Habían pasado ya tres días desde que Wendy se marcho de casa y de momento no tenia ninguna intención de volver. Se lo estaba pasando genial con los niños perdidos y Peter, al cual, cada noche se le repetía la misma pesadilla, todos los días se levantaba con la mima sensación, pero seguía sin contárselo a nadie, ni siquiera a Jake.
Era domingo, y las calles se llenaban de adolescentes, a los cuales seguramente Wendy conocería, lo que le incito a pedirle a Peter que ese día no la hiciera pasearse por ahí como si nada, dado que alguno de ellos podría localizarla, avisar a sus padres y a la policía y hacerla volver a casa. Peter tubo muy claro que su respuesta era si, entre otras cosas por que no quería que se marchara. A si que gracias a eso aprovecharon ese día para hacer algo especial...
Wendy estaba en su cuarto intentando desenredar su pelo, ahora tenia claro que aunque estuviera viviendo en la calle, no implicaba el descuidar su aspecto. Ya eran algo así como las siete y media de la tarde, y la verdad es que en la calle era notable la oscuridad, cuando...
Luca: ¡Wendy! ¿Puedes salir un momento? *Grito*
Wendy: Ya voy *respondió dejando el peine encima de la cama*
Cuando salio, se sorprendió al ver a todos los chicos sentados en circulo alrededor de una pequeña hoguera (al parecer no temían a los incendios dado que cada dos por tres encienden un fuego en el refugio). Todos estaban sin camiseta y llevaban la cara pintada. Wendy estaba flipando, ¿Que demonios estaba pasando?
Wendy: Eeee... ¿De que va esto?
Thomas: Rápido siéntate, esta a punto de empezar.
Wendy: Vale... pero ¿Empezar el que?
Adam: Ya lo veras...
Wendy se sentó al lado de Thomas y a su otro lado estaba Jake, aunque había algo de distancia ¿A que estaban jugando ahora? De repente todos empezaron a pegar palmas en el suelo creando un montón de ruido y cuando pararon, apareció Peter.
No llevaba camiseta al igual que sus compañeros, pero si que llevaba dos lineas de colores dibujadas el el pecho, cosa que no tenia nadie, todos tenían marcas en la cara, pero el tenia en la cara y en el pecho, además llevaba un gorro con una pluma roja que al parecer solo se ponía en ocasiones especiales como esa. Wendy estaba flipando cada vez más. Peter estaba muy serio, como todo el mundo, salio de su cuarto y se coloco de pie frente al fuego y entre Wendy y Jake.
Peter: ¡Niños perdidos! *comenzó* Estamos aquí para dar la bienvenida a un nuevo integrante a nuestro grupo. * Se coloco las manos en la cintura y prosiguió* Pero esta vez no es un niño, sino una ''Niña perdida'' *Peter estiro la mano que estaba mas cerca de Wendy hacia ella, ella miro a Adam que estaba delante suyo y este le hizo un gesto con los ojos para que aceptara la invitación de Peter y se levantara*
Wendy le dio la mano a Peter y se levantó.
Peter: Wendy Darling. Por tu gran valentía para afrontar los diferentes retos y pruebas que se te han puesto a lo largo de esto días, me complace comunicar que los has superado todos. Pero esto no quita que no tengas que seguir entrenando, lo sabes ¿no? *Wendy asintió* Bien.
Peter se giró hacia Jake y este le pasó un cuenco con pintura de diferentes colores.
Peter: Como somos todos chicos menos tu, no voy a pedirte que te quites la camiseta, pero si la chaqueta.
Wendy hizo lo que le dijo y se arremangó la camiseta hasta los codos.
Peter Empezó a pintarle con los dedos un par de rayas en cada mejilla, en un lado una roja y una azul, y al otro amarilla y verde.
Peter: A partir de este momento, yo, Peter Pan, te nombro a ti Wendy, primera Niña pérdida.
Los niños perdidos empezaron a dar palmas en el suelo y a gritar, Wendy se puso colorada y sonrió, fue entonces cuando Peter cacareo como a las mañanas en forma de victoria.
Después de esa pequeña ceremonia estuvieron celebrándolo al rededor del fuego y para esa noche los chicos habían recogido un montón de comida para la cena, la cual estaba deliciosa. Nadie llevaba la noción del tiempo, pero tampoco les interesaba, a si que la ceremonia se término cuando todos estuvieron tan cansados que no se tenían en pie, y fue entonces cuando se marcharon a la cama.
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El autentico país de nunca jamás
Roman pour AdolescentsHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.