-¿Estás bien?.

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—En serio por un lado estoy molesta y por otro siento que hizo bien.— se quejó la vampiresa por quinta vez.

Rodé los ojos y seguí entretenida viendo la televisión.

Bárbara esta molesta porque el día de la cena donde nos presentó a su novio los chicos se comportaron mal y al final Ian bajo en bóxers a pedirle disculpas a Michael.

Pero por otro lado, está feliz porque su hermano fue maduro, solo un poco ya que estaba en ropa interior, y le pidió disculpas a su pareja.

—¿Podrías decirme algo?—pidió más molesta, la mire por unos segundos— di que Ian es un estúpido o algo.—bufó molesta.

—Emma nunca diría eso de mi.— habló el mayor de los Haye entrando a la sala junto con James.

—Créeme, lo he dicho y pensado muchas veces.—bromee sin dejar de mirar la televisión.

James se sentó a mi lado y se unió a ver la tv conmigo.

—Graciosa.— dijo Ian tratando de sonar molesto.

Sé que no está molesto.

No respondí y seguí con lo mío.

Porque ver televisión es súper interesante.

Y ayuda a ser más, más estúpido.

—¿Están idiotizados o algo?.—preguntó Bárbara poniéndose frente al televisor.

—Estorbas.— habló James.

Bárbara bufó molesta.

—Lleva así todo el maldito día, Ian ya sácala o algo.— pidió la castaña moviéndose de dónde estaba.

—Quiero ir a ver a mis hermanos.—dije dejando de mirar la televisión.

Los tres Haye se miraron entre ellos.

—No.— finalizaron los tres a coro.

Fruncí el ceño.

—¿Disculpa?—pregunte indignada.

—Lo siento Emma pero no puedes.— se disculpó James.

—No hasta que aprendas a contenerte.— le siguió Ian.

—¿Y cómo quieren que aprenda si no salgo de aquí?.—pregunte molesta.

—Todo a su tiempo.—habló Ian.

Rodé los ojos y fruncí más el ceño.

—Emma tiene razón Ian, necesita aprender ya.— opinó James dejando de ver la televisión.

—Estoy con James.— habló Bárbara.

Sonreí.

—Pero solo porque se la pasa todo el maldito día viendo televisión.—se apresuró en decir.

—Tres contra uno— dije victoriosa mirando a Ian.— mañana podemos empezar.

Ian hizo una mueca.

—Por favor.—pedí levantándome de mi lugar para ir a abrazarlo.

Ya saben, el abrazo que das para que te dejen hacer o comprar algo.

Ian se tensó por unos segundos.

—De acuerdo.— respondió relajándose y pegándome más a él con un  lindo abrazo.

Chille emocionada.

—Pero estaremos los tres cuidando de Emma.— finalizó alejándose de mí y caminando al pequeño bar de la casa para servirse whisky.



Siempre fuiste tú | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora