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Corte otro trozo de madera y comencé a cortarlo, vender madera es lo único que puedo hacer para poder sobrevivir junto con mi padre.
Somos pobres y no me avergüenzo de eso porque por lo menos hacemos algo para poder sobrevivir, nuestro gobierno es una mierda. Nuestros "reyes" ayudan mucho pero odian a los vampiros, por lo tanto, nosotros no recibimos ayuda de ningún tipo.
El trabajo que hago es muy duro pero sirve para poder sobrevivir y vivir bajo un techo, aunque no tenga lujos, es acogedor.
-¡Richard!-me giré al escuchar mi nombre.
Sonreí, era Magnolia, esa chiquilla es muy extrovertida y divertida, es de mi pequeño vecindario y es muy querida porqué ayuda sin importar si es a un humano o a un ser sobrenatural.
Eso es algo que amo de ella, es mi chica y daría cualquier cosa solo para mantenerla feliz y conmigo.
-¿Qué sucede?-pregunté dejando el hacha a un lado.
-Es tu padre- dijo agitada- los Reyes lo mandaron asesinar- gritó con angustia.
Abrí los ojos como plato.
-¡Vamos Richard corre!- me gritó mientras jalaba de mi brazo.
Asentí algo distraído y comenzamos a correr en dirección a mi casa. A los pocos segundos ya nos encontrábamos ahí. Nos detuvimos a una distancia prudente para que las tropas de los reyes no nos vieran.
Vi como sacaban a mi padre de la casa a la fuerza y se lo llevaban en una carreta. Traté de salir de mi escondite pero Magnolia junto con otros amigos me detenían, si salíamos a la vista de más tropas de seguro nos matarían.
¿Qué hizo mi padre para que se lo llevaran?, ¿Asesinar gente?, eso siempre lo hacemos y el Rey nunca ha hecho nada para evitarlo.
Me zafe del agarre de mis amigos cuando la carreta ya estaba alejada de nosotros.
-Lo sentimos Richard- habló Magnolia con cierto dolor en sus palabras.
Negué con la cabeza varías veces y salí corriendo hacia el castillo.
-¡Richard!- Magnolia grito.
La ignore y seguí corriendo, ella no se quedó atrás y comenzó a seguirme.
Me detuve cuando vi la carreta a unos metros frente a mí, Magnolia se detuvo a un lado de mi y tomó mi hombro en señal de apoyo.
••••
-No podemos hacer esto Richard- habló Magnolia sentándose en una gran roca del bosque.
-¿Podemos?-pregunté mirándola- tú no vendrás, iré yo solo- hablé seriamente comenzando a caminar en dirección al castillo.
-No te voy a dejar solo- se apresuró a caminar conmigo- pero entiende que no podemos ir así como así, nos van a matar.
Ignoré todo lo que decía y seguí caminado, el camino hacia el castillo es largo, incluso para nosotros los vampiros.
Al día siguiente en la tarde Magnolia y yo llegamos al pueblo donde vivían todos los humanos. Miré a Magnolia que observaba todo el lugar con mucha atención mientras nos colocábamos nuestras capas, tiene hambre al igual que yo, pero no es momento de comer, tengo que encontrar a mi padre.
Los pueblerinos caminaban hacia el centro del pueblo a paso apresurado y con mucho barullo.
Magnolia me miró y yo a ella, después comenzamos a seguir a toda la gente con cautela, pues no queremos que sospechen de nosotros.