El bosque se alzaba en la Tierra a medida que seguían caminando. No llevaban más de veinte minutos haciendo esa acción y por alguna extraña razón, estaban agotados. Miraban los árboles que se alzaban a una altura de posiblemente más de treinta y ocho metros y formaban una bóveda que hacía que el sol no diera directamente sobre sus cabezas y agradecieron por eso.
Siguieron el camino sin hablar. Ninguno de los dos se atrevía a hacerlo y, ¿era necesario? Probablemente no, pero tenían la necesidad de hacerlo por alguna extraña razón. Sin embargo, ninguno lo hizo hasta pasadas dos horas de camino (más de ocho kilómetros recorridos). Entonces, Brayan rompió el silencio.
—¿Falta mucho? —preguntó el castaño con un tono de ansiedad, estaba ansioso por llegar al dichoso pueblo en donde tomarían un taxi y se irían al aeropuerto.
El detective miró al frente.
—No tanto —respondió impaciente.
—¿Te sabes bien este camino? —preguntó con curiosidad.
—No lo he recorrido muchas veces, solo un par o tal vez más, pero lo conozco como la palma de mi mano. ¿Te basta la respuesta?
—Sí.
—Bien. Entonces sigamos caminando.
—¿Qué pasó entre tú y Adriana? —preguntó él de repente. Ross se sorprendió
un poco por la pregunta.
—¿Para qué quieres saberlo?
—Simple curiosidad —dijo él—. ¿Me contestarás?
Ross asintió.
—Nada —fue lo único que su boca dijo—. Nada —volvió a repetir, pero con un aire vacío.
—¿Seguro?
—Tus preguntas son estúpidas, Brayan —reprochó el detective y Brayan entendió que no tenía él porque hacerlas, y que además, no pasaba nada entre ella y Ross. Si fuera así, el rubio no hubiera llorado al recordar su "boda" con Javiera.
—Imploro tú perdón —dijo cabizbajo, mirando al suelo arenoso. «El Ross del pasado jamás me hubiera contestado así —pensó—. Ni yo le hubiera tenido que pedir perdón. ¡Dios, cuánto hemos cambiado!».
—No importa ahora. Debemos apresurar el paso para llegar más rápido. Este bosque me da nauseas —Colocó cara de asco. ¿Nauseas? ¿Por qué? ¿Por qué cerca de aquí el amor de su vida había muerto? Pero esa no era la respuesta, la respuesta era porque en este bosque había matado por primera vez y recordarlo le revolvía el estómago. ¿No tenía sangre fría? Oh, si la tenía, pero aún así, sentía ganas de vomitar al solo recordar ese momento en que se volvió un asesino y eso, no podía cambiarlo.
—Está bien —dijo Brayan y apresuraron el paso. En una hora aproximadamente ya estaban en el pueblo Burjassot mirando la casa de Jacinta con ojos vacilantes. La rodearon y vieron el pueblo no tan grande pero sí muy acogedor. Tomaron un taxi minutos después y llegaron por fin al aeropuerto a la una con trece minutos de la tarde.
Se bajaron entonces. Entraron en el aeropuerto y compraron un boleto con dirección a México-Monterrey. Mostraron sus identificaciones falsas y los dejaron pasar como Pedro por su casa, y en otros tantos minutos, ya el avión estaba despegando. El cielo gris se les presentaba, pero sin daño alguno.
—¿Estás cansado? —preguntó el rubio a su amigo. El vuelo duraría unas cuantas horas y si estaba sin energía, podría descansar.
—No, no. Estoy bien.
—¿Seguro?
—Tan seguro como que me llamo Iván Delgado —dijo él con una sonrisa, diciendo su falso nombre. El detective asintió.
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Identidad Ross Lynch [TERMINADA]
FanfictionSinopsis: La vida puede dar un giro de 360 grados. Puede cambiar tu rumbo de un momento a otro. Puede darte una cachetada para hacerte despertar y forzarte a ver lo que es la realidad; eso fue lo que le pasó al protagonista de nuestra historia: Ross...