Capítulo 61 "Trust me"

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MARATÓN 3/5

Subimos al coche, claro parecía como si yo fuese el que estaba de más. Juanpa al volante, ____ de copiloto y yo atrás mirando hacia la ventana. Ninguno de los tres emitía sonido alguno, sólo se escuchaba el motor del auto y el aire que con tanta fuerza corría.

No sabía a dónde Juanpa nos llevaba pero de lo que si estaba seguro era de que habíamos salido de la ciudad, en plena carretera.

Imaginaba algo como, un museo fuera de la ciudad, o algo así cuando vi un letrero; que Juanpa al manejar con muchísima rapidez no me dejó ver a cuantas millas estábamos.

— ¿A dónde nos dirigimos?—Dije confundido.

—Es un atajo—Comentó Juanpa, _____ estaba desinteresadamente mirando hacia la ventana sin siquiera mirarme.

Me relajé un poco en mi asiento recargando la cabeza hasta atrás, cuando sentí que la velocidad del coche disminuía y disminuía hasta estar completamente detenidos.

— ¡Demonios! —Maldeció Juanpa. _____ se acomodó y lo miró preocupada.

— ¿Qué pasó? —Dijo ella.

—El coche... se apagó.

—Oh no, estamos atrapados en medio de la nada—Comenté. —Haz que encienda.

—No quiere encender—Dijo Juanpa con desesperación, sacando las llaves y volviéndolas a poner. —Creo que tendrán que empujarlo para que arranque.

—Hmm mejor yo lo enciendo y ustedes lo empujan—Dijo ____.

—Mi carro, mis reglas—Dijo Juanpa haciéndome reír, yo bajé del coche y ____ igual, entonces caminamos hasta la parte trasera y entonces ahí fue cuando nuestras miradas se cruzaron, ella era la mujer más hermosa que hubiera visto jamás.

Sus manos se pusieron sobre el coche al igual que las mías y cuando íbamos a comenzar a empujarlo éste se movió por sí mismo.

— ¡Adiós bitches! —Gritó Juanpa y arrancó como un loco.

— ¿¡Qué!? ¡Estúpido regresa! —Gritó ____.

Tú versión.

Zurita nos estaba dejando en medio de la nada abandonados ¿¡Qué clase de broma es ésta!? el coche se alejó tan pronto que ya no era visible para nosotros, yo sólo miré a Mario y el a mí, estaba riéndose.... sólo él puede reírse en una situación así.

—Ya volverá.

—No, no lo hará—Dijo Mario robando mi atención.

— ¿Tú lo sabías?

—Estoy igual de impresionado que tú... estamos solos, en medio de la carretera...

—Moriremos.

— ¡No! —Rió. —Es cuestión de caminar.

—Caminar ¿Qué es caminar? —Ya estaba comenzando a delirar y hacía dos segundos había bajado del coche de Juanpa.

Mario comenzó a caminar, no me quedó de otra que ir tras de él, el día estaba asombrosamente gris, o sea, nublado, como si fuera a caer una tormenta en cualquier segundo, hacía mucho viento.

—De alguna manera me alegra que estemos así—Dijo Mario. —Solos completamente, nadie podrá interrumpir o intervenir.

— ¿De qué hablas?

—De que no te salvarás de mí tan fácil.

—No entiendo tu comportamiento, si fuiste tú el que me lastimó, ¿Quieres lastimarme de nuevo?

—No sabes por qué hice las cosas.

—No tiene justificación Mario, podemos llevar una amistad, pero déjame en paz así como yo no te molesto con Amanda, la trataste muy mal no se lo merece.

— ¡Lo que faltaba! Apoyas a Amanda no puedo creerlo—Rió. No era tan rencorosa, y claro que la apoyaba. —Si supieras.

—Entonces dime, para estar enterada.

—Sabes que no debería hacerlo, pero—Se detuvo y me tomó de la mano. —Mis impulsos me dicen que lo haga, no puedo estar más tiempo sin ti... fingiendo que no te amo.

— ¿Fingiendo? mejor admite que querías probar cosas nuevas, y ¡Claro! aquí está la tonta de mí que estará esperándote siempre, ¡No!

—No, no, no... Escúchame, tan sólo deja que te explique—Apenas pude soltar un suspiro comenzó a llover pero no lentamente, no, si no como si nunca hubiera llovido antes, una lluvia sumamente fuerte, yo salí corriendo hacia debajo de un árbol pero Mario me jaló del brazo y me regresó a él.

— ¡¡¡No!!! Debajo de un árbol, es lo peor que puedes hacer.

— ¿Qué? Me mojaré toda.

—Es mejor que te mojes a que te caiga un rayo—Bufó. —Ni intentes correr que de todas maneras te mojaras y no hay nada cerca.

—Esta bien, su majestad—Reí. Mario me tomó de la mano y caminamos, en ese momento lleno de confusión ni siquiera sabía el por qué lo dejaba que me tocara, si no lo merecía.

Seguíamos caminando en completo silencio, la lluvia estaba un poco más calmada pero igual era fuerte, hasta que Mario rompió el silencio.

—Nunca dejé de amarte—Entonces, mis nervios fueron aún mayores, me detuve a mirarlo, sus ojos en mí, su mirada, todo eso me hacía ver que él no mentía parecía ser sincero.

—Si eso fuera verdad nunca me hubieras dejado, nunca te hubieras ido con otra.

—Lo único que hice fue protegerte.

— ¡Já! ¿Protegerme de qué? ¡Lo único que hiciste fue lastimarme! —Decía serenamente, lo que menos quería era una pelea, estaba exhausta de todo eso.

—Te dije que mi corazón siempre sería tuyo, hasta ahora sigues siendo la única dentro de él, ¡Entiende!

—Me cuesta trabajo creer en ti ahora—Admití. ¿Cómo estaría segura de que no era otro de sus juegos? ¿Cómo?

Mario sólo tomó una bocanada de aire y no dijo nada más, al parecer yo había ganado ésta batalla. Caminamos mucho más, yo ya estaba cansada y la lluvia ya había parado.

— ¿Podríamos descansar? —Dije con la respiración agitada.

— ¿Tan pronto te cansaste? —Rió. —Sube—Dijo inclinando su espalda.

—Mario, yo no me subiré.

—Anda, para que descanses un poco y luego, yo me suba arriba de ti y nos turnamos.

—Espero que eso sea una broma.

—Lo es—Rió. —Entonces, mi espalda está disponible—Me tomó más fuerte de la mano aún.

— ____ dime qué debo hacer para no perderte—Susurró.

—Decirme la verdad.
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(Escuchen la canción y lean la letra 😁 creo que es indicado para la trama que ahora lleva la historia)

Un dulce amor - 'Mario Bautista'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora