Dejé a mis hermanos en la escuela y después me fui a casa de Ian ya que mi padre estaba en la empresa y Julia con su madre o eso creo. Aparqué el auto que mi padre me prestó y después entré a casa de mi prometido con una sonrisa en la cara y dos vasos con café y chocolate caliente.—Ian ya llegué.— dije en voz alta y después caminé hasta la cocina .
No hubo respuesta por parte de mi chico pero no me preocupe, de seguro estaba dándose una ducha o algo; comencé a beber de mi chocolate caliente mientras lo esperaba; pocos minutos después bajo vestido con sus típicos trajes del trabajo, sonreí y le entregué su café.
—Buenos días preciosa.—murmuró mientras depositaba un beso en mi frente.
—Buenos días—dije mientras me sentaba en el banco de la barra de mármol— ¿ya te vas a trabajar?—pregunte.
Ian asintió mientras bebía de su café.
—Tengo que decirte algo antes de que te vayas—dije dejando mi chocolate a un lado, Ian me miró con atención— Ray y Meghan cumplen meses de casados y él me pidió que cuidara de David y Ros mientras se van de viaje— le conté, Ian asintió— ¿está bien si se vienen a la casa unos días?—pregunte.
—¿Soportas el olor a perro?—preguntó, rodé los ojos y lo miré mal, él solo sonrió— tranquila es una broma— hizo una pausa— si, se pueden quedar aquí los días que quieran.— sonrió.
Sonreí y lo abracé.
—¿Te había dicho que te quiero?—pregunte aún con la sonrisa.
Él sonrió y besó mi cabeza varías veces.
—Me lo han dicho tantas chicas que no recuerdo si tú eres algunas de ellas.—respondió encogiéndose de hombros.
Me separé de él y lo miré mal.
Ian soltó una risa y besó mis labios antes de despedirse e irse al trabajo.
••••
Ros tomó la pequeña maleta de David y la subió al auto.
—Ya sabes cómo cuidarlo Emma, por favor que Ros no falte a la escuela y que no pase tanto tiempo con su chica— habló Ray, después se acercó más a mi— esa chica lo distrae demasiado.— murmuró.
Sonreí y rodé los ojos.
—Si, bueno chicos espero que se la pasen bien en sus vacaciones.— dije antes de darle un abrazo a Meghan y Ray.
Minutos más tarde llegamos a casa de Ian, Ros se apresuró en dejar sus cosas en el cuarto de visitas y yo en dejar las cosas de David en la habitación que comparto con Ian.
—¿Crees que Abril pueda venir aquí ahorita?—preguntó Ros mientras entraba al cuarto.
Me giré para verlo y sonreí.
—¿Tienes tarea?—pregunte.
Ros negó con la cabeza.
—Bien, dile que vamos a salir a comer por ahí.— dije mientras preparaba la bañera para darle un baño a David.
—¿Mi hermana va a llevar a comer a mi novia?—preguntó cruzándose de brazos.
Asentí con la cabeza.
—Si, no he comido y muero de hambre.—dije y comencé a darle el baño al bebé.
Noté como Ros se tensaba, se acercó más a mi y se sentó en el retrete para no alejarse de David.
Sentí horrible que él desconfiara de mi, sé que soy una vampiresa pero nunca le haría daño a las personas que amo.
—Oye— murmuró después de varios minutos en silencio.