—Fuiste tú, ¿verdad? —preguntó Ross mientras Brayan lo sostenía. El rubio tenía un dolor clavado no solo en su tobillo sino en su cabeza.
—¡Eres una hija de perra! —dijo Brayan entre gritos—. No aceptaste que Ross no te ama. Qué patética.
—Solo eres una envidiosa —atacó Javiera.
Ella no le importó lo que dijeron. Solo se concentró en el rubio.
—¿Qué se siente el sabor de la venganza? ¿Qué siente, rubio?
—Algún día la vida se encargará de cobrarte todo esto. Te arrepentirás de esto. Haré que te expulsen, lo haré.
—¿Ah, sí? ¿Tú y quién más? Acéptalo, rubio, tú sin tus padres no eres más que una basura. Tú no eres nada.
—Eso ya lo veremos —replicó Ross.
Ella no le prestó atención a su comentario.
—Cuídate, Ross. Cuida a tú amigo y a tu novia, y sobre todo a tu familia. Lo que te viene no lo aguantaras. Te morirás como todos —amenazó ella, hiendose.
Ross recordaba ese momento como si lo estuviera viviendo en ese mismo instante. No se podía creer que Nataly se había aliado con los Fernández para destruirlo. ¿Por qué? ¿Tanta era su obsesión por él? En ese instante pensó que sí, pero ya era tarde. Nataly ahora era una enemiga más a la que debía destruir, la cuestión era investigar ¿Cómo Nataly conocía a los Fernández?
Aún no era tiempo de descubrirlo.
—¡ESA MALDITA! —gritó—. ¡Cumplió su venganza! ¡CUMPLIÓ SU ESTÚPIDA VENGANZA! ¡SE LLEVÓ A MIS PADRES Y A JAVIERA! —Hizo una pausa para tomar una bocanada de aire, y aunque no se apreciara por el falso rostro, la cara del detective estaba roja de furia.
—¡Cálmate, Ross! —dijo Brayan colocando su mano en el hombro de su amigo, éste se soltó de manera brusca.
—¿¡Calmarme!? —preguntó Ross—. ¡Por Dios, Brayan! ¿¡Acaso no lo recuerdas!? Ese día en la universidad en que ella hizo que ese alambre se clavara muy cerca de mi tobillo. ¡Ese día en que nos amenazó!
Claro que lo recordaba.
—Se unió a ellos para acabarnos, posiblemente lo ha sabido todo y hasta ha participado en los planes —dijo Brayan.
—Esa Nataly es todo un caos, Ross —comentó Stefhany al tiempo en que Ross se calmaba.
—Debemos acabar también con ella. Tenemos enemigos poderosos. Hay que terminar con esto ya —dijo el detective.
—Planeemos todo lo que hay que hacer —dijo Anthony y Ross asintió.
Comenzaron a planear.
Mientras tanto, un hombre de alta figura llegaba a la gran casa. Las puertas se abrieron para él, dejando ver el gran y hermoso jardín de la casa. Lo rodeó y entró en la mansión. Ahí, lo esperaban sus jefes más el hombre de la cicatriz que ya se había recuperado del disparo que recibió en el pectoral superior derecho.
—¿Qué noticias nos traes, Julian? —preguntó el hombre de la cicatriz. Su voz sonó ronca y grave. Intimidante.
—Te escuchabas muy ansioso por teléfono. ¿Pasó algo de gran importancia? —preguntó Angélica.
—Sí —Hizo una pausa—. Lo que tanto habíamos esperado sucedió: Ross Lynch y su grupo (el cual está más crecido), ya está en Los Ángeles.
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Identidad Ross Lynch [TERMINADA]
FanfictionSinopsis: La vida puede dar un giro de 360 grados. Puede cambiar tu rumbo de un momento a otro. Puede darte una cachetada para hacerte despertar y forzarte a ver lo que es la realidad; eso fue lo que le pasó al protagonista de nuestra historia: Ross...