Me miré en el espejo por tercera vez y sonreí.Me veo bien.
Ian entró a la habitación y al verme sonrió.
—¿Te he dicho que eres la mujer más hermosa de todas?—dijo caminando hacia mi.
—Me lo han dicho antes.— bromee.
Ian rodó los ojos y tomó mano.
Hoy iremos a cenar con mi familia, James y Bárbara, hoy Ian pedirá mi mano.
Ros y David se quedarán aquí con Abril y Michael hasta que regresemos; bajamos al primer piso de la casa, ya todos estaban listos y veríamos a mi familia en el restaurante.
—Te ves hermosa.—dijo Ros mientras me guiñaba un ojo.
Sonreí.
—Gracias hermanito.
Todos salimos de la casa, Ian condujo hasta el restaurante.
Debo admitir que estoy muy nerviosa, si fuera humana mi corazón estaría a punto de tener un paro cardiaco de los nervios.
—Todo va a estar bien Emma no te preocupes.—me tranquilizó Ian mientras tomaba mi mano y depositaba varios besos en ella.
Asentí levemente.
Minutos más tarde llegamos al restaurante, mi familia llegó al mismo tiempo que nosotros así que no hubo problema con la puntualidad; mi padre ni siquiera me saludo, en cambio Julia y los enanos me abrazaron.
No tardamos en que nos pasaran a nuestra mesa, en seguida nos trajeron vino y los menús, está cena corría por cuenta de Ian.
Mi papá me miraba de vez en cuando, cada vez menos molesto eso indicaba que su enojo estaba pasando.
El vino no tardó en llegar, el camarero lo sirvió en todas las copas a excepción de la de los enanos y la mía, en realidad si me iba a servir pero Ian le dijo que no lo hiciera ganándose una mejor cara por parte de mi padre.
Ian se levantó de su lugar y carraspeó su garganta para tener la atención de todos, debo admitir que estoy más nerviosa que antes de llegar aquí.
—Señor Hills— comenzó a hablar— sé que tenemos problemas últimamente por un error que Emma y yo cometimos y pido mis más sinceras disculpas, sé que como adulto debí de actuar de una mejor manera, pero créame que todo lo que hicimos Emma y yo fue porque nos amamos— hizo una pequeña pausa— solo quiero decirle que estoy muy enamorado de su hija— me miró por unos cortos segundos, le sonreí— su hija, es la persona más maravillosa de todas y desde hace tiempo que Emma y yo decidimos dar un paso más grande a nuestra relación, como usted sabe, su hija y yo ya teníamos algo pero por motivos personales tuvimos que alejarnos unos meses, más tarde decidimos regresar y ahora se que es para siempre, señor Hills, quiero pedir la mano de su hija, quiero casarme con ella.—finalizó.
James, Bárbara y yo volteamos a ver a mi padre que estaba mirando seriamente a Ian. Julia estaba sonriendo y Clara junto con Jack estaban en shock.
—¿Te das cuenta qué hay mucha diferencia de edad entre ustedes?—me preguntó mi papá después de varios segundos.
Y son demasiados.
—Ian solo es tres años más grande que yo papá.—respondí con una sonrisa.
—¿Y estás segura de esto?—preguntó— el matrimonio es una cosa seria Emma, no puedes dejarlo al primer problema que tengan, espero que tu también lo tengas en cuenta Ian.
Ian asintió.
—Créame señor que lo tenemos muy en claro.
—Por favor papá, todo va a estar bien y yo estoy segura de que quiero esto, te prometo que nunca estuve más segura en mi vida.— dije mientras tomaba la mano de Ian.
Mi padre se quedó en silencio por unos segundos y después sonrió.
—Mi hija se va a casar— murmuró, Julia sonrió— ¡Mi hija se va a casar!— exclamó mientras se levantaba de su lugar y me abrazaba.
Sonreí y le acepté el abrazo mientras soltaba todo el aire que no sabía que estaba aguantando.
Podía sentir las lagrimas de mi papá en mi hombro, lo abracé más fuerte sin intención de lastimarlo, un abrazo de padre e hija que teníamos mucho de no darnos.
—Te prometo que no me voy a arrepentir de tener a Ian como marido.— le murmuré.
Mi papá asintió y se alejó de mí.
La cena transcurrió de manera tranquila, solamente hablamos de todo lo que se necesita para una boda y la fecha, que por cierto aún no la tenemos bien planeada, por lo pronto Bárbara y Julia están muy emocionadas por todo esto, yo solamente puedo estar más tranquila, después todo Ian tenía razón y todo salió bien.
••••
Era más de media noche cuando llegamos a casa, no había nadie ya que Michael se llevó a Ros, David y Abril a su casa para poder hacer más travesuras según él, por parte de Ian no había problema así podríamos tener un poco más de privacidad esta noche.
Los dos subimos a nuestra habitación con una enorme sonrisa en el rostro, aún no podía creer que mi padre aceptara.
—Te dije que todo saldría bien.—me guiñó el ojo.
Ian me tomó de la cintura apegándome todo lo posible a él, pasé mis brazos por su cuello y comencé a repartir besos subiendo hasta sus labios, Ian soltó un gruñido haciendo que mi piel se erizara.—Está noche no te salvas hermosa.—murmuró entre el beso.
Sonreí sobre sus labios.
Finalmente podremos tener algo de privacidad.
Comenzamos besarnos cada vez más apasionadamente, a los segundos nos deshicimos de toda nuestra ropa, Ian me acostó en la cama y sonrío al verme sonrojada.
—Eres hermosa Emma, demasiado.—se acercó y dio varios besos en mi frente.
Sonreí y comencé a depositar besos en su cuello mientras Ian mordía levemente mi mandíbula y cuello haciendo que soltara un gemido.
Cada vez sentía como su deseo hacía mi iba creciendo, dios este hombre me va a volver a loca.
—Te amo.—murmuré.
Ian dejo de besarme para verme a los ojos, esos hermosos ojos azules que están más azules de lo normal.
—Te amo Emma.—murmuró.
Volvimos a comenzar otra guerra de besos y caricias, hasta que todo subió de temperatura.