-Perdón Emma.

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Ray me revisó por tercera vez y después me entrego una bolsa de sangre, está molesto, demasiado, pero no conmigo.

—Emma, Bárbara está aquí.— habló Meghan entrando a la habitación junto con la vampiresa.

—Necesito hablar al final contigo.—dijo Ray en tono despreciativo antes de salir junto con Meghan.

Bárbara solo asintió.

—Ian me va a matar— comenzó a hablar, la miré sin entender— le dije que estabas bien, que hablaba contigo, no tenía idea de que estabas secuestrada Emma, lo siento tanto— dijo a punto de soltar unas lágrimas— de verdad lo siento.

Miré al suelo y después a ella.

No estoy molesta con nadie, solo con Richard.

—Él dijo que me protegería de algo que viene, algo malo según el.— dije después de que Bárbara se calmara.

Ella me miró con el ceño fruncido.

—Tengo que hablar con Ian.—dijo mientras salía de la habitación.




Llego la noche y Bárbara se fue a París de nuevo, por el momento estoy sola en una habitación de casa de Ray, ellos ya están dormidos y yo no puedo ni siquiera parpadear, sigo teniendo miedo.

La ventana de la habitación comenzó a ser golpeada levemente, me paralicé en ese momento.

¿Y si es Richard?

Dude muchos segundos pero al ver tanta insistencia supuse que no sería él,si fuera Richard sería más cauteloso; aún así me acerqué lentamente a la ventana.

Sonreí y la abrí.

—¿Qué haces aquí?—pregunte mientras dejaba entrar a Ian.

Él no respondió, simplemente cerró la ventana y me miró a los ojos.

—Perdón Emma— dijo y me abrazó demasiado fuerte, fruncí el ceño— perdóname por haberte dejado sola, amor no era mi intención te lo juro pero pasaron cosas y...

—Shh—lo callé— tranquilo, estoy bien no me hizo nada.— dije mientras trataba de separarme de él, pero Ian no me dejo haciendo su abrazo más fuerte.

—Te amo, nunca dejaría que algo malo te sucediera— dijo mientras me miraba fijamente con una pequeña sonrisa.

Me acerqué a sus labios y di un casto beso, él cerró los ojos al sentir nuestro pequeño contacto.

—Por favor sigue besándome—pidió aún con los ojos cerrados.

Me puse de puntitas y acerque más nuestros labios, este era un beso especial, teníamos mucho tiempo sin darnos uno que juro que sentí que me iba a desmayar, los extrañaba, eran besos perfectos. Nuestras lenguas no tardaron en explorar la boca del otro, lo que comenzó como un dulce beso se hizo más intenso, y me encanta como se siente, Ian me cargo aún sin dejar de besarme y me llevó a la cama, se lo que se viene y estoy lista; abrí mis piernas para enredarlas en su cadera, podía sentir todo el deseo que Ian sentía hacia mí, sonreí entre el beso al sentirlo, sus manos comenzaron a quitar mis pijamas mientras que yo luchaba por desabrocharle los vaqueros, él sonrió y me ayudó a desabrocharlos.

—Eres tan Inocente, Emma— susurró en mi cuello, mordí mi labio inferior— me encanta eso de ti amor.

Sonreí y comencé a quitarle la playera mientras él dejaba húmedos besos en todo mi cuello, Ian comenzó a quitarme la blusa junto con el sujetador; se quedó varios segundos mirando a mis pechos, sentí pena, él me miró a los ojos y sonrío.

Siempre fuiste tú | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora