Cuando Wendy salio de su cuarto los niños perdidos estaban cada uno a lo suyo, a ella le estaba entrando el hambre, y conociendo a los demás, seguro que también les rujían las tripas, pero nadie hacia nada al respecto.
Wendy: ¿No tenéis hambre?
Thomas: Un poco, pero no hay nada de cena.
Wendy: ¿Nada?
Luca: Nada de nada.
Wendy: ¿Y Peter lo sabe? * dijo mientras se dirija a su cuarto*
Jake: Si *dijo levantándose del sillón algo viejo en el que estaba sentado para pararla* Y si no lo supiera, me ha pedido que hasta la hora de la cena le dejemos descansar, que estaba cansado.
Wendy: Oh... Vale.
Adam: ¿Y que vamos ha cenar ahora?
Wendy se quedo pensativa un minuto, miro por la ventana y ya no llovía. ¿Que podían hacer?... Fue entonces cuando a Wendy se le ocurrió una brillante idea.
Wendy: ¡Ya lo tengo! *exclamo* Thomas ¿Sabrías hakear el sistema de una cabina telefónica?
Thomas: Supongo que si, ¿Por que?
Wendy: Por que así vamos ha conseguir la cena.
Wendy les explico su plan a los chicos, y la verdad es que era un plan muy bueno. Cuando termino, todos se acercaron a la cabina de teléfono mas cercana y pidieron una pizza pero para el edificio que tenían en frente.
Media hora mas tarde el repartidos apareció por allí, el plan era distraerlo mientras otros le robaban las pizzas que llevaba.
Repartidos: Hay que ver, donde se va ha vivir la gente... Este barrio no me gusta nada, además, es muy raro que alguien viva aquí.
El repartidos se acerco a la casa donde habían encargado el pedido, mientras Thomas forzaba la cerradura del compartimento de su moto.
Cuando el repartidos fue a llamar a la puerta vio a un par de chicos tirados en el suelo.
Repartidor: Dios mio. ¿Están... muertos?...
Los chicos habían preparado a Luca y Adam para que pareciera que estaban muertos. El repartidor dejo la pizza que llevaba en el suelo y se dispuso a tomarlos el pulso. Pero antes de que lo hiciera, escucho una voz femenina...
Wendy: Vete de aquí... *susurro tenebrosa*
Repartidor: *se levanto sobresaltado* ¿hay... hay alguien ahí?
Wendy: Márchate... *susurro*
Antes de que el repartidor pudiera hacer nada más, Luca y Adam se levantaron del suelo de golpe.
Luca y Adam: ¡Largo! *Gritaron a la vez*
El repartidor comenzó a correr hasta su moto del susto, no se había dado cuenta de que había dejado la pizza en el suelo y que llevaba el compartimento abierto.
Una vez que que se marcho, Wendy salio del callejón donde estaba escondida, los gemelos se levantaron del suelo con la pizza y comenzaron a reír. Al otro lado de la calle Thomas, Jake y Brian les miraban, también riendo, levantaron la bolsa donde llevaban las pizzas en señal de victoria.
Cuando los chicos llegaron al refugio seguían riendo, se sentaron en circulo y sacaron las pizzas. En la habitación de Peter, el se había quedado dormido pero las risas de sus compañeros se habían despertado. Se había dado cuenta de que la cena ya estaba lista, le levanto de la cama, se despejo y salio de su cuarto para cenar.
Peter: *bostezo* Hola chicos, siento haberme dormido. ¿De donde habéis sacado eso?
Thomas: A Wen se le ocurrió una gran idea para conseguir la cena.
Luca: Vamos siéntate Peter, la pizza esta deliciosa.
Peter: Vale.
Jake miro a Peter y este asintió para hacerle saber que estaba bien. Durante el resto de la cena Pete se comporto como siempre, cuando terminaron guardaron lo que sobro y cada uno se fue a la cama, dado que todos estaban agotados.
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El autentico país de nunca jamás
Novela JuvenilHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.