POV EMMA
Despertarme, ducharme, desayunar una galleta. Listo.
Maquillaje, peinado, vestido. Aún no listo.
Tomé mis pantuflas y baje corriendo a abrirle a Meghan y a Bárbara, el estilista y todo lo demás venían detrás de ellas.
—Estoy estresada.— dije cuando me senté frente al gran espejo de mi cuarto y comenzaban a hacerme el peinado y a maquillarme.
Julia me trajo otra taza de té para tranquilizarme pero como me estaban arreglando apenas y podía tomar pequeños sorbos.
—¿Nerviosa?— me pregunto Bárbara.
—Un poco, casi nada.— mentí.
Todos se me quedaron viendo como si fuera la mas mentirosa del mundo, solté un gran suspiro y siguieron con lo suyo.
—Bárbara ¿por qué Emma usaría un corsé?— pregunto Meghan mientras acomodaba mi vestido en la cama.
Julia revisaba minuciosamente al peinador y al maquillador. Bárbara se acercó a la cama y sonrió.
—El corsé da una buena postura, además de que te hace ver más delgada y con unos pechos increíbles, yo los usaba cuando...
Se detuvo al ver que iba a contar de más.
—Cuando estaba en la universidad.— terminó de decir.
—Me parece buena idea— hablo Julia— ¿no tienes uno por ahí que me prestes?— le pregunto a Barbi.
Rodé los ojos y sonreí.
Hoy será un día muy especial.
No hay misa porque no podemos entrar a una iglesia, tolero eso. Pero si habrá una gran fiesta con muchos invitados míos, de Ian, invitados de mi padre y de los padres de Ian, solo queríamos una fiesta pequeña pero resultó terminar en la boda del pueblo entero porqué hay más gente que comida en este lugar, la buena noticia es que es el salón es enorme y todos caben.
Me senté al lado de Ian, estaba algo cansada por los tacones, Ian me sonrió beso mi mejilla.
—Puedes quitarte los tacones amor.— dijo mientras posábamos para una foto.
—Ni loca, me veré más pequeña de lo que ya soy.
Ian soltó una carcajada y seguimos platicando un rato hasta que su mamá lo llevó a bailar, mi padre hizo lo mismo conmigo.
—¿Estas feliz?— me pregunto mi papá.
Sonreí.
—Demasiado.
—Tu madre y yo queríamos esto para ti, que consiguieras un gran esposo, alguien que te proteja en todo, que te ponga primero en cualquier situación, que te ame como tú madre y yo lo hicimos en nuestro tiempo.
Miré a Ian mientras mi padre decía todo, no pude evitar mirar esos ojos azules como cielo, su bien rasurada barbilla, su cabello negro, su hermosa sonrisa, tome la decisión correcta.
Claro que si.
POV JAMES
Solté un suspiro y me giré para ver de nuevo a mis hermanos y a Emma, sonreí levemente y comencé a abordar el avión. Pasaron tres meses desde que Ian y Emma se casaron, no me iba porque Emma me lo pedía y no puedo negarme con ella, pero mi dolor al verla con otro es más grande. Solo espero que alguien día pueda encontrar a alguien que me haga olvidarme de ella, alguien que me enamore por completo así como ella lo hizo. Limpié las pocas lágrimas y suspire de nuevo.
Te amo Emma, pero no eres para mi.
POV Ian
Después de molestar a Bárbara por más de media semana averigua porque James nos dejó. Lo voy a extrañar mucho pero si es por su bien, lo entiendo.
Emma está algo triste pero poco a poco lo va superando.
Tomé de mi taza de café caliente y revisé de nuevo el hechizo de la bruja junto con ella, Emma y yo hemos estado hablando de tener un bebé, aún no, pero dentro de unos años.
—Créeme que si lo decides, es cien por ciento seguro que serán padres.—hablo mi madre.
La miré por unos segundos y después a Monique. Es mejor amiga de mi mamá entonces puedo confiar en ella.
Estuvimos investigando y tener un bebé cuando los dos padres son vampiros es posible, eso ya lo sabíamos, el problema es el intento, no es muy sencillo que los vampiros tengan hijos.
—El único problema es que no sabemos si será humano o vampiro, aunque yo le apuesto al humano— hablo Monique, la miré extrañado, creía qué al ser los dos vampiros el bebé seria uno.— ningún vampiro nace, todos son convertidos por alguien, el primer vampiro fue convertido por una bruja que tenía una obsesión con él; Si tú y Emma están dispuestos a tener un hijo, será humano, es el único precio que tiene.
—¿Puede convertirse después?— pregunté.
Mi madre tomó mi mano.
Monique sonrió levemente.
—Claro, pero eso sería decisión de El Niño o La Niña, no de ustedes.— me advirtió.
Asentí levemente.
