capitulo 48. Trato.

3.1K 208 3
                                    

MARATÓN 3/5

-No, definitivamente no lo haré.

(...)
Horas más tarde.

-Sí, enseguida le hablo-La señora de cabello rubio tan sólo gritó ése nombre tan desagradable para mí, nunca imaginé estar en ésta situación, me sentía humillado. Tan pronto como conté hasta tres salió, Sebastián Villalobos.

- ¿Tú? ¡Qué demonios quieres! -Dijo totalmente enfadado cerrando la puerta y saliendo. Guarda la calma Mario, no valdrá la pena tumbarle los dientes ahora.

-Quiero hablar contigo y si es posible, que guardes la calma como yo.

- ¿Debería? -Enarcó sus cejas.

-Es sobre unos problemas que tengo, necesito de tu ayuda.

- ¿Ayudarte a ti? ¡Quién lo diría! Es lo último que haría en esta vida.

-No, a mi no, hazlo por _______ -Dije, esas palabras me rompían el corazón.

- ¿Qué tiene que ver ella aquí? -Logré hacer que me prestara toda la atención del mundo, entonces, decidí comenzar a hablar, explicarle cosa por cosa, detalle por detalle. Sólo así comprendería.

Tú versión.

Salí a dar un paseo recorriendo la ciudad de México, era tan hermosa, como siempre la imaginé. Entré a un par de tiendas y compré prendas hermosas también, salir sola me dejaba despejar mi mente y respirar tan bien.

Justo encontré una heladería y decidí comprar una nieve, mientras la pedía la chica que atendía estaba demasiado ocupada y tardaba en atenderme, y todo gracias a que estaba platicando con un chico.

-Oye, sólo son dos segundos-Le grité yo desde el otro lado, ella me miró avergonzada y me dio el dichoso helado.

-Lo siento tanto, a la vuelta puede ponerle dulce o lo que guste-Yo asentí y caminé casi junto con ella. Me acerqué al estante y mientras le ponía algo de chispas de chocolate y de más cosas escuchaba la conversación ajena entre la chica del aparador y el chico.

-Entonces, dame tu número... podemos vernos más tarde.

-Sí claro que te lo daré, oh eres tan guapo-Eso era tan extraño, yo nunca le habría dicho eso a un completo extraño, giré para ver al 'guapísimo' chico.

- ¿Juanpa?

- ¿______? -Me miró con sus ojos abiertos como platos. Yo sólo reí internamente.

-Te interrumpí en media conquista, sigue-Reí. -Yo me voy.

-No, no-Me tomó del brazo. -Te acompaño.

Mario versión.

-Tengo que aceptar que tu vida es difícil pero lastimar a ______... ¿Qué no puedes hacer algo?

-Mil cosas-Dije. -Lo que no quiero es que salga lastimada.

- ¿Qué te hace pensar que no será lastimada? ¡Te detesto Bautista! Lo admito, pero... eres la única persona que logra que ______ sea feliz por completo-Dijo frunciendo el seño, eso tocó mi corazón, nunca imaginé a Sebastián diciéndome esto.

-Sebastián, sólo prométeme que la protegerás-Dije intentando ser fuerte. -Y... harás que me olvide.

-De protegerla no lo dudes, aunque no me lo pidieras yo siempre la protegeré-Comentó. - ¿Hacer que te olvide? No lo sé... no lo he logrado aún.

-Ahora será más fácil, sólo... no sé si resistiré.

-Haré que se olvide de ti-Dijo firme. -Tú debes prometer que nunca volverás a aparecer en su vida.

-Hecho-Estreché su mano, era algo tan escalofriante. -Ahora sólo dame tiempo, yo la llevaré a su hogar, ahí terminará todo, déjame disfrutarla.

-Está bien, pero luego desaparecerás-Yo asentí para después dar unos pesados pasos hacia mi coche, subí a éste y manejé hacia mi casa nuevamente, mi cabeza daba vueltas en el mismo asunto, yo no sería el mismo después de todo.

Al llegar no encontré nadie ahí dentro, todo estaba deshabitado, bueno, eso me daría tiempo de meditar las cosas un poco en el jardín.

Cómo puedo ser tan estúpido para dejar ir algo tan valioso, ya no me importaba mi trabajo con el estudio, ni nada, sólo ella... mi vida giraba a su alrededor, ella era dueña de todo. Lo único que quería era su seguridad, si por mí fuera yo me la llevaba lejos y nos escondíamos en una casa subterránea por siempre. Las cosas no son tan fáciles.

Estar ahí sentado por aproximadamente una hora y de pronto escuchar ésa voz, esa risa, ella y Zurita habían llegado, podía escucharlos. Amaba escuchar su alegría.

Sentí como unas manos cálidas cubrieron mis ojos.

- ¿Quién soy? -Su hermosa voz, tan angelical.

-Hmm... ¿Zurita te cambió la voz? -Bromeé.

-Un poco-Rió. Quitó sus manos de mis ojos y me dio un dulce beso, de esos que sólo ella podía dar.

- ¿Cómo te fue hoy? -Le dije intentando conversar.

-Bien-Se sentó. -Compré algunas cosas, visité algunos lugares y me encontré a Juanpa en la heladería conquistando a la chica del aparador.

-Qué raro de Zurita-Dije sarcásticamente, claro.

-Lo sé, ¿Y a ti?

-Bien-Mentí. -Me estaba relajando un poco ahora.

-Créeme que lo noté-Rió. -Te compré algo.

- ¿Enserio? -Dije con los ojos abiertos como platos, amaba los regalos y más si eran sorpresa.

-Sí-Abrió su bolso y sacó una cajita no tan grande. -Lo vi y me recordó a ti tuve que comprarlo.

Tomé la cajita y entonces, la abrí... adentro tenía

----------------------------------
No olviden votar y comentar para que la siga

Un dulce amor - 'Mario Bautista'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora