-¿Jane?.

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Si alguna vez, alguien derrama una lágrima por ti, mientras te despide en el aeropuerto; si esa persona no te quiere dejar ir, y te abraza y te besa repetidamente; si cuando por fin te suelta, te sigue lanzando besos desde el automóvil, baja la ventanilla y te sigue despidiendo y no avanza, a pesar del insistente pitido del policía que le dice que se mueva, tú has experimentado uno de esos momentos por los que tu vida valió la pena.

El despertador comenzó a sonar haciéndome despertar, suspiré y entré al baño para ducharme y arreglarme, tenía tiempo de sobra así que me tomé todo el tiempo para arreglarme.

Salí de mi cuarto después de una hora en la que lo único que hice fue perder el tiempo, no es como si me emocionara tanto irme y dejar a todo el mundo, bajé a la cocina para desayunar algo rápido pues no tenía mucha hambre ya que me acabo de levantar, nadie tiene hambre cuando recién se levanta.

-Le dije al chofer que pusiera tus maletas en el auto para que te vayas en el jet- habló Jonathan entrando a la cocina.

Lo miré por unos segundos y después volví la mirada al plato de cereal.

-Dijiste que viajaría en un avión normal, con pasajeros- hablé mientras metía una cucharada de cereal a mi boca.

-Decidí que es mejor que viajes sola- se encogió de hombros y se sirvió su café mañanero.

Rodé los ojos, no le contesté o le dije algo para llevarle la contra ya que si lo haría pero no se enteraría ahorita.

Es realmente extraño desayunar junto a él ya que normalmente a esta hora yo apenas me voy levantando para ir al colegio.

-Te devolveré las tarjetas de crédito y te mandaré dinero cada mes- habló mirándome seriamente- pero no quiero que lo gastes en alguien más - levantó una ceja- Y tienes que volverte más responsable, Emma.

Asentí levemente. Últimamente Jonathan se ha vuelto muy duro, antes el ayudaba a los demás, ahora no quiere dar nada.

-El chofer te llevará al jet, será un viaje corto de una hora y media más o menos, ya sabes, Boston no esta muy lejos de aquí- volví a asentir.

Virginia no está muy lejos de Boston, en auto son 10 horas y en avión o jet 1 o 2 horas, así que el vuelo no sería tan pesado, lo pesado sería llegar a la universidad e inscribirme en las clases y buscar el lugar donde dormiré.

Terminé de desayunar y me fui a lavar los dientes, después entré al cuarto de los enanos, trabando de no hacer ruido pero fue en vano ya que los dos estaban despiertos.

-Emma- habló Clara- ya iba a despedirme- habló medio dormida.

-Te voy a extrañar - habló Jack mientras me abrazaba, sonreí levemente.

-Yo igual los voy a extrañar niños- los abracé a los dos- pórtense bien y coman dulces- sonreí.

Clara y Jack sonrieron.

-Se me hace tarde- murmuré con la voz entrecortada.

-Te queremos- hablaron los dos a mismo tiempo.

Clara comenzó a llorar y después Jack también lo hizo, los abrace más fuerte y después bese la frente de los dos.

-Yo también los quiero enanos- me separé de ellos y después fui a la salida de la casa.

Subí al auto y miré por la ventana, adiós querido hogar.

-Lléveme al aeropuerto por favor- dije mirando al frente.

Siempre fuiste tú | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora