Se me olvidó avisarle a mi madre.
- ¿Y qué haras?
-Espera-Abrió su bolso y sacó las llaves del hogar. -Mujer prevenida vale por dos-Me guiñó el ojo, yo sonreí medianamente. Al fin, la puerta se abrió.
-Hogar, dulce hogar-Dije desganado.
-Deja las maletas ahí-Señaló, para después irse corriendo a la cocina. - ¿Tienes hambre, sed? ¡Yo muero por comer algo! -Rió, era tanta su felicidad que no lograba entender. No quería apagarla.
-No tengo hambre-Contesté recargándome en la pared, ella frunció el seño y se acercó a mí tan rápido como le fue posible, abrazándome de la cintura.
-Yo sé que sí-Acarició mi nariz con su dedo índice. -A mí no me engañas.
-No, enserio no-Contesté tomando delicadamente sus manos y quitándolas de mí cuerpo.
- ¿Qué te ocurre? -Me dijo con una voz que me derretía por completo.
-Nada... o bueno, sí. Quiero hablar contigo.
-Todo esto es muy extraño-Comentó mirándome fijamente a los ojos, algo que me impresionaba de ella era la manera en que su mirada lograra que mis palabras se cruzaran.
-Dime.
-Sé que esta no es la mejor manera de decirlo, no debería decírtelo... pero ya lo estoy haciendo-Bien, la hora había llegado. Solté un profundo suspiro mientras ella se cruzaba de brazos.
- ¿Qué? -Contestó.
-Hace tiempo... yo dejé de quererte, me confundí, pensé que aún había algo, algún sentimiento hacia ti pero confundí ése cariño con amor. No te quiero de la misma manera en la que tú a mí.
- ¿Qué? -Repitió, ésta vez con su mirada perdida, sus ojos se habían comenzado a cristalizar, me sentía como un completo cobarde, tenía razón en una cosa, hace tiempo dejé de quererla... para comenzar a amarla. -Dime que estás bromeando, ¡esto no puede ser cierto! -Acomodó sus manos en la cabeza.
-Me intenté alejar de ti para no lastimarte tanto, pero me fue imposible-Seguí.
-Mario, pero tú me dijiste... que... -Su voz se entrecortaba, ella estaba aguantando sus ganas de llorar, lo sabía perfectamente.
-Te pido perdón, por todo lo que te dije, ya no te molestaré más.
-Sólo dime que es por Cecilia, ¡admítelo!
-No, entiéndeme...-Me interrumpió.
- ¡Demonios Mario! ¡Tú entiéndeme a mí! -Una lágrima corrió por su mejilla y ella la limpió al instante. - ¿Qué pretendías con jugar conmigo? ¿¡Todo ese juego del chico ebrio sufrido!? ¡Eres un idiota! -Me gritó, ella comenzó a llorar y a mí me partía el corazón, sobre todo porque esas lágrimas se las había provocado yo, un idiota. Si me quedaba más tiempo ahí de seguro todo se iría por un tubo y yo lloraría aún más de lo que ella estaba haciendo.
-Sólo vete y déjame en paz-Dijo entrecortada de nuevo. -No quiero verte nunca más, ¡Nunca!
Yo no dije nada, sólo me quité lentamente la cadena que me había regalado y la dejé en un mueble que estaba frente a nosotros, mirándola a los ojos y ella a mí, sólo moví mis labios y le dije mímicamente "Lo siento".
Abrí esa puerta color blanca que era la principal de su casa y salí... sin antes toparme de frente a Sebastián, quien estaba justo por tocar la puerta, al parecer él había vuelto desde mucho tiempo antes.
-Después de esto, no vuelvas nunca más-Me fulminó con la mirada.
-Nunca más-Repetí dejándolo pasar y caminando para alejarme de ése lugar tan sepulcral.
Tu versión.
No había palabras para describir lo devastada que estaba, sólo me tiré al suelo y rompí en llanto, no podía creer todo lo que me estaba ocurriendo, ¡Claro! la razón es que todo era demasiado bueno para ser real.
En un instante observé como Sebas entraba a la casa, tan sólo me miró y corrió hacia mí uniéndose con un gran abrazo, yo no dejaba de llorar en ningún segundo, lo único que quería era que me abrazara.
-Tranquila, ya estoy aquí-Me susurró al oído.
-Sebastián, no sabes-Dije entrecortando, tenía un nudo en la garganta, sentía que me dolía el corazón, todo de mí.
-Todo está bien-Comentó sin separarse de mí.
-Todo se acabó-Me separé de Sebastián y tomé ésa cadena que había dejado Mario hace minutos, al tocarla fue como si ésta me llevara al pasado.
*FLASHBACK
-Eso ya no importa ahora-Suspiró. -Mírame, soy un asco sin ti, cuando te vi fue una impresión muy grande para mí... y en esa situación, besando a ése chico. ¿Es tu novio ahora?
-Chris... yo, no sé por qué lo besé- ¿Qué podía hacer ahora? ¿Salir corriendo o besarlo? Mario tenía razón en parte, o bueno, en todo pero, todo esto ya se había convertido en un drama muy grande.
-No me importa si lo besaste ¿Entiendes? ¡Quiero estar contigo! -Entrelazó sus manos con las mías y comenzó a susurrarme al oído. - ¿Tú quieres seguir conmigo? ¡Sólo dilo!
*FIN FLASHBACK
Todas esas estupideces, no entiendo cómo fue tan bueno fingiendo, todo lo que planeo le salió a la perfección. Algún día éste sufrimiento se convertirá en odio. Lo que se merece.
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Espero les hay gustado el maratón esto es por todo su apoyo es un pequeño agradecimiento muchas gracias por sus votos y comentarios :D♥
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Un dulce amor - 'Mario Bautista'
Fanfiction"¿Qué podría contarles de mí? En realidad soy la definición de timidez y torpeza; no podría explicar mis intentos fallidos por ser alguien mejor. Me he aceptado tal cual soy... seria muy seria, pero solamente cuando no me interesa de qué están habl...