Los Lynch siguieron corriendo sin mirar atrás. Recorrieron las cuadras faltantes y llegaron a la villa en donde vivían los Lander. Luego, a la casa de ellos. Tocaron la puerta con desesperación y esperaron una eternidad para que el chico castaño saliera a recibirlos con una gran sonrisa en su rostro, sin preocuparse de las malas caras de su amigo y los padres de éste.
—Brayan, necesito tu ayuda —suplicó el rubio agitado—. Te necesito —dijo.
Él ignoró su súplica.
—Ross, amigo. ¿Cómo estás? Yo estoy muy bien, ¿Y tú? ¿Cómo están, padrinos? ¿Cómo los trata la vida? ¿Bien? ¿Mal? ¿Con gran felicidad? —preguntó él, sonriendo.
—No estamos para estupideces, Brayan —repuso Ross enojado y casi gritando. Posiblemente si hubiera alzando la voz un poco más, los vecinos habrían escuchado toda la conversación.
—Acabamos de sufrir un atentado —informó Mark y Brayan quitó su sonrisa al instante.
—¿¡Qué!? —preguntó confundido, pero no sorprendido. Sabía que en algún momento eso pasaría. Ser detectives y tener un hijo, equivale a riesgos grandes—. Hubieran empezado por ahí. Pasen, pasen —dijo y ahora todos estaban en la amplia sala.
—Gracias, Brayan —dijo Ross y el castaño los invitó a sentarse.
—¿Cómo pasó? —preguntó Brayan mientras llamaba a sus padres para que vinieran.
—Yo no quiero hablar de eso —dijo Ross con profunda tristeza. Recordó la muerte de Alfredo y un asco le recorrió el cuerpo entero. Luego miró a sus padres—. ¿Quieren ustedes hablar? —preguntó. Ellos negaron con la cabeza.
—Entiendo —dijo el castaño. A su mente vino el recuerdo de la tarde, cuando el rubio contó todo lo que había pasado con sus padres. ¿Acaso ya habían arreglado el problema? No lo sabía, pero pronto preguntaría. Añadió—: ¿Qué necesitan entonces? —preguntó mientras sus padres llegaban. Al ver los rostros de preocupación de sus amigos y su ahijado los abrazaron sin saber el por qué, aún así, más tarde se enterarían.
—Vinimos a pedirles hospitalidad —dijo Mark—. Claro, si no es de mucha molestia. Solo será por hoy.
—¡Claro! —respondió José Lander—. Hay varias habitaciones, y todas tienen unas amplias camas. Pueden quedarse aquí el tiempo que quieran, por nosotros no hay ningún problema.
—¿Hay alguna casa disponible en esta villa? —preguntó Mark.
—Sí —respondió Brayan—. La de enfrente está disponible.
—Muy bien. Mañana mismo la compraremos. Gracias por todo —dijo Mark colocando una sonrisa bastante forzada.
—Ross, hijo. ¿Quieren ir a tu habitación? Ya saben, tenemos que hablar aquí —dijo Marta.
Ellos asintieron.
—Hasta luego, padres —dijo Ross y se fue con Brayan.
Los dos subieron las escaleras para llegar a la habitación del castaño. Mientras tanto, los compadres empezaban a platicar sobre el atentado sufrido hacía unos momentos. No dieron tantas explicaciones ni nada. No dijeron quién hizo los tiroteos, solo dijeron que alguien había intentado matarlos aunque los dos detectives bien sabían que no era así. No aún. Mark ya sabía que su hora estaba muy cerca, muy, muy cerca. Ya en esa fecha, había escrito la información que Ross leería tiempo después. Lo había hecho en la Computadora de su propiedad, que luego pasaría a la súper computadora que estaría en la nueva casa.
ESTÁS LEYENDO
Identidad Ross Lynch [TERMINADA]
FanfictionSinopsis: La vida puede dar un giro de 360 grados. Puede cambiar tu rumbo de un momento a otro. Puede darte una cachetada para hacerte despertar y forzarte a ver lo que es la realidad; eso fue lo que le pasó al protagonista de nuestra historia: Ross...