-Me arruinas el labial.

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-¡Oh por Dios!-gritaron en alguna habitación de la casa de Meghan haciéndome despertar sobresaltada.

Rápido me levanté y corrí hacia la recámara de Meghan pensando lo peor ya que hoy Ray tuvo que quedarse en otro lado junto con Ros para así no ver a Meghan arreglándose y todas esas cosas.

-¿Qué sucedió?-pregunté entrando como loca a su habitación.

-Son las 5:10 de la mañana Emma y debía levantarme a las 5:00-respondió Meghan toda histérica.

Rodé los ojos.

-Tranquila vas a despertar a David y te será más difícil arreglarte-me acosté en su cama.

-Emma ¿qué haces?-preguntó, la miré sin entender- date una ducha ya rápido, yo también me daré una-ordenó.

A regañadientes me levanté de la cama y caminé hacía el baño de la habitación donde me dormí y me di la ducha más relajante que pude, hoy será un largo día, incluso estoy nerviosa, no me imagino cómo será cuando sea el día mi boda.

Salí de la ducha y me vestí con lo primero que encontré, aún no es hora de ponerme el vestido, además primero tengo que ayudarle a Meghan a arreglarse y todo el personal que hará la magia en ella y en nosotras sus damas está a punto de llegar.

-Estoy nerviosa.- habló Meghan mientras tomaba del café que yo misma preparé.

Si así es, yo misma tuve que hacerle el desayuno porque ella está muy nerviosa.

-¿Podemos cambiar la fecha?-preguntó.

La miré enseguida, ¿está dudando en casarse?.

-¿Te quieres casar con Ray o no?-pregunté.

-Claro que sí.- respondió enseguida sonando muy segura.

Eso me relajo un poco.

-Bien.-sonreí- lo que tienes que hacer querida amiga, es pensar positivo y en lo único que debes preocuparte es en que tu peinado debe ser divino, de lo demás me encargo yo.

-¿Tú te encargarás de David?, ¿De que el pastel llegue con bien al salón?, ¿De qué haya suficiente champán?, ¿De qué arreglen como yo quiero el salón y la iglesia?, ¿de qué...

Deje de prestar atención a las palabras de Meghan, cielos nunca creí que una boda fuera así de difícil.

-Si claro.-respondí sin saber en qué era lo que me estaba metiendo.

Debería de cerrar mi bocota.

-Gracias amiga, confío  en ti.- dijo sonriendo.

Asentí levemente.

-Tengo que hacer unas llamadas.-dije mientras me levantaba del comedor y corría al baño.

Llamaré a Ray para que me ayude, después de todo él es el novio él debe de hacer algo.

-¿Hola?-respondió con la voz más ronca posible.

-¿Estás dormido?-pregunté.

Que pregunta tan más estúpida, es obvio que sí.

-Si Emma, estaba dormido pero alguien acaba de llamarme y arruinar mi sueño-respondió con un bostezo.

-Entiendo-dije restándole importancia a su comentario- necesito tu ayuda hermano lobo.

-Odio que me digas así-dijo ya más despierto- puedes decirme hermano o hermano mayor pero no hermano lobo.

-Entiendo.-volví a decir.

Siempre fuiste tú | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora