POV BÁRBARALlevamos cuatro días en París, llevo cuatro malditos días tratando de localizar a Emma y no responde ni llamadas ni mensajes, le mentí a Ian y le dije hablé con ella ayer por la noche cuando él estaba descansando, todo porque no quiero que se preocupe más de lo que ya está.
Nuestros padres están felices de tenernos a lado de ellos, están felices porque seremos una familia feliz otra vez. Según ellos. Aún no me la puedo creer, hace cinco días que mi madre llamó a mi casa, ni siquiera sé cómo sabe mi numero telefónico o mi número o algo de mí.
—¿Hablaste de nuevo con Emma?—preguntó Ian.
Negué con la cabeza.
—Recuerda que debemos concentrarnos en otra cosa.—respondí.
Él asintió con fastidio y salió de la habitación del hotel, a pesar de que venimos con nuestros padres nosotros no aceptamos quedarnos en su casa, ¿por qué?, porque nos sentimos incómodos al lado de ellos.
POV EMMA
Llevo dos días sin probar algo de sangre, todo lo que Richard me ha traído para que me alimente lo he dejado justo donde él lo dejó, me siento demasiado débil a falta del alimento pero no importa, tengo un plan y estoy 50% segura de que va a funcionar. El otro 50% no lo está pero no importa, prefiero intentar a quedarme encerrada un día más.
He estado calculando más o menos cada cuando vuelve Richard a revisar que todo esté en orden, el plan es que cuando él regrese trataré de seducirlo y cuando esté totalmente distraído salir corriendo de aquí, es una idea estúpida pero no pierdo nada intentando.
Solo mi dignidad.
Justo ahora es cuando te preguntas, ¿Dónde está mi príncipe que me rescata del peligro?, bueno pues, eso solo pasa en las películas.
—Emma— habló Richard mientras entraba a la habitación con mi celular en su mano— necesitas comer algo princesa no quiero que te vaya a pasar algo.
Ok, es ahora o nunca.
—No tengo hambre— dije acercándome a él.
Él frunció el ceño por unos segundos pero relajo la mirada al sentir mis brazos alrededor de su cuello.
—¿Emma?—preguntó mirándome a los ojos.
Me sentí la peor persona del mundo.
¿Esto cuenta cómo engaño hacía Ian?
Espero que no.
—Shh— lo silencie y me pegue más a él.
Sonreí victoriosamente al sentir que soltaba mi celular, después me sentí mal porque puso sus grandes manos en mi cintura apegándome más a él.
—¿Estás bien?—me preguntó mientras me miraba algo extrañado.
Asentí levemente y roce mis labios con los suyos, él cerró sus ojos inmediatamente.
Perfecto.
—Richard— murmuré, él solo hizo un sonido con boca sin abrir los ojos— lo siento.— dije y solté una patada en su parte más delicada.