Campanilla conducía por las oscuras calles a toda velocidad, pero no llego hasta el refugio, aparco unas manzanas más alejada.
Una vez que aparcó la furgoneta, bajaron de ella y se dirigieron los más rápido que pudieron al refugio. Cuando llegaron al refugio Peter tumbó a Wendy en su habitación y se arrodilló a su lado.
Peter: Wendy, ¿Puedes oírme? Por favor despierta...
Los niños le miraban desde fuera, él lo sabía, pero se negaba a abandonarla en ese momento. Campanilla entró en la habitación y se colocó al lado de Peter.
Campanilla: Peter, se que es difícil, pero deberías dejar a Wendy un rato. Tigridia estudio algo de medicina y le hará un chequeo, y mientras tanto, yo os ayudaré con vuestras heridas.
Peter: Pero Campanilla, no puedo dejarla. Ahora no.
Campanilla: Peter, tu pecho sigue empapado de sangre.
Peter: Pero Campanilla... Yo... No puedo... *dijo con los ojos lagrimosos*
Campanilla puso su mano en el hombro de Peter, Tigridia entró en la habitación mientras Campanilla sacaba a Peter de ella a regañadientes.
Tigridia se quedó con Wendy y los niños perdidos en la otra habitación. Nadie decía nada. Campanilla iba curando uno a unos las heridas sufridas en caras, brazos, piernas... hasta que llegó el turno de Peter, el era consciente de la gravedad de su herida, pero los demás no, pues la camiseta lo disimulaba. Cuando Campanilla le dijo que se quitara la camiseta para poder curarle, no opuso resistencia, pero tampoco le hizo mucha gracia.
Nada más quitarse la camiseta, Campanilla exclamó por la gravedad de sus herida mientras los demás no daban crédito a lo que veían.
Jake: Joder... *exclamó impresionado mientras Luca le daba un codazo para que Peter no se alarmara*
Thomas: No se como has podido soportar eso.
Campanilla: Lo que yo no es es como sigues vivo, sabes que podías haber muerto desangrando ¿verdad Peter?
Peter sonrió.
Jake: ¿Por que lo hiciste entonces?
Peter: *levantó la cabeza* Tenía que salvaros, a vosotros y a Wendy. *dijo un poco mareado*
Campanilla: Pues ahora, déjanos salvarte.
Los chicos le miraron con admiración, el les había ayudado tantas veces y nunca tuvieron la oportunidad de devolverse el favor, y ahora por fin, podían hacerlo.
Peter: Gracias chicos.
Campanilla sonrió y empezó a limpiarle la sangre el pecho, después de eso podía ver la herida sin ningún problema.
Campanilla: Puede que esto te duela un poco, pero tengo que desinfectarte el corte.
Peter: Podré aguantarlo. *dijo sin saber lo que tenía que aguantar*
Campanilla cogió un pañuelo y le echo unas gotas de alcohol de romero para desinfectarle la herida y Peter se quejó notablemente.
Jake: Con que ibas a aguantar ¿eh?
Peter: No sabes cómo escuece esto...
Campanilla: No te preocupes, ya casi está.
Campanilla recogió el pañuelo y le vendo el pecho.
Campanilla: ¿Como estas?
Peter: Algo mareado.
Campanilla: Es normal, has perdido bastante sangre.
Adam: Te traeré un poco de agua.
Peter: Gracias.
Después de eso, los chicos se quedaron esperando a Tigridia en la sala, y Peter hacia un gran esfuerzo por permanecer allí sentado. Después de unos diez minutos, Tigridia salió.
Peter: ¿Y bien? *dijo levantándose del sillón y algo preocupado* ¿Como esta? ¿Esta bien? ¿Se va a despertar?
Thomas: Peter tranquilizante, te va a dar algo.
Tigridia: Haber, creo que está en coma, no se cuando va a despertar, pero lo mejor sería llevarla al hospital.
Peter: ¿Que? ¡No! *se quejo* Si la llevamos a un hospital, llamarán a sus padres y no la volveríamos a ver.
Tigridia: Pero Peter, esta en coma. No nos podemos arriesgar.
Jake: ¿No hay alguna otra opción?
Peter: Campanilla por favor. Dejadla unos días, te prometo que si en cuatro días no ha despertado... *hizo una pausa* La llevaré al hospital.
Campanilla no dijo nada durante unos segundos y se limitó a pensar.
Campanilla: Dos días.
Peter: Tres.
Campanilla: Vale. Dentro de tres días volveremos y si no ha despertado la llevaremos al hospital, ¿vale?
Peter: Esta bien...
Campanilla y Tigridia se marcharon al poco rato de eso, era tarde y si no volvían pronto los guardas de club irían tras ella, y en esos momentos no es lo que les convenía a los niños perdidos. No tardaron mucho en dormirse esa noche, estaban agotados, pero un rato después de que todos se durmieran Jake se despertó por que tenia que ir al baño, salio de su habitación y se encontró la habitación de Peter bacía, e instintivamente miro en la de Wendy, y ahí estaba. Sentado al lado de la cama con su camiseta rota dejando ver el vendaje de su pecho.
Jake: ¿Que haces despierto? *susurro*
Peter: ¿Y tu?
Jake: He preguntado primero.
Peter: ¿Enserio piensas seguir así?
Jake: ¿Solo tu puedes comportarte como un niño y no pasa nada? *vacilo*
Peter: *sonrió* Perdona. No podía dormir, y decidí venir a vigilar, por si acaso. *dio una cabezada*
Jake: Pan, te estas durmiendo.
Peter: Vale, puede que tenga un poco de sueño, pero tengo que protegerla.
Jake: ¿Por que no te vas a la cama? Yo cuidare de Wendy.
Peter: ¿Seguro?
Jake: Puedes confiar en mi, y si me duermo, avisare a otro para que me sustituya.
Peter: Gracias Jake, *bostezo* ¿Que haría yo sin ti?
Jake: Dormirte, seguramente.
Peter vacilo. Jake termino de entrar en la habitación y se sentó en el sillón donde antes estaba Peter y se quedo mirando a Wendy.
Jake: Descansa Wen, pero no tardes en despertar, él te necesita mas que nunca...
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El autentico país de nunca jamás
Teen FictionHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.