POV BÁRBARA
Hoy me iría de viaje en busca de alguien que aclarada muchas de mis dudas, también las de Ian pero él hasta ahora no está enterado de nada. Volví a entrar al sótano, me tenía que despedir bien de mi hermano.
-Hey- salude, él solo asintió en modo de saludo, me senté en el suelo para estar a su lado- ¿Cómo estás?-pregunté.
Ian solo me respondió con una mueca.
-Estoy a unos minutos de irme, solo pasaba a despedirme- me levanté del suelo pero él me jaló haciendo que me sentara de nuevo.
-¿Irás a ver a Emma?-preguntó mirándome seriamente.
Negué con la cabeza.
-¿Qué dirías si te enteras que Emma te ama todavía y fue forzada a...
-Olvídalo Bárbara, ¿Quién haría eso?-preguntó mirándome mal.
-Oigan- escuchamos la voz de James en la entrada del sótano así que volteamos a verlo- hay alguien que te busca Ian- miré a Ian que me miró extrañado.
-Vamos- dije, Ian se levantó y me ayudó a levantarme, después subimos a la estancia.
Oh mierda.
-¿Qué haces aquí?-pregunté de mala gana.
-Vengo a ver a Ian- me miró con indiferencia, miré a Ian al igual que James, se le veía irritado- me enteré de lo que la malagradecida de esa mocosa humana hizo - se acercó a él- ¿Estás bien?-preguntó.
Ian solo asintió.
-Cómo nunca- murmuró.
Miré a James, estaba mirando a Jane con atención, como si quisiera adivinar su jugada. No hay que confiarse de esta mujer.
-¿Cómo sabes lo que pasó entre Emma e Ian?-preguntó James cruzándose de brazos.
-Tengo oídos - sonrió con arrogancia- ahora sí no les importa quiero hablar a solas con Ian- nos miró con cara amenazadora.
James me miró esperando a que dijera algo, solo negué levemente y salimos de ahí.
-¿Por qué aceptaste dejar Ian a solas con Jane?-preguntó cuándo salimos de la casa.
-Ian sabe cómo defenderse, James- respondí.
••••
Toqué la puerta de madera cuatro veces y a los segundos abrió mi morena favorita.
-Bárbara- sonrió ampliamente- Que grata sorpresa.
Sonreí.
-Hola Meredith- salude.
-Pasa por favor- se hizo a un lado para que pudiera entrar a su acogedora casa, entré y las dos caminamos a su cocina- estaba haciendo té, ¿gustas?-preguntó.
-Claro, gracias- me senté en una de las sillas de madera.
-¿Y bien?- preguntó preparando el té- ¿Qué te trae por aquí?- juguetee con mis dedos algo incómoda- ¿vienes a cobrarte el favor que te debo?-me miró y levanto la ceja.