Wendy estaba sentada en su cama con el ordenador escuchando algo de música. Se había puesto ropa cómoda para estar en casa, unas mallas negras, una camiseta ancha con dibujos de plumas de colores y el pelo pelo recogido en una coleta con un par de mechones sueltos que se dejaban ver delante de su cara.
Estaba distraída cuando escucho unos golpecitos en la ventana y supuso que sería Peter. Dejo el ordenador a un lado y se levantó para abrir la ventana.
Cuando la abrió Peter entró como un rayo por la ventana y le dio un abrazo a Wendy levantándola y dándole un par de vueltas en el aire.
Wendy: Peter *rió*¿A que viene esto?
Peter: No sabía cómo empezar y está me parecía una buena forma. *dijo todavía abrazándola*
Wendy: ¿Empezar el que?
Peter: Han condenado a Garfio a treinta años de cárcel, y puede que alguno más.
Wendy: ¡Eso es fantástico!
Peter volvió a levantarla en el aire, y cuando la dejó en el suelo la miro a los ojos y luego la beso. Ella le siguió el beso enredando sus brazos en su cuello mientras él la agarraba de la cintura.
Wendy: ¿A que ha venido esto? *dijo separándose un poco* Si mis padres de enteran de esto me matan. Bueno, y luego te matan a ti.
Peter: Lo siento... Me he dejado llevar. *soltó una sonrisa inocente mientras rascaba la parte trasera de su cabeza*
Wendy: Tranquilo, no pasa nada, pero tienes que elegir mejor los momentos ¿vale?
Peter: Vale.
Wendy: Si quieres, el viernes tengo una fiesta en casa de Jennifer, podrías acompañarme a casa.
Peter: ¿Una fiesta? ¿Y no me verían tus amigos? *dijo retrocediendo un paso*
Wendy: No si me esperas unas manzanas más alejado.
Peter: Bueno, en ese caso, esperaré con ansias la noche del viernes. *sonrió*
Wendy: Ya somos dos. *sonrió* Pero ahora deberías irte, mi madre puede entrar en cualquier momento.
Peter: *suspiro* Odio tener que estar escondiéndome cada dos por tres.
Wendy: Lo se, y yo también, pero es lo que hay.
Peter: ¿Nos vemos mañana?
Wendy: Peter, no hace falta que vengas todos los días.
Peter: Lo se, pero es que quiero hacerlo.
Peter salió por la ventana y se sentó en la rama del árbol.
Wendy: Adiós Peter.
Peter se dio la vuelta y se quedó mirando a Wendy.
Peter: Nunca digas adiós, por que decir adiós significa irse lejos.
Wendy: E irse lejos significa olvidar. Lo sé. *sonrió*
Peter le dio un beso fugaz en los labios, le sonrió y después salto por la ventana.
ESTÁS LEYENDO
El autentico país de nunca jamás
Novela JuvenilHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.