Capitulo 57: Decisiones justas

940 68 4
                                    

A la mañana siguiente el despertador de Wendy sonó a las 8:00 y lo apago de un golpe seco.

Wendy: Mierda, había olvidado como sonaba esto. *dijo aun tumbada* prefiero los gritos de Peter. *dijo levantándose*

Se metió a la ducha, pero no sin antes encender la radio y subir un poco el volumen al escuchar las primeras dotas de lo nuevo de DNCE, Cake by the ocean. Una canción que le encantaba, además, al ser bastante nueva, la ponían mucho en la radio. Se ducho sin mojarse el pelo y después se lo peino.

Para ese día había eligió una camisa de cuadros roja y sin mangar, con unos vaqueros negros de tiro alto con unas zapatillas rojas. Una vez vestida se miro al espejo y miró las partes visibles de su cuerpo, llevaba los brazos todavía marcados de heridas y algunas heridas pequeñas en la cara. Se paso la mano derecha por el brazo izquierdo muy despacio y después se puso una fina chaqueta negra.

Bajo las escaleras y se sentó a desayunar, eran las 8:35, le había pedido a su madre si la podía llevar en coche esa mañana al instituto y ella acepto encantada. Cuando termino de desayunar cogió la mochila y se montó en el coche con su madre.

En la puerta del instituto estaban Jennifer, John y Michael. Michael estaba sentado en las escaleras de la entrada jugando con su móvil, John estaba a su lado observándole y Jennifer estaba de pie apoyada en una de las columnas laterales.

John: No se a quien esperamos aquí cada mañana.

Jennifer: Antes que estar en ese circo llamado instituto, prefiero estar aquí.

Michael: En eso tiene razón. ¡Toma! *dijo cambiando de tema* ¡10 puntos más!

Jennifer apoyo la cabeza en la columna ante el infantil comportamiento de Michael, cuando algo le llamo la atención.

Jennifer: Eh. *dijo y le pego una pequeña patada a John en la espalda para que le hiciera caso* ¿Ese no es el coche de la madre de Wendy?

John: Es verdad. Mira Mike *dijo pegandole un codazo a Michael*

Michael: ¿A que habrá venido?

Mientras, dentro del coche, Wendy movía la pierna de los nervios.

Madre de Wendy: ¿Nerviosa?

Wendy: ¿En que lo has notado? *sonrió*

Madre de Wendy: No deberías estarlo, además, tus amigos están hay mirando.

Wendy: Es verdad, Gracias. Debería salir ya.

Wendy se colgó la mochila de un hombre y besó la mejilla de su madre.

Wendy: Hasta luego mama.

 Madre de Wendy: Hasta luego Wendy.

Wendy salió del coche y miro a sus amigos que la miraron como si estuvieran delante de algo insólito. El coche de la madre de Wendy acababa de salir del recinto del instituto cuando ella echo a correr hacia sus amigos.

Jennifer: ¡Wendy! *dijo abrazándola*

Wendy: Jenni, cuanto te he echado de menos.

Cuando Jennifer la soltó John y Michael la abrazaron sin dejarle un segundo para respirar.

Wendy: John, Michael...

John: Wendy... ¿Donde has estado?

Wendy: Esa es una muy, muy, pero que muy larga historia.

Michael: No importa, tenemos tiempo. *dijo cuando sonó el timbre* Ah, pues al parecer no tanto.

Los chicos rieron y después se marcharon a clase.

Mientras, en la otra punta de la ciudad, concretamente en los juzgados de Londres, donde la puerta estaba llena de fotógrafos y periodistas esperando saber el veredicto del juez en el caso del narcotraficante James ''Garfio''. Peter caminaba entre la gente con la capucha puesta y se acerco a uno de los guardas que acababa de salir del interior del edificio.

Peter: ¿Que tal el juicio agente?

Agente Martin: La verdad es que ha sido bastante justo. Le han condenado a treinta años de cárcel por posesión de drogas, y todavía podrían ser mas si se demuestra que hubo alguien secuestrado por la sangre encontrada.

Peter: ¿Se encontró sangre? *dijo nervioso*

Agente Martin: Y bastante ademas, pero no se ha identificado a nadie. *Peter suspiro*

Peter: Treinta años me parece bien, teniendo en cuenta que se escapo la ultima vez.

Agente Martin: No te preocupes por eso chico. Además, el muy ingenuo cree todavía en cuentos de hadas. ¿Como va a se real Peter Pan?

Peter: *rió* Debería tener un poco mas de fe agente.

El agente le miro con una cara rara, pero Peter se limito a sonreír y se alejo un poco. Segundos después, los periodistas empezaron a sacar fotos de Garfio saliendo esposado. Peter se mantuvo inmóvil entre semejante barullo con una sonrisa satisfactoria adornando su rostro, Garfio le enfoco rápidamente, pero no hizo nada, siguió caminando a regañadientes hacía el coche patrulla mientras Peter se despedía como si se despidiera del capitán de un barco.

El autentico país de nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora