El mundo del amor es tan hermoso como encontrar el tique que indique que ganaste la lotería (aunque eso es siempre más, porque el dinero se acaba, pero el amor, si es de verdad, dura para siempre). Es sentir mariposas en el estómago y sentimientos encontrados con uno mismo. Estar enamorado es lo más lindo que puedes sentir, pero a veces es tan horrible como tener cáncer.
Un beso, significa que dos personas se expresan lo que sienten por medio de esa acción. Aunque, a veces solo se da por casualidades o con otras intenciones... (como el sexo, o peor aún, el engaño). Lo bueno es que aún existen personas que se dan besos porque es lo que sienten, como por ejemplo: Ross y Javiera, que aunque no lo admitieran a nadie, se gustaban mucho, tanto como Romeo y Julieta.
Luego de separarse de su gran beso (y vaya si no fue grande que duró unos diez segundos o más) se miraron fijamente, solo fijaron sus ojos en los de cada uno y sonrieron. Fue una sonrisa dulce. Estaban en otro lado, como si el mundo no existiera. Luego Ross quitó su sonrisa y recordó que debía estar en la realidad.
—Lo... lo siento, Javiera —dijo Ross y se sonrojó.
—No, no. Perdóname tú a mí —dijo e igualmente se sonrojó. Ahora estaban dos personas en una gran habitación blanca con las mejillas rojas a punto de estallar.
—No debió ocurrir esto —dijo Ross—. No tenía él porqué pasar —Aunque sí tenía. Debía pasar porque los dos lo querían. Se conocían hacía solo cuatro días, pero aún así, empezaron a conocerse y de buena manera, gustarse era algo normal.
—Tienes razón —dijo Javiera. Ross la miró y no se dijeron nada.
Se quedaron callados por unos minutos. Javiera se sentó en su cama y Ross hizo lo mismo. Siguieron mirándose. El rubio observó el plato caído (que Javiera ya había recogido) y que en él habían unos emparedados. Sonrió de repente y la chica lo miró confundida.
—¿Pasa algo? —preguntó—. ¿Qué te es tan divertido?
Él la miró.
—Nada, nada —respondió—. Pensaba que sí me darías comida al fin. Aún tengo hambre.
Ella rió por su comentario.
—Por supuesto. Iré abajo a que te preparen otro.
—Está bien. Yo seguiré leyendo este libro —dijo alzando el libro de la Torre Oscura. Ella asintió y salió. Ross tenía una sonrisa en el rostro y la quitó.
«¿Qué me pasa? —Se preguntó a sí mismo—. ¿Qué me pasa con ella? Yo no soy así. Si me beso con una chica es porque tendré sexo con ella. Soy Ross Lynch, el mujeriego de la universidad de Princeton. ¿Por qué ella de repente me genera sensaciones que no he sentido nunca? ¿No te estarás enamorando, rubio? Claro que no. Aún así, verla así como está, me dan ganas de besarla y hacerla mía. Está tan sexy y hermosa, pero no, no pasará nada».
Javiera regresó y ahora no era un plato con emparedados si no dos. Ross la miró confundido y sonrió. Dejó de leer el libro y lo colocó a su lado. Luego la ayudó, ya que además de los platos, traía unos vasos de vidrio fino con unos jugos.
—¿Los dos son para mí? —preguntó Ross sonriendo.
—Claro que no —respondió Javiera—. Uno es para ti y es otro para mí. Lo que pasa es que ya tengo hambre.
—Ah. Disculpa, es que no sabía.
—¿Comes mucho, rubio?
—Lo suficiente para abastecerme —Se limitó a contestar.
Los dos se sentaron en la cama de la chica y comenzaron a comer. Algunas veces se miraban de reojo, pero ninguno decía nada. Ross se limitaba a ver el libro (el cual lo había cautivado) y Javiera miraba... a algún otro lado. Al final, fue el rubio el que terminó rompiendo el silencio.
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Identidad Ross Lynch [TERMINADA]
ФанфикSinopsis: La vida puede dar un giro de 360 grados. Puede cambiar tu rumbo de un momento a otro. Puede darte una cachetada para hacerte despertar y forzarte a ver lo que es la realidad; eso fue lo que le pasó al protagonista de nuestra historia: Ross...