Capitulo 66. "One Last Kiss"

2.7K 206 22
                                    

Estaba feliz porque al fin podíamos ser eso que queríamos sin esconderlo, y era grandioso.

Ése día pasó... y el siguiente.

Veintiuno de diciembre.

No había nadie en casa más que Mario y yo. Todos se habían ido a sus respectivos hogares para pasar navidad, y bueno yo me encontraba haciendo maletas al igual que Mario.

— ¿Cómo va todo? —Sentí unas manos rodear mi cintura por detrás. Giré y le di un inesperado beso.

—Bien, ya casi termino ¿Tú ya terminaste de empacar?

—Sí, desde hace mucho, ¿quieres que te ayude?

—No—Reí. —Yo puedo guardar mis cosas por mí misma...—Cerré las maletas. —Ya terminé.

—Bueno—Me volteó con sus manos para estar frente a frente. —Estamos solos—Alzó sus cejas.

—Nadie nos puede molestar ahora.

Me asustaba un poco la manera de pensar de Mario a veces, lo que me asustaba era que no sabía que pensaba, sólo se la pasaba pretendiéndome con su mirada.

Me apegó a su cuerpo con fuerza y comenzó a darme pequeños besos en el cuello y en mi mejilla.

Le seguí el juego por unos minutos, pero después las cosas se ponían peores y me separé.

— ¿Qué ocurre? —Dijo desconcertado.

—Nada... es que... ¿No tienes hambre? —La peor escusa que pude haber dicho. Mario no me contestó, yo sólo me levanté y me dirigí hacia la cocina.

Más pronto de lo que esperé tenía a Mario de pie justo en la puerta de la cocina observándome con una sonrisa en sus labios.

— ¿Por qué huiste?

—No huí.

—Si lo hiciste, dime ¿te incomodé? —Se acercó a mi lentamente, con eso sólo provocaba que mis nervios aumentaran.

—No...—Mario estaba justo a dos centímetros de mí, nuevamente.

— ¿Entonces?

—No lo sé... ¿seguro que no tienes hambre? —Cambie de tema rotundamente.

—No sucederá nada si tú no quieres—Dijo dulcemente. —No tenía malas intenciones—Me tomó de las manos. —Aunque, eres mi novia... no sería una mala intención.

—Me incomoda hablar de esto—Admití. —Finjamos que no sucedió nada.

—Ésa no es la salida, pero si así lo quieres—Me soltó. —Estaré afuera, esperándote—Caminó hacia el pasillo que paraba al jardín.

No quería que peleáramos y mucho menos a unas cuantas horas de viajar a Puebla donde su familia pasaría navidad este año, así que corrí tras de él y como no podía verme me lancé a su espalda, colgándome como un vil primate.

— ¿Qué te sucede? —Dijo riendo.

—Me sucede que te amo y no quiero pelear—Besé su mejilla. —Lo siento. —Besé su otra mejilla. — ¿Me perdonarías?.

—No podría perdonarte, ni siquiera estaba enojado contigo—Su voz dulce, le cambiaba al sólo hablar conmigo, era tan lindo. Me bajé lentamente pero Mario no me soltó de la mano.

— ¿Cómo enojarse con alguien como tú—Acarició mi mejilla. —No resistiría perderte por una estupidez—Besó mis labios. —Cariño, yo creo que ya es hora de irnos, el avión sale en una hora.

—Está bien—Vaya forma de destruir buenos momentos Mario Alberto. —Iré por mis maletas.

—Y yo por las mías allá arriba, no tardo—Besó mi mejilla y salió corriendo hacia las escaleras donde se encontraba su habitación.

Tomé mis maletas, que eran sólo dos, y las puse junto a la puerta principal. Mario no tardó en llegar también.

—Dile 'adiós' a la casa—Bromeó. —Bien. —Abrió la puerta y tomó sus maletas y las mías, sus músculos se marcaban en su camiseta debido a la fuerza que hacía al cargarlas; sólo intentaba provocarme con ésas camisas sin mangas que usaba. Malvado Bautista.

Las subió a su coche y luego regresó a mí con una gran sonrisa.

— ¿Nos iremos en tu coche al aeropuerto?

—Sí... después llegarán a recogerlo.

—Ah—Sonreí. Mario abrió la puerta para que pudiera entrar.

(...)

Estábamos ahí parados excluidos de la sociedad quienes nos miraban demasiado, claro, fotógrafos por todos lados, era demasiado incómodo, hasta que llegó el gerente del aeropuerto, quien le hizo unas señas a Mario y me tomó de la mano para caminar hacia él.

— ¡Las maletas! —Las señalé.

—Se las llevarán al avión princesa, no te preocupes—Rió. —Nosotros entraremos por atrás.

—No le veo el mal a entrar como personas normales.

—Está saturado.

Cuando menos lo pensé el avión ya estaba despegando, Mario estaba sentado del lado del pasillo, y yo al lado de la ventana, recostada sobre su pecho mirando hacia ella y él rodeándome con sus brazos.

—Estoy nerviosa—Comenté.

— ¿Por qué? No deberías

— ¿Y si no le agrado a tu familia?

—Lo harás... tú eres encantadora, le caes bien a todo mundo, no digas ridiculeces—Rió. —No te preocupes, todos son geniales.

— ¿Me lo prometes?

— ¿Sabes qué te prometo? Te prometo que nunca olvidarás ésta navidad.

--------------------------------------------------

Les dije que les tenia una noticia bueno para eso necesito que esten sentadas.... ¿Ya? 

Bueno aqui les va:

 Solo faltan dos capítulos para que la novela termine, asi es, se nos acaba 'Un Dulce Amor' pero bueno espero disfruten estos ultimos capitulos junto conmigo y bueno nos leemos luego bye :D 

No olviden votar y comentar sobre que les parece esto y para que la siga lo antes posible 

Un dulce amor - 'Mario Bautista'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora